BARCELONA. En nombre del Govern, la consellera de Presidencia, Meritxell Budó, he enviado una carta a la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, para pedir el cese de Garrido tras el discurso que realizó el pasado miércoles, que ha enojado al gobierno catalán.

A pocos días de que se haga pública la sentencia del 'procés', Garrido defendió la actuación de la Guardia Civil durante el 1-O y en la investigación posterior y aseguró que el cuerpo "combatirá sin tregua ni pena" a quienes "recorran el camino a la independencia siguiendo la senda del terror".

"Nos mantenemos firmes en nuestro compromiso con España de trabajar por la libertad y la seguridad de todos los ciudadanos. Lo demostramos hace dos años, lo hemos hecho de nuevo recientemente y, cada vez que sea necesario, lo volveremos a hacer porque tenemos la plena convicción de que la sociedad a la que servimos entiende, y cree, que no hay libertad ni seguridad fuera del marco de la ley", dijo Garrido.

"Sus manifestaciones han sido toda una provocación, teniendo en cuenta el momento especialmente tenso que vive la relación entre Catalunya y España, y a las puertas de conocer una sentencia judicial que, nos tememos, no hará más que incrementar el nivel de conflicto", destaca Budó en la misiva.

La consellera añade que "actitudes" como la vista este pasado miércoles, en el acto con motivo de la celebración de la patrona de la Guardia Civil, "nos recuerdan tiempos pasados que creíamos que, por suerte, en nuestro país habían desaparecido hace ya años".

En este contexto, el Govern pide al Gobierno que emprenda "las acciones oportunas ante la ofensa y el agravio ocasionados, así como el cese inmediato del actual responsable de la Guardia Civil en Catalunya".

Budó señala que esperan del máximo mando de la Guardia Civil en Catalunya "una profesionalidad y una neutralidad fuera de duda en el marco de sus competencias, y un respeto absoluto hacia sus homólogos del cuerpo de Mossos d'Esquadra".

Sin embargo, la actuación de Garrido fue, según el Govern, "absolutamente fuera de lugar" y tendrá efectos "a largo plazo", al tiempo que "socava la relación de colaboración entre ambos cuerpos, que debería basarse en la confianza mutua con el objetivo de garantizar la seguridad de todos los catalanes", señala la misiva.

El Govern considera que Garrido, en su discurso, puso "en duda" la actuación de los Mossos d'Esquadra, lo que supone una "ofensa" no solo para los cerca de 17.000 agentes del cuerpo autonómico sino también para "todo el pueblo catalán".

A parte del contenido "desafortunado" en relación con los Mossos d'Esquadra, Budó recalca en la carta que tampoco le correspondería al máximo mando de un cuerpo policial realizar "declaraciones con contenido político, no respetar escrupulosamente la presunción de inocencia" o atribuir a la Guardia Civil competencias "que corresponden a la Generalitat y a la policía que depende de ella".