pamplona - La consejera de Economía y Hacienda del Gobierno de Navarra, Elma Saiz, ha manifestado este martes que va a trabajar por conseguir consensos en torno a su propuesta de deflactación de la tarifa del IRPF y ha esperado encontrarlo para que la medida "salga adelante". "Es una medida buena y beneficia a los contribuyentes", ha manifestado.

En declaraciones a los medios de comunicación, Saiz ha señalado que la deflactación de la tarifa, "en caso de que se implantara", beneficiaría "a todos los contribuyentes" porque "supone anestesiar o paliar ese posible incremento salarial relacionado con el IPC normalmente, que si no se corrige vía tarifa del IRPF se perdería ese incremento de poder adquisitivo; sobre todo estamos hablando de las rentas del trabajo".

Según ha precisado, "al deflactar la tarifa, lo que se hace es ese alivio; lo que sube por un lado, sabemos que el impuesto es progresivo, al deflactar la tarifa se consigue que el poder adquisitivo que tenga los trabajadores y trabajadoras navarras se vea pleno".

Saiz ha manifestado que esta medida, que no se aplica desde 2009, afectaría a "todos los contribuyentes". "Puede ser una manera de entender esa fiscalidad recogida en el acuerdo programático que, sin duda alguna, es la senda que se va a seguir en el departamento puesto que la deflactación también es progresiva y también alivia esa fiscalidad como recoge el acuerdo a las rentas medias y bajas", ha señalado.

Sobre la queja de Geroa Bai en torno a las formas en que se enteraron de la propuesta, la consejera ha señalado que se queda "con el mensaje de que es una medida bien recogida, que hay que trabajar, que hay que matizar y concretar". "Estamos trabajando la ley de medidas fiscales donde se abordan todas estas cuestiones y oportunamente se detallará cómo va a quedar la deflactación", ha indicado, para afirmar que "trabajaremos para encontrar los consensos".

Ha incidido Saiz en que "todos estamos aquí para buscar consensos porque cuando hay un Gobierno en minoría con un acuerdo programático por delante hay que trasladarlo bien y ese va a ser mi cometido". Sobre las formas de comunicarlo a su socio de Gobierno, ha reconocido que "todo es mejorable y no pasa nada por reconocer que en este caso si hay que trabajar por mejorar la comunicación seré la primera en hacerlo". "Me quedo con el respaldo", ha indicado, para precisar que no se trata esta medida de una reforma fiscal.

APOYO PARLAMENTARIO Los socios del PSN en el Gobierno de Navarra -Geroa Bai, Podemos e I-E- apoyan la deflactación del IRPF que el Ejecutivo estudia aplicar por primera vez desde 2009. Pero al mismo tiempo, critican las formas de Elma Saiz, consejera de Economía y Hacienda, a la hora de comunicar una medida que está fuera del acuerdo de programa -los socios la conocieron el anuncio el jueves, una hora antes de que comenzase el pleno y vía telefónica- y que no se les haya facilitado el detalle no sólo de la medida, sino del presumible impacto que puede tener sobre las Cuentas Públicas en cuyo anteproyecto ya trabaja el Gobierno, y en el que ya se ha tenido en cuenta la deflactación.

Por resumir, la deflactación de la tarifa de IRPF es una fórmula para evitar que la actualización de los salarios al Índice de Precios al Consumo (IPC) no provoque un salto en los tramos de la escala de gravamen que se computa a la base liquidable. Es algo así como un mecanismo para evitar que los contribuyentes paguen más impuestos cuando, en realidad, la subida de sus salarios no refleja una mayor capacidad adquisitiva, y por tanto les saldría peor. Es un anuncio que la consejera Saiz hizo casi de corrido el jueves, en respuesta a una pregunta formulada por Navarra Suma para preguntar qué se había tenido en cuenta a la hora de confeccionar el techo de gasto. Que la consejera hablase abiertamente de la deflactación sorprendió a Geroa Bai, que redactó una nota por la tarde en la que censuraba la actitud del Gobierno y las incógnitas de la medida, entre ellas el coste para la Hacienda Foral de implementar una medida de relajación que hará recaudar menos a las arcas.

progresividad El ayer portavoz de Geroa Bai, Koldo Martínez, reiteró el posicionamiento de su grupo: que es una fórmula “lógica y coherente”, pero que la consejera lo anunció mal. “No es la forma de hacer las cosas, en un Gobierno de coalición esto tiene que ser algo dialogado y consensuado”, razonó, al tiempo que introdujo en el debate el concepto que manejaron todos los socios del PSN: la progresividad. Geroa Bai, Podemos e I-E están de acuerdo con la medida, pero siempre que en la letra pequeña sea fiel al principio de progresividad que los socios del Gobierno quieren aplicar a todas las medidas fiscales. “No sabemos qué tipo de deflactación quiere hacer la consejera”, siguió Martínez. “Si es igual para todo el mundo, ahí tendremos nuestras dudas. Si es más progresiva, estaremos más a favor”.

Es la misma idea que compartió Mikel Buil, de Podemos. “Bajar los impuestos está bien, pero depende a quién se los bajemos”, defendió, dejando claro que “cualquier medida fiscal debe ser progresiva”. Lo mismo dijo Marisa de Simón, de Izquierda-Ezkerra. “En principio la valoración es positiva, pero defenderemos que se aplique a rentas medias y bajas, las que sufren la sobrecarga fiscal”. Ramón Alzórriz, portavoz del PSN, dejó abierto cómo terminará de resolverse, al afirmar que verán “como se negocia para salir adelante”.

Y por la parte de los partidos en la oposición, EH Bildu y Navarra Suma compartieron su desconfianza hacia el Gobierno. Bakartxo Ruiz pidió esperar a conocer “la letra pequeña”, y Javier Esparza criticó que la medida pretenda disfrazar la reforma fiscal que a su juicio necesita Navarra.

el impacto en la hacienda foral

Relajación fiscal. La Mesa y Junta del Parlamento de Navarra tramitó ayer la pregunta oral que Geroa Bai quiere formular al Gobierno, y con la que busca conocer el impacto económico exacto que puede tener la aplicación de la deflactación en la recaudación de la Hacienda Foral para el año 2020. A juicio de la coalición de Barkos, “el Gobierno de Navarra tiene que analizar la posible repercusión en la calidad de los servicios públicos” que puede tener el hecho de recaudar menos. Sin ser una bajada de impuestos, la medida de relajación podría costar varios millones de euros.