pamplona - Pedro Sánchez ha comenzado el año con la vista puesta en la reunión del Consell Nacional de ERC, que decide hoy, entre presiones cruzadas, si facilita con la abstención su investidura en la votación definitiva fijada para el 7 de enero, tras la festividad de Reyes.

La abstención cuenta con el aval de la ejecutiva del partido republicano, tras el acuerdo con el PSOE sobre una mesa de diálogo entre Gobiernos para afrontar el "conflicto político" en Catalunya, pero la cuestiona parte del independentismo, con Puigdemont a la cabeza, con la acusación de que supone la ruptura de la unidad de acción.

Esos recelos se hicieron más patentes este martes al anunciarse las fechas del pleno de investidura y conocer, a través de ERC, que su acuerdo con el PSOE recoge que las decisiones que salgan de la mesa de negociación entre el Gobierno y la Generalitat se someterán a una consulta de la ciudadanía de Catalunya para que las avale o las rechace.

El pacto cerrado entre los socialistas y republicanos, de cara a una posible abstención en la investidura de Pedro Sánchez, incluye una "validación democrática" de los resultados a los que se llegue en la mesa de negociación entre los Gobiernos central y de la Generalitat. No se explicita si a manera de consulta o de referéndum.

La portavoz de Junts per Cat en el Congreso, Laura Borrás, se ha desvinculado del acuerdo con una dura crítica: "Es ir a una cita a ciegas (...) No sabemos si en esta mesa de negociación hay censura previa, si hay temas que han sido vetados. No sabemos si es un tema de negociación o de salvación para poder hacer esta investidura (...) No confiamos en las promesas vacías ni en los brindis al sol".

La consulta, avanzada por el diario Ara, tiene como origen el pacto de Pedralbes, que ya preveía una propuesta política "que cuente con un amplio apoyo en la sociedad catalana". Pero en JxCat consideran que se trata de una acción "en solitario" de los republicanos y hasta consideran que se trata de una deslealtad. La mesa de negociación "no es vinculante" para JxCat, dijo Borràs.

A Borrás se unió el propio presidente de la Generalitat, Quim Torra, que ha convocado para hoy al vicepresidente del Govern y coordinador nacional de ERC, Pere Aragonès, para decirle que lo que pacte con el PSOE no tiene que implicar al Ejecutivo catalán.

Detrás de Borras y Torra siempre surge la alargada sombra de Carles Puigdemont, pendiente -ahora desde el Parlamento Europeo, aunque sea con acreditación provisional- del horizonte electoral de Catalunya con la "prerrogativa" de poder adelantar los comicios y la tentación estratégica de promover otra candidatura independentista de distracción para restar apoyos a Esquerra.

Junto a Puigdemont se alinea la Asamblea Nacional Catalana (ANC), que también se ha apresurado a presionar a Esquerra con el aviso del "riesgo de una segunda Transición", que, a su juicio, "cerraría el ciclo de la oportunidad de la independencia".

Su presidenta, Elisenda Paluzie, ha criticado que el acuerdo entre el PSOE y ERC aparque el referéndum de autodeterminación y la "libertad de los presos políticos" y que lo centre todo en un diálogo y una negociación entre gobiernos. "Han convertido el diálogo, que es el medio, en un objetivo", ha señalado.

Tras las quejas de JxCat, según la dirección de ERC, fueron el propio Pere Aragonès y el negociador Josep Maria Jové quien hicieron las gestiones pero como respuesta sólo recibieron un mensaje de malestar del president Quim Torra. En medio de estas tensiones y algunas diferencias internas, los más de 200 miembros del Consell Nacional de ERC votarán hoy si facilitan la investidura, cuyas sesiones de debate previstas para el 4, 5 y 7 de enero debe aprobar formalmente la Mesa del Congreso hoy.

Al día siguiente, el viernes día 3 de enero, Pedro Sánchez reunirá a la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE para ratificar el acuerdo con los republicanos.

Las presiones de sus rivales independentistas sobre Esquerra por su eventual apoyo al PSOE son críticas abiertas contra Pedro Sánchez por parte de los dirigentes de PP, Vox y Ciudadanos, que han recibido esos pactos aún por explicitar con palabras gruesas como traición o golpe de Estado.

A este clima de confrontación pronto se añadirán importantes sumandos judiciales, como la decisión del Tribunal Supremo sobre Oriol Junqueras o la inhabilitación de Torra, que tendrán su correspondiente repercusión en la pugna política antes, durante o después de la investidura. - D.N.

Comité de control para la coalición

10 miembros. Un comité de control vigilará de forma permanente el pacto de gobierno de PSOE y Podemos. La comisión de seguimiento estará integrada por dos mesas y tendrá 10 miembros en total: dos por parte de presidencia del Gobierno; dos de la vicepresidencia primera (la de Carmen Calvo); otros dos de la vicepresidencia segunda (la de Pablo Iglesias); dos representantes del departamento de comunicación (uno de cada partido); y otros dos de los respectivos grupos parlamentarios. El objetivo de ese comité de control será "establecer prioridades" y "resolver problemas que vayan surgiendo", según fuentes de la negociación.