- Para el filósofo y analista Josep Ramoneda “mientras siga el conflicto catalán , la monarquía tiene parapeto”, pero al mismo tiempo advierte de que los reyes viven de las rentas del padre y estas se han agotado.

¿Cómo valora el momento de la monarquía?

-Es Felipe VI quien lo ha querido en este momento entrar en esta querella dinástica, ha creído ser muy astuto intentando colar este tema en un momento en el que el país estaba en otra onda y con otra preocupación mucho mayor. A juzgar por la nadería que fue su prestación televisiva del pasado miércoles, que realmente es imposible decir menos con menos empatía, da la sensación de que la corona en este momento se siente con un cierto grado de inseguridad. Intentó matar al padre, creyendo que así se salvaba él, y lo hizo con un ejercicio de magia. Es decir, no ha matado nada, porque no tiene ninguna base jurídica renunciar a una herencia que no ha sido ejecutada.

Un lavado de imagen.

-El problema es que la legitimidad de esta y de todas las monarquías en este momento es que solo puede venir de la utilidad. Y esta legitimidad se la dio Juan Carlos a la monarquía al ser útil en el proceso de transición de una dictadura a una democracia. Fue el buen traidor, proclamado sucesor por el régimen franquista y capaz de hacer el paso a una democracia en un momento delicado, nunca sabremos realmente la dimensión exacta de esta delicadeza, pero sí que la Transición se hizo bajo el ruido de sables y que el miedo de que todo fuera al traste hizo que se aceptaran condiciones que normalmente no se hubiesen aceptado. Si cae el desprestigio sobre la figura que hizo este cambio, perdida esta legitimidad, ¿cuál es la legitimidad de la monarquía, en qué es útil ahora? Yo francamente no soy capaz de encontrar una respuesta positiva salvo el mantenimiento del statu quo de una ciertas élites españolas.

Cabe preguntarse por qué el discurso fue tan pobre.

-Yo creo que el monarca está tocado, y casi físicamente se le notaba, con señales de envejecimiento sorprendente. Pero me cuesta mucho entender que no hubiera un asesor con autoridad para decirle después de grabar y revisar la cinta que no se podía dar, porque realmente es un caso de comunicación estrepitoso.

Los problemas y miserias de una familia afectan a la estabilidad de un Estado.

-Hay preguntas que hay que hacerse. Nadie da 100 millones gratis, sino a cambio de algo. ¿Quiénes fueron los beneficiarios españoles? ¿Qué negocios se montaron a partir de aquí? Es evidente que ha habido una especie de omertà para proteger los descontroles de Juan Carlos tanto por parte del PP como del PSOE cuando han estado en el poder. Y sigue y seguirá. A eso le llaman sentido de Estado, cuando probablemente es lo contrario.