- Miles de manifestantes se congregaron ayer en las calles de Hong Kong para protestar por la entrada en vigor de la nueva ley de seguridad nacional que China ha promulgado para el territorio y que ya dejó las primeras detenciones por incumplirla. Según la última cifra oficial compartida por la Policía en redes sociales, más de 300 personas fueron arrestadas durante el día de ayer, de las que nueve lo fueron bajo el amparo de la nueva normativa.

Las autoridades habían prohibido, por primera vez en 17 años, la tradicional manifestación antigubernamental celebrada cada 1 de julio, fecha en la que se conmemora la retrocesión de Hong Kong de manos británicas a chinas en 1997. No obstante, y pese a la numerosa presencia policial -unos 4.000 agentes fueron desplegados- y a que las principales calles fueron acordonadas, muchos manifestantes desoyeron la orden policial y salieron a protestar, tal y como habían reclamado usuarios de los foros en internet del movimiento prodemocrático hongkonés. Eso sí, el número de participantes en esta protesta fue muy inferior al registrado en las marchas del 1 de julio de otros años.

La Policía emitió varios comunicados recordando que la marcha no estaba autorizada, reclamando a los manifestantes que se dispersaran y advirtiendo de que, de no atender esa exigencia, se procedería a llevar a cabo detenciones. Los antidisturbios emplearon camiones con cañones de agua para tratar de dispersar a los manifestantes, y también lanzaron botes de gas lacrimógeno, mientras que quienes protestaban levantaron barricadas y, en algunos casos, les prendieron fuego.

El diario local South China Morning Post informó, citando a fuentes policiales, de que los agentes habían recibido autorización para detener a cualquier persona que porte banderas o pancartas con eslóganes relacionados con la independencia, la liberación o la revolución en la ciudad, que han sido ilegalizados.

La primera detención de ese tipo la anunció la Policía en torno a las 13.30 hora local (05.30 horas aquí): "Un hombre fue detenido por sostener una bandera independentista de Hong Kong, infringiendo la ley de seguridad nacional. Es la primera detención llevada a cabo desde que la ley está en vigor". Más tarde, una mujer fue detenida por portar una pancarta con el lema Independencia de Hong Kong y banderas del Reino Unido y Estados Unidos.

Desde ayer, los agentes cuentan con una nueva pancarta de advertencia para los manifestantes, basada en las provisiones marcadas en la nueva normativa. "Están mostrando banderas o pancartas, gritando consignas o comportándose con una intención de secesión o subversión, que podrían suponer delitos tipificados en la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong. Podrían ser detenidos y procesados", avisa el cartel, de color morado.

Uno de los manifestantes, un jubilado de 61 años que acudió en su silla de ruedas y que solo se identificó como señor Wong, explicó por qué protestaba pese a la prohibición y a los delitos tipificados en la nueva ley, que contempla penas que alcanzan la cadena perpetua en los casos más graves. "La ley da miedo, pero tengo que manifestarme. Quiero democracia y libertad", relató. Los manifestantes entonaron cánticos como "La independencia de Hong Kong, la única salida", "Hongkoneses, construid nuestra nación" o "Una nación, un Hong Kong", mientras que un grupo de ancianas que acudieron a la zona repartieron panfletos con el mensaje El cielo destruirá al Partido Comunista de China (PCCh).

Por otro lado, la jefa del Gobierno local, Carrie Lam, afirmó que la culpa de la radicalización de facciones del movimiento prodemocrático es de las autoridades de la ciudad, pero lejos de tender una mano a la conciliación, aseguró que su gran error fue no aprobar la ley de seguridad nacional antes, tal y como exigía la Ley Básica. El Gobierno de Pekín aseguró que la nueva ley es "la segunda más importante" tras la Ley Básica y que "fortalecerá" el modelo de "un país, dos sistemas" que rige la autonomía de la antigua colonia británica frente al resto de China. No es así como lo ven abogados y activistas de la ciudad, que consideran que la nueva ley podría suponer el fin de las libertades de las que gozan los hongkoneses frente al resto de chinos.

Reino Unido ofrece asilo. El primer ministro británico, Boris Johnson, avanzó ayer que su Gobierno planea ofrecer una vía para que cerca de 3 millones de hongkongeses puedan vivir en el Reino Unido y adquirir nacionalidad británica. Además, el ministro de Exteriores, Dominic Rabb, calificó de "violación" la ley impuesta por Pekín.