La lápida de la tumba del dirigente socialista asesinado por ETA en febrero del año 2000 en Vitoria, Fernando Buesa, ha sido atacada esta pasada noche por unos desconocidos que la han rociado de pintura roja.

La lápida, además del nombre del que fue vicelehendakari y portavoz socialista en el Parlamento Vasco, recoge la frase: "Fue un hombre de paz. Defendió la libertad de todos con la palabra".

La Fundación que lleva el nombre del político asesinado por ETA ha denunciado lo sucedido a través de las redes sociales y ha sostenido que "el discurso del odio sigue presente" en la sociedad y que "lejos de ignorarlo", hay que "denunciarlo y rechazarlo sin matices para deslegitimar el terrorismo".

En redes sociales, el lehendakari, Iñigo Urkullu, ha manifestado su estupor por este ataque, que "merece un rechazo y una condena sin paliativos, ni eufemismos". Tras mostrar su apoyo a la familia de Fernando Buesa, ha señalado que "atacar una sepultura es repugnante y carente de todo principio humanista. Es un muestra de embrutecimiento y deshumanización.".

Asimismo, ha opinado que la inmensa mayoría de la sociedad vasca "se avergüenza" de este tipo de actos y defiende una convivencia "basada en el respeto al pluralismo y a los derechos humanos".

El delegado del Gobierno en el País Vasco, Denis Itxaso, ha señalado que "las heridas y el dolor que dejaron las décadas del terrorismo no cicatrizarán mientras persistan acciones de odio e intransigencia como la agresión sufrida hoy en el panteón donde descansan las cenizas de Fernando Buesa".

El alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, que ha ordenado la limpieza de la lápida en el menor tiempo posible, ha manifestado su solidaridad con la familia y los allegados de Fernando Buesa, así como su condena "más rotunda a este nuevo ataque". "En Vitoria no queremos ni violencia, ni violentos que vulneran los derechos humanos", ha sentenciado.

Los partidos han mostrado asimismo su repulsa a este ataque. La secretaria general del PSE-EE y candidata a lehendakari, Idoia Mendia, ha destacado que la memoria de un socialista como Buesa "está muy por encima de la catadura moral de los que pretenden hacer exhibición de su falta de principios democráticos".

El presidente del PNV en Álava, José Antonio Suso, ha opinado que este ataque demuestra el "largo camino democrático que les queda por recorrer" a sus autores y ha considerado que estos actos "perversos e intolerables acrecientan el dolor de una familia" y "entorpecen la convivencia", máxime a unos días de unas elecciones.

EH Bildu ha publicado un tuit en el que muestra su "rechazo más absoluto al ataque al panteón de la familia Buesa" a la que expresa "toda" su solidaridad.

Ana Beltrán, del PP, ha denunciado que "el culto al odio sigue presente en el PaísVasco y debe ser combatido con firmeza, con un discurso de mano tendida a los herederos de Batasuna".

Edmundo Bal (Ciudadanos) se ha referido en términos parecidos al ataque a la tumba de Buesa, un "demócrata valiente a quien ETA asesinó de la forma más vil y cobarde" y ha dicho que "el odio sigue todavía muy presente en el Páis Vasco", donde "queda mucho por hacer para que triunfe la libertad".

Sara Buesa, hija del político asesinado, también en las redes sociales, ha expresado la tristeza y el disgusto de la familia, y ha señalado que el odio "se combate con amor y el mal con bien. El silencio y la inacción revictimizan. Defender la libertad y combatir el odio es cosa de todos".

Podemos ha suscrito estas palabras de Sara Buesa, que han citado en Twitter.

El Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco, Covite, ha mostrado su "más firme condena al deplorable ataque" y ha afirmado que "ETA ya no mata, pero sus herederos y justificadores ponen mucho empeño en humillar a sus víctimas. Así son los 'nuevos tiempos sin ETA'".

La Fundación Miguel Ángel Blanco ha enviado un "gran abrazo" a la familia y amigos de Buesa y ha denunciado que "el odio impide la más mínima piedad con los asesinados".