La querella que Vox ha puesto al portavoz socialista, Ramón Alzórriz, continúa adelante y ahora tendrá que ser el juez quien decida qué ocurre. La Audiencia de Navarra ha acogido esta mañana el acto de conciliación entre ambas partes, que ha terminado sin acuerdo y que por lo tanto se deriva al juzgado, que determinará el desenlace del episodio.

Hace un mes, el partido de ultraderecha denunció al secretario de Organización del PSN después de que hiciera unas declaraciones en las que lamentó que los extremos (que ejemplificó como Vox y la corriente ATA de la izquierda abertzale) perjudican la convivencia en Navarra. Vox entendió que Alzórriz les estaba equiparando con ETA, y decidieron querellarse contra él.

En la denuncia, exigen que el portavoz socialista se retracte públicamente de sus palabras, y además le piden una indemnización de 10.000 € que la ultraderecha dice que destinaría a una asociación de huérfanos de la Guardia Civil. El parlamentario socialista siempre ha sostenido que Vox ha manipulado el episodio, y que él no tiene que retractarse de ninguna de sus palabras, que pronunció como portavoz socialista y en sede parlamentaria.

Consultado por este periódico, Alzórriz llega a la conclusión de que lo que busca Vox es una notoriedad política que no le entregaron las urnas. "Estoy convencido de que esto se va a resolver a nuestro favor, porque lo único que busca Vox es una notoriedad política que la ciudadanía no le ha otorgado", reflexiona. "Yo no me tengo que retractar de algo que dije como portavoz en las atribuciones políticas que tengo", sostiene, y explica el episodio: "Lo que dije es que Vox y ATA atacaban permanentemente nuestra convivencia y nuestros derechos y libertades, a partir de ahí que cada uno interprete. Pero yo dije lo que dije. Los extremos están permanentemente atacando, y es así, y luego pasan desgracias, y eso hay que denunciarlo y exigir que no se vuelva a producir".