Esta semana ha fallecido a los 95 años Mercedes Colás Irisarri. Su nombre seguramente resulte desconocido por estos lares. Si le añadimos que ha sido la vicepresidenta de las Madres de Plaza de Mayo, su biografía comienza a perfilarse. Si añadimos que fue vecina de Lodosa en su niñez, su historia se acerca sobremanera. Si resulta que fue víctima por partida doble, también del golpismo franquista, su vida sobrecoge, y provoca reconocimiento y emoción.

Aquellos dos zarpazos recibidos retratan el horror de las violencia ultra, pero lejos de hundir a esta mujer, labraron su carácter luchador y antifascista. Primero fue la brutalidad del golpe franquista, de infausto recuerdo en Navarra, la que atravesó su niñez en un antes y después. Cuatro décadas más tarde y a 10.000 kilómetros de distancia, las atrocidades durante la dictadura militar en Argentina arrollaron de nuevo su camino y se llevaron por delante la vida de su hija, cuyos restos nunca pudo recuperar. "Yo perdí media familia, y acá me volvió a pasar lo mismo", resumía en una entrevista en Argentina. "Yo decía: el fascismo dos veces no puede ser. Y fue. Lo voy a combatir siempre. Lo voy a seguir combatiendo hasta el día que me muera".

Mercedes Colás nació en 1925 en el pueblo porteño de Villa Devoto. En 1931, su familia decidió emigrar a Lodosa. La dictadura recién instaurada de José Félix Uriburu ponía en peligro la integridad de su padre, José María Colás, albañil anarquista. En una entrevista, esta lodosana de adopción recordaba "un pueblo chico donde había mucha gente analfabeta". Ella sí sabía leer y enseñó a algunos de sus vecinos.

Fueron años felices en Lodosa, semilla de su apego por esta localidad, una conexión afectiva que perduró hasta el final, como recordaba la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, en su nota de despedida. Así transcurrieron los años de la Segunda República, hasta que un año después del estallido del golpe franquista, su padre, dirigente sindical, fue fusilado. A modo de susto y escarmiento, le condujeron a un paseo en Tudela, y ni le amilanaron ni consiguieron doblegarlo. "A mi papá le dijeron que se podía salvar, y él dijo: "¿todos?" No, "tú". El contestó: "todos o ninguno". Y fue ninguno", contaba con orgullo Mercedes. A ella le raparon el pelo al cero, para mayor castigo y escarnio. Era una niña de 11 años.

En 1939, ya adolescente, regresó a Argentina junto a su madre y su hermano. Se casó con 19 años. De su marido tomó prestado el segundo apellido 'De Maroño', con el que era conocida en su país. Su única hija, Alicia, nació en 1946. Pasaron tres décadas. Ella y su marido fueron abuelos. Y un día, el 5 de enero de 1978, el año del Mundial en Argentina, Alicia desapareció. Como tantos miles de desaparecidos. Contaba entonces con 31 años. Su cuerpo sigue hoy en paradero desconocido.

LUCHADORA "Yo me quedé seis meses mirando la ventana, esperando a que mi hija volviera. Y si salíamos los dos (su marido y ella), a cualquier lado, dejábamos una nota sobre dónde estábamos, porque siempre esperábamos que volviera. Es muy difícil vivir todo eso. Siempre pensé que la iba ver aparecer, tenía un portón de verja de hierro, y una preocupación. En mi calle habían cambiado el tránsito. Yo decía, cuando llegue Alicia, como si llegase en un coche, cosa de tontería que uno piensa, cómo va llegar si estamos contramano. Fíjese qué tonterías piensa una, y le puedo asegurar que lo pensé muchas veces". Así se expresaba Mercedes Colás, ya anciana, en otra entrevista, relatando el trauma de la desaparición forzada de su hija.

Fue su marido el que un día le habló de las Madres de Plaza de Mayo. La primera vez que fue a una concentración se puso el pañuelo en la cabeza, y acompañada de su esposo, se sentó en un banco. Otra madre que nunca más volvió a ver "porque entonces éramos muchas y no hablábamos demasiado entre nosotras", le dijo: "¿A vos quién te falta? Porque yo lloraba. y yo le dije, que mi hija, y ella me contestó: Ché, acá no se viene a llorar, eh, acá se viene a luchar, así que levántate y vamos". Ese modo imperativo, en vez de seco o severo, supuso un revulsivo personal en el corazón roto de Mercedes, y su duelo comenzó otra etapa, la de una larga lucha que junto al resto de madres y compañeras conmovió al mundo. "Se lo agradeceré toda la vida", dijo en aquella entrevista al referirse a esta mujer. "En vez de solo una llorona, fui una luchadora, y eso se lo debo a esas palabras que me dijo con tanta fuerza esta madre que nunca supe ni cómo se llamaba". Mercedes ya no faltó a la cita los jueves en la tristemente célebre plaza de Mayo.

NOTA DE LAS MADRES La Asociación Madres de Plaza de Mayo informó este miércoles del fallecimiento de su vicepresidenta, conocida cariñosamente como Porota, en su casa de Villa Devoto, después de llevar algunos meses enferma."Ella era una de las Madres que había pasado dos veces por la tortura y el horror. Porque ella estuvo en Guerra Civil española, donde fue fusilado su padre por ser antifranquista y revolucionario", resaltó el comunicado de despedida a Mercedes, que añadía: "Y luego viene acá, y cuando estaba bien, y feliz, casada, con su hija y sus nietos, le secuestran a su hija. Y España se le vino de vuelta a la cabeza. Y ahí estuvo ella, con los dos horrores y terrores, que nunca le dejaron. Siempre que hablaba los recordaba", señaló la Asociación en una nota, que destacaba que Mercedes "siempre hablaba de Lodosa". Aquí viajaba todos los años a visitar a sus parientes mientras la salud se lo permitió. Tal y como recogimos en un reportaje publicado en DIARIO DE NOTICIAS el 24 de octubre de 2011, en aquel otoño de 2011 la asociación Ahaztuak 1936-1977 y Askapena tributaron un homenaje a las víctimas del franquismo y de la dictadura Argentina, y Mercedes recibió un reconocimiento especial por medio de una placa. La homenajeada no pudo estar presente, pero se le hizo llegar la placa. Un reconocimiento y un reportaje que Mercedes agradeció en un discurso público en Argentina año y medio después, el 18 de julio de 2013, donde se refirió a Lodosa y a Sartaguda, "con el triste apodo de 'El pueblo de las viudas', porque durante la guerra civil mataron a casi todos los hombres que eran republicanos". "Les quiero contar estas cosas", añadió, "porque el mundo no sabe todo esto".

Como vicepresidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo mantuvo reuniones, junto a sus compañeras, con líderes como Fidel Castro, Yasser Arafat, el subcomandante Marcos en plena selva de Chiapas, Luiz Inácio Lula Da Silva, Evo Morales, Rafael Correa y Hugo Chávez, entre otros.

La asociación reflejó su pesar en la constatación añadida de que sus integrantes se van muriendo sin conocer el paradero de sus seres queridos. "Cada vez que se va alguna se nos va un pedazo de nosotras mismas. Pero sabemos el compromiso que tenemos con nuestros hijos y que debemos seguir".

HABRÁ ACTO EN LODOSA Consultada la alcaldesa de la localidad, Lourdes San Miguel, sobre si se va a celebrar algún tipo de reconocimiento póstumo, la primera edil confirma que tienen previsto hablar con las asociaciones y colectivos relacionados con la memoria. Pero no son tiempos sencillos, y dado el cierre perimetral que sufre ahora mismo la localidad, "hemos cancelado toda la agenda cultural, así que entonces tampoco nos parecía correcto dedicar este fin de semana a un acto así, porque el cierre perimetral nos limita mucho y por no hacer un llamamiento a la agrupación de personas, ya que estamos sancionando otros eventos, y no generar ese efecto llamada". En cualquier caso, San Miguel se unía ayer a un mensaje de reconocimiento y gratitud. "Como lodosanos es de agradecer que una señora que había tenido esta vida tan cruda, que venía huyendo de una dictadura, se encuentra aquí con otra, matan a su padre, vuelve a Argentina y después su hija desaparece, algo de película de terror, y aun así, siguiese recordando Lodosa con cariño y de forma positiva, cuando pasó una época muy oscura de su vida".

"En vez de solo una llorona, fui una luchadora, gracias a a la fuerza de otra madre de la Plaza"

"Yo decía: el fascismo dos veces no puede ser. Y fue. Lo voy a combatir siempre, hasta que me muera"MERCEDES COLÁS IRISARRI

Vicepresidenta Madres de Plaza de Mayo