El Gobierno de Navarra tiene en el desarrollo del tren de altas prestaciones para personas y mercancías una de sus prioridades, pero todavía no es capaz de concretar cómo se pagará la obra ni los plazos en los que se desarrollará.

Así lo ha asegurado la presidenta del Ejecutivo, María Chivite, que ha comparecido en el Parlamento a petición de I-E para posicionarse con respecto al reciente acuerdo que varios sindicatos alcanzaron para mejorar el actual trazado.

Chivite ha respondido a Marisa de Simón que el Gobierno de Navarra respeta todos los acuerdos que se hagan en materia sindical, pero que tiene su propio modelo de tren.

Es el de un tren moderno, que emita menos contaminación con los camiones y los aviones, que no se dedique a competir, sino que priorice la movilidad de personas y mercancías, que vertebre el territorio y que se integre en la red de transporte público. Su idea es que todas las personas puedan acceder sin impedimentos de entrada en función de renta.

Chivite ha dicho que para el Gobierno el desarrollo del tren de altas prestaciones es una "prioridad". Y no lo quiere hacer de cualquier manera. La jefa del Ejecutivo considera que, puestos a hacer una inversión importante, Navarra tiene que pensar a medio y largo plazo y procurar que la obra no se quede obsoleta en poco tiempo, razón por la que cree que hay que tomar conciencia de que la obra será cara para garantizar la capacidad suficiente del corredor.

Pero, de la misma manera, la presidenta ha caído en un error recurrente por parte de los que defienden la obra: la falta de concreción. Los Presupuestos Generales del Estado consignan 62 millones para el TAP en Navarra, mucho menos de lo necesario para desarrollar la obra en un horizonte razonable. A partir de ahí, no hay ninguna fecha concreta ni cifra precisa: no se sabe cuándo podrá ser una realidad el tren, ni cuánto dinero tendrá que adelantar Navarra, ni si se firmará un convenio con el Estado, ni cómo será la conexión definitiva con la CAV.

Chivite lo único que ha dicho es que la obra es prioritaria y que la Unión Europea incluye a Navarra dentro de los 9 corredores estratégicos de toda Europa, lo que es una "ventaja competitiva". No hay más concreción, tampoco ahora que se están definiendo los proyectos que optarán a ayudas europeas.

"Tenemos un tren obsoleto y no nos permite responder a las necesidades del futuro, pero tampoco a las presentes", ha reflexionado ante los grupos, con los que ha tratado de sintonizar especulando con que esta es una reflexión de partida en la que todos coinciden.

"Navarra necesita el TAP porque si no nos quedamos sin futuro, y por eso animo al Estado y a Europa, y ahora con los fondos europeos más, a que se invierta en esta infraestructura". Eso no hará, dijo, que desaparezcan otras infraestructuras ferroviarias, que puede ser la preocupación de algunos grupos opositores como partidos o algunos de los sindicatos firmantes del acuerdo que originó la comparecencia.

"No podemos actuar a contracorriente, con miras cortas, estas infraestructuras hay que hacerlas para plazo largo, porque un ahorro hoy puede suponer gastar más y que acabemos llegando tarde al tren", ha apuntado. "No podemos quedarnos aislados porque perderíamos competitividad", ha terminado.

Eso sí, ni en el primer turno ni en la réplica la presidenta Chivite ha respondido a una cuestión que le han lanzado tanto Navarra Suma como Geroa Bai: cómo se encuentran los trabajos para la conexión de Navarra con la Y vasca.

Es uno de los puntos clave del corredor navarro, ya que hay mucha diferencia económica y de capacidad de conectar por Vitoria (la opción por la que se decantó Fomento en tiempos de Íñigo de la Serna) o por Ezkio, mucho más cara, más invasiva, pero al parecer con mejor capacidad de tráfico de trenes. Chivite no ha respondido.

DISPARIDAD EN LOS GRUPOS

Javier Esparza (Navarra Suma) ha intentado evitar el debate sobre una alternativa ferroviaria tirando de la política de hechos consumados. "Este es un debate (el propuesto por I-E, sobre alternativas de trazado) superado", ha dicho, con voz tranquila.

"Porque las obras ya se están haciendo", ha subrayado, y se hacen con un plan muy diferente al del "tren chuchú" que propone I-E, Podemos y EH Bildu. Esparza, por lo tanto, ha querido ridiculizar las posibles alternativas y se ha erigido como un defensor acérrimo del modelo de alta velocidad.

Además, se ha preocupado de recordar que las obras se están haciendo poco menos que gracias a él y a su acuerdo con Rajoy. Ese acuerdo que Esparza dijo que había puesto 3.000 millones de inversión en bandeja de plata, y de los que no se han visto más que migajas. Desde 2012, el Estado, encargado de pagar la obra, solo ha invertido 112 millones e los más de 2.500 que precisaría la obra. A ese ritmo, el tren no sería realidad hasta dentro de 191 años.

Esparza, además, ha pedido dos cosas: que se ejecute hasta el último euro de los 62 millones presupuestados en el Estado y que la conexión con la CAV sea por Ezkio, la opción que más ha gustado a la derecha constructora.

Por el PSN, Ramón Alzórriz ha criticado que Esparza exija que se invierta hasta el último euro para el TAV, cuando su partido votó en contra de los Presupuestos Generales del Estado que consignan esas partidas.

Desde Geroa Bai, María Solana ha insistido en la necesidad de que Navarra suscriba un convenio para desarrollar la obra con el Estado. Es una fórmula que ya se hizo en el pasado, y que duró hasta que el Estado la rompió por petición de UPN para dañar al Ejecutivo de Barkos. "Lo que hizo UPN fue un acuerdo extragubernamental", ha dicho para restar importancia a lo que hizo Esparza.

Desde EH Bildu, Adolfo Araiz ha pedido a Chivite que no venda humo y no prometa imposibles, porque las mercancías no van a viajar a alta velocidad. "En todo caso de Pamplona a Castejón, pero después el trazado no es de alta velocidad y usted lo sabe, no engañemos a la ciudadanía", ha reflexionado para a continuación enlazar con que, si la alta velocidad solo va a ser para pasajeros, para "ahorrarse veinte minuto para ir a Madrid" igual no es necesario una inversión semejante.

Desde Podemos, Ainhoa Aznárez ha censurado el "marketing político" que ha rodeado históricamente a la obra". Y Marisa de Simón, de I-E, defendió que antes que un TAV ruinoso hay que adecentar el actual trazado, que es el que vertebra territorio.