- El Parlamento de Navarra debate hoy el Plan de Convivencia del Gobierno de Navarra. Un documento amplio y transversal que aborda desde la pluralidad identitaria al fenómeno de la inmigración, pero que una vez más ha acabado centrado en torno a la violencia de ETA. “Votaremos en contra si el Plan de Convivencia no recoge la verdad, no llama a las cosas por su nombre. Si permite un lenguaje neutro para no molestar a EH Bildu y si apoya a la normalización y el blanqueo de EH Bildu”, advirtió ayer Javier Esparza.

El texto llega al Parlamento tras un largo proceso de análisis y debate con múltiples agentes sociales y colectivos. De todo tipo, menos aquellos ideológicamente más vinculados a UPN, incluido el colectivo de víctimas de ETA afin, que desde el principio han tratado de desacreditar el proceso negandose a participar.

Lo ha hecho ahora, en el trámite parlamentario, mediante la presentación de 11 propuestas de resolución de contenido diverso. Desde reconocer a las víctimas de la “represión del bando republicano” durante la Guerra Civil, a mostrar un apoyo a los “refugiados políticos” de países como Cuba o Venezuela.

Hay sin embargo una que Esparza considera imprescindible para apoyar el plan. Se trata de una “condena expresa” a ETA que Navarra Suma vincula a un rechazo a cualquier acuerdo o pacto “con quienes no condenan el terrorismo”. Una clara referencia a EH Bildu que el PSN rechaza aceptar. En su lugar, los socialistas han planteado un texto alternativo en el que se recoge la condena a ETA y se reclama a todos de partidos que la asuman, pero sin condicionarla a acuerdos políticos en el futuro. “Lo que no vamos a permitir es que el Plan de Convivencia se convierta en el Plan de conflicto político”, argumentó ayer su portavoz, Ramón Alzórriz, que avanzó que si Navarra Suma no acepta la declaracion en esos términos no la apoyarán.