pamplona - La cordobesa Carmen Ruiz Repullo, profesora de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y doctora en Sociología, cuenta con 19 años de experiencia como experta en igualdad. Fue parte del equipo de profesionales que han diseñado y estructurado el programa Skolae.

¿Por qué trabajar con menores?

-Según el registro de delincuencia sexual en nuestro país a 31 de agosto de 2018 creo que eran unos 2.570 menores con antecedentes por agresiones sexuales. Algo hay que trabajar con estos datos. Tenemos que ver cómo se está socializando la adolescencia en la actualidad y acabar con el machismo y posible machismo que viven o presencian. Los datos de violencia de género del Consejo General del Poder Judicial nos dicen que tenemos a un número de chicas menores con órdenes de protección y un número de chicos menores con órdenes de alejamiento.

Habla de prevenir violencia en la adolescencia, pero Skolae abarca edades desde 0 a 20 años. ¿Cómo se diferencia el contenido?

-En Infantil y Primaria hay que abordar el buen trato y las relaciones de igualdad. Educar en tratar bien al otro, la educación en valores... Y con 12 años hay que abordar la prevención de la violencia. Si no, seguimos previniendo con 16 algo que podríamos haber trabajado anteriormente. Te adaptas en función de la socialización y cultura que tienen. Por eso las fichas se estructuran por franjas de edad, te adaptadas a su realidad cotidiana. No puedo abordar, con una criatura de 12 años, algo que no vea cercano, no sirve de nada. Tengo que acercarme a ella con esa realidad de 12 años.

Parte de esa realidad cotidiana, ¿son las canciones?

-Las canciones y la música son una herramienta de socialización. Puesto que son una herramienta de socialización, las utilizamos para deconstruir los posibles mensajes sexistas, machistas o lemas que promuevan la violencia que a veces hay en ellas. Con este tipo de talleres intentamos que se den cuenta, que se cuestionen. Se trata de educar en un pensamiento crítico y en una mentalidad crítica. Pero lo mismo cuando ven un programa de televisión que promueve machismo o cuando oyen un comentario en su instituto o en su clase. Lo que intentamos es que las herramientas de socialización no sean machistas. Y las que lo son, visibilizarlas o cuestionarlas.

¿Y se les indica qué no deberían escuchar?

-De ningún modo. Lo que se intenta es analizar con el alumnado -que no prohibir- canciones que pudieran ser sexistas, letras que pudieran promover alguna práctica violenta así como letras igualitarias. De hecho, dentro de la ficha de Skolae No me cantes violencias, de un mismo grupo se analiza una canción como posible forma de violencia o mensaje de amor romántico y de control -que es el de Sin ti no soy nada, de Amaral- y, sin embargo, el mismo grupo también aparece como ejemplo de canción igualitaria -Salir corriendo-.

En las actividades de trabajo que usted suele realizar en institutos, ¿qué se cuestiona?

-Analizamos por ejemplo qué modelo de atracción ven en los medios, qué tipo de programas ven, qué canales de YouTube siguen? y si estos promueven o no la igualdad, qué modelo de relaciones nos plantean o qué ejemplo de chicos y chicas nos dan. La violencia que tenemos en la adolescencia no guarda ninguna relación con aspectos biológicos. Guarda relación con aspectos culturales y sociales. Una cultura y una sociedad machista y sexista. Tenemos que abordar esto y una herramienta, una de tantas, son las canciones.

Se suele señalar al reguetón como machista.

-Estamos enfocando el reguetón cuando es mucho más. No se trata de un grupo en concreto ni de un estilo musical, se trata de cómo a veces incluso de manera inconsciente las letras de las canciones promueven una frase o comentan algo que puede reproducir esa violencia o ese machismo. En los talleres a veces me he encontrado con chicas y chicos que dicen “bueno, sé que son machistas, pero es que a mí me gusta el reguetón”. Y yo le digo bueno, pero es que no todo el reguetón es machista, hay reguetón igualitario. Y como profesora intentas mostrarles que hay opciones.

¿Cómo suele ser la puesta en práctica de la actividad de análisis de canciones?

-Vas con una serie de ejemplos y por grupos tienen que analizar la letra. Entonces, cuestionamos: qué te llama la atención, de qué va la canción, quién la protagoniza, qué promueve? Y ellas y ellos analizan. Nosotras no llegamos a un taller y les decimos: “Mirad, esta canción de Maluma es machista”. No, les das la canción, les das la letra y por grupos analizan esa letra. Y la reacción suele ser: “Jo, pues yo nunca me había dado cuenta. La había escuchado, la bailo, pero no me había dado cuenta”. Aunque siempre hay gente que te dice de entrada que les parece o ya parecía machista.

¿Qué considera que se debe trabajar con más ahínco en la adolescencia?

-Que sean conscientes de lo que escuchan. Y que no les parezca normal cómo hablan de las mujeres y de los hombres, cómo hablan de las relaciones? Por ejemplo el ‘sin amor la vida se nos va’. ¡Que la vida son muchas más cosas! No es solo las relaciones de pareja, que nadie se muere por una ruptura. Con este tipo de talleres lo único que queremos es analizar y que tengan una mente crítica a la hora de ver lo que están escuchando. En Secundaria, igualmente, analizamos los programas de televisión, las series que ven, los cuentos infantiles, la literatura? Las canciones son una herramienta más de socialización. Ver ahí dónde está el sexismo y ver cómo es ese sexismo. Porque, como sabemos, el sexismo y el machismo son la base de la violencia.