pamplona - La fiscal Ana Marcotegui reclamó ayer la absolución del agente de la unidad antidisturbios de la Policía Nacional sentado en el banquillo acusado de haber efectuado un pelotazo que dejó tuerto a un joven de Villava, Aingeru Zudaire, tras los incidentes generados en una huelga general en septiembre de 2012. La Fiscalía entiende que no existen “elementos de delito”, aunque matizó que “nadie pone en tela de juicio que las lesiones del perjudicado fueron causadas por un pelotazo”. Y entonces precisó: “Pero hay que contextualizar esos hechos. Porque la manifestación de aquel día acabó con altercados violentos, agresiones físicas y verbales y poniendo en riesgo incluso a peatones ajenos a los hechos. Hubo por tanto una alteración del orden y de la paz pública que hizo necesaria la intervención policial”. Y dentro de ese contexto, el Ministerio Público abundó en la ausencia de pruebas contra el acusado. “No hay un solo dato de que este agente fuera quien lanzó ese pelotazo, ni prueba de que su conducta fuera imprudencia o adolezca de defectos de forma. El policía dice que solo hizo disparos de salvas (pólvora inerte) y no hay prueba ni nadie ve al agente disparar de forma intencionada. Y el uso de pelotas no fue antirreglamentario. Los agentes actuaron con prudencia, proporcionalidad y racionalidad. No hay un solo dato que nos diga que el acusado disparase y que su actuación quebrantara los criterios policiales. La víctima resultó lesionado por una pelota que se usó de forma racional. El pelotazo no fue querido por nadie. Fue un desgraciado accidente que no se hubiera producido sin esos graves altercados”.

La representante del Ministerio Público cuestionó de todas formas que la escena reseñada por la acusación particular y donde sitúa que tuvo lugar el grave incidente fuera en la que resultó herido Zudaire. “El acusado dice que los disparos se corresponden con salvas, pero es que sus compañeros lo corroboran, se ve humo y además, en el caso en el que se dice que pudo disparar, tenía a otro agente delante y nunca podía haber lanzado así”. La fiscal también se confesó “sorprendida” por la calificación de lesiones dolosas que la acusación particular realiza. “No hubo intencionalidad alguna, no se disparó a nadie para dejarle tuerto y resulta osado o increíble afirmar que el acusado actuó con dolo eventual”, es decir, que se le tenía que haber representado como posible que ello ocurrieron. “De haber algo hubo imprudencia”. En todo caso, si la Audiencia considera al agente acusado responsable de los hechos, la fiscal entiende que se le debe aplicar la eximente de actuar en el cumplimiento de su deber.

La fiscal subrayó que la versión del acusado “adolece de veracidad, coherencia y persistencia en la incriminación”, a su juicio, por haber dado a lo largo del proceso varias versiones de su ubicación y la de los agentes que le pudieron disparar y la distancia que le separaba de ellos. “En su declaración en el juicio todavía arrojó más contradicciones. Y eso le resta credibilidad y tiene muchas fisuras”.

“en el banquillo por ser sincero”

“Está aquí por reconocerse en un fotograma”. El Abogado del Estado, Enrique Azparren, que ejerce la defensa del acusado, reclamó ayer al tribunal la absolución de su representado y la condena en costas de la acusación particular por lo temeraria de su denuncia. Además, dijo que había un funcionario sentado en el banquillo de los acusados “por ser sincero, por haberse reconocido en un fotograma” que se le exhibió durante la instrucciones. La defensa negó que existiera ningún nexo de causalidad entre la acción policial y las heridas del perjudicado y cuestionó el relato de este: “La ausencia de pruebas es total. Ni siquiera en la grabación se ve una ambulancia donde se saque al herido. Hay unas circunstancias que generan confusión. ¿Por qué no se han aportado las llamadas efectuadas al 112? ¿Por qué no se han pedido las ambulancias que pudieron acudir al lugar”.