En una tarde lluviosa, fría e invernal de 1953, el empresario catalán José Biosca volvía en su coche de Toledo a Madrid cuando recogió en la carretera a una mujer que le reclamó su ayuda para llegar a la capital donde su hijo tenía que recibir tratamiento para curar el cáncer. En el transcurso de ese trayecto, la mujer se desahogó y explicó a Biosca las dificultades y el sufrimiento que la enfermedad le causaba. Esa conversación no dejó indiferente al empresario. Cuando llegó a su destino, se reunió con amigos y decidió tirar su capa al suelo como un gesto para recoger fondos y destinarlos a todas esas personas que padecían cáncer y se sentían desamparadas. Fue ahí, sin duda, cuando nació la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).

Durante los primeros años, como la sanidad pública era muy limitada y no ofrecía una cobertura suficiente para el tratamiento oncológico, las acciones se encaminaron a la obtención de fondos para pagar los tratamientos a las personas sin recursos y a dotar de aparatos médicos a los hospitales de toda España. En una segunda etapa, la AECC invirtió más dinero en la implantación de los servicios de detección precoz y empezaron a nacer los primeros programas y servicios. Y ya, a partir del año 2000, dio un gran impulso a la investigación oncológica.

La Asociación Española contra el Cáncer (AECC) tiene su sede central en Madrid, pero su actividad se extiende a toda España, a través de sus Juntas provinciales. Está formada por socios, voluntarios y personal cualificado que unen sus esfuerzos en una única dirección: plantarle cara al cáncer. Los socios son los que hacen posible la sostenibilidad económica de esta Asociación, gracias a sus cuotas, y también por la colaboración con empresas, los donativos, la cuestación, o las subvenciones.

En la actualidad, el equipo de AECC de Navarra está compuesto por 11 profesionales (4 psicólogos, 3 trabajadoras sociales, una persona encargada de los pisos de acogida, dos administrativas y una coordinadora), además de un nutrido grupo de voluntarios y colaboradores. La AECC tiene sede en Pamplona, en la calle Río Altzania y en los despachos de psicooncología del Complejo Hospitalario de Navarra, y en Tudela, en la calle Juan Antonio Fernández y en el Hospital Reina Sofía. En ambas localidades ofrecen atención social, talleres grupales y voluntariado para prestar una atención integral al paciente y su familia. Con el mismo objetivo, la Asociación ha puesto en marcha una delegación en Estella, y está presente en otras 35 localidades de Navarra a través de su red de colaboradores, para hacer llegar sus servicios a toda la Comunidad.

En 2017, la delegación navarra consiguió avanzar, logrando y, en algunos casos superando, los objetivos y retos marcados. Algunos de estos logros alcanzados son el desarrollo de los servicios y actividades que prestan de manera gratuita, que no hubieran sido posibles, “sin la generosa colaboración de los más de 400 voluntarios y colaboradores que forman parte de la Asociación, los cerca de 6.500 socios que confían sus aportaciones, el compromiso e involucración de los profesionales y la colaboración cada vez mayor de entidades privadas y públicas, medios de comunicación, organizaciones y empresas”, señalan.

Por otro lado, la AECC en la Comunidad ha realizado una aportación extraordinaria de 420.000 euros para la financiación de un proyecto en Navarrabiomed en 2018 y 60.000 euros a dos becas predoctorales. “No cabe duda, que el único freno que pondrá al cáncer será la investigación. Gracias a ella, la supervivencia de la enfermedad se sitúa en un esperanzador 60%, aumentando un 20% en los últimos 20 años”.

Servicios gratuitos

Cuando no se ha podido evitar el cáncer, la AECC pone en marcha un servicio de apoyo y acompañamiento con el objetivo de estar junto a la persona enferma y su familia desde el primer momento del diagnóstico. “El reto es que no haya ningún paciente y familiar que se pueda sentir sólo, desorientado o desinformado”. Todos los servicios de la AECC son gratuitos. “Recibir un diagnóstico de cáncer significa enfrentarse a una serie de cambios en la vida que afectan no sólo al estado físico, sino también al emocional y social”, indican. Para ayudar en ese proceso, la AECC ofrece atención psicológica para pacientes y familiares, atención social, servicios complementarios como voluntariado a domicilio, talleres grupales, biblioterapia en hospital de día o programas para dejar de fumar. Además, muestra todo el apoyo necesario con información y atención personalizada en sus despachos de psicooncología del CHN en Pamplona y Hospital Reina Sofía en Tudela.

Toda ayuda es poca

El voluntariado es, sin duda, uno de los pilares fundamentales de la Asociación para ayudar a los diagnosticados de cáncer y sus familiares a mantener una adecuada calidad de vida durante y después de los tratamientos médicos. “Hay muchas formas de colaboración”, destacan. “Cada uno puede elegir la opción que mejor se adapte a sus circunstancias”.

Por lo general, existen dos grandes bloques. Por un lado, los voluntarios que no desarrollan su actividad con pacientes, pero participan en las diferentes campañas que organiza la AECC como eventos para captar fondos: Carreras contra el cáncer, festivales benéficos, cenas solidarias, cuestación, etc. O, también, desarrollando diferentes labores administrativas en las sedes.

Por otro, están los voluntarios que prestan su ayuda a pacientes con cáncer y a sus familias. Estos desarrollan su actividad tanto en hospitales como en domicilios, en pisos propios de acogida, en la sede de la Asociación o dando testimonio a las personas que en ese momento están padeciendo la enfermedad, ya que “las necesidades son muy distintas”, indican. La AECC cuenta, de esta manera, con voluntarios en el hospital de día tanto en Pamplona como en Tudela, donde los pacientes acuden a recibir sus tratamientos de quimioterapia. “Hay quien necesita hablar con alguien que ha pasado por lo mismo o, simplemente, requiere acompañamiento en los tratamientos o consultas médicas y que le ayude a distraerse, a conversar o a desahogarse”. Además, tiene implantado el programa de biblioterapia Palabras que acompañan, cuyo objetivo “es hacer más ameno el rato del tratamiento a través del préstamo de libros, especialmente seleccionados para facilitar la adaptación de la enfermedad y mejorar el estado de ánimo. Y, de hecho, en estos momentos necesitamos voluntarios para este programa”.

Para hacerse voluntario, el único requisito es ser mayor de 18 años y “tener muchas ganas de ayudar y de comprometerse mínimo dos horas a la semana”. El interesado puede escribir un email a navarra@aecc.es o tudela@aecc.es o contactar por teléfono en el 948 21 26 97 (Pamplona) y 618 82 56 68 (Tudela).

Tras una pequeña entrevista, la Asociación proporciona la formación necesaria para desarrollar la labor de la mejor manera. “Aprovechamos para animar a la gente que nos está leyendo a que se una a nuestra causa. Necesitamos voluntarios en todo momento”, apuntan desde la AECC.

Los servicios que la AECC presta para mejorar la calidad de vida de pacientes y familiares son los siguientes:

Atención psicológica individual: 1.190 personas atendidas (806 pacientes y 384 familiares).

Atención psicológica grupal: 74 personas atendidas.

Afrontamiento de la enfermedad: Y después del cáncer ¿Qué?, grupo de manejo de la ansiedad y grupo de duelo.

Talleres: Han participado 224 personas, entre pacientes y familiares. Taller de alimentación saludable, taller de yoga, natación, Conéctate con el arte, taller de memoria, paseos saludables y clases de Mindfulness.

Atención social: 283 personas atendidas (información y orientación, ayudas económicas, préstamo de material ortoprotésico); 189 personas atendidas en los pisos de acogida de la AECC en Pamplona; y 514 personas atendidas por voluntarios en pisos, domicilio y talleres.

400

voluntarios y colaboradores. Su esfuerzo y compromiso permite mejorar la calidad de vida de los pacientes oncológicos y de sus familiares.

6.500

socios. Cada aportación permite ayudar a los afectados de cáncer y colaborar con la fundación científica en la investigación.

420.000

euros en investigación. Como aportación extraordinaria para la financiación de un proyecto en Navarrabiomed y 60.000 euros a dos becas predoctorales.