baigorri - Baigorri acogió ayer el 41º Nafarroaren Eguna, la fiesta anual organizada por la asociación cultural Basaizea de la localidad, que busca el hermanamiento de los navarros de los dos lados de la frontera y que sirve de colofón a su semana cultural que se organiza con carácter anual. Los primeros visitantes llegaron a primera hora a la localidad, ya que a las 8.00 comenzó el habitual desayuno organizado en la Ikastola, que se componía de tocino, huevos fritos, queso, café y vino. La jornada de elecciones en Hegoalde se notó de una manera notable en esas primeras horas ya que como destacaron algunos de los asistentes “primero hemos ido a votar y después hemos venido a Baigorri”. De este modo, la mayor afluencia de gente se empezó a notar hacía el mediodía, justo antes de empezar el desfile.

un desfile con novedades El desfile arrancó pasadas las doce del mediodía y lo abrieron los basaldunak de Anhauze, la fusión de los joaldunak con los basajaunak de la mitología vasca. Detrás de ellos llegaban los jóvenes makilariak de la misma localidad que dieron paso a la txaranga Ezpela. Les seguía la comparsa de gigantes de Barañáin, que visitaba la localidad por primera vez en la historia de la fiesta junto con las dantzaris de Tudela, un grupo de reciente creación que visitaba Baigorri para mostrar sus propios bailes de cintas o makildantzak. A continuación, desfilaron los gigantes de la localidad, que en su día fueron un obsequio de la localidad navarra de Sangüesa a Baigorri, como símbolo de hermandad. Con los gigantes locales también desfilaron Mattin y Salbador, los gigantes de Donapaule, y los conocidos gaiteros de Baigorri. La comitiva continuó con los txistularis que dieron paso a los bolantes de Luzaide, habituales asistentes en la fiesta de unión. El desfile lo cerraron los trikitilaris de Barañáin en la Gaineko Plaza.

A continuación, los grupos participantes en la fiesta ofrecieron un espectáculo folclórico. En él se pudo disfrutar de makildantzak, zintadantzak o los habituales muxikoak. Los bertsolaris de la localidad también amenizaron el acontecimiento, que entre bailes y discursos contó con unos cuantos irrintzis. El evento culminó con unos bailables que pudieron bailar todos los asistentes. A partir de las 13.00 los más pequeños también tuvieron su propio espacio en la Ikastola con hinchables, pintacaras, actividades deportivas o manualidades, entre otras cosas.

comida popular y conciertos A las 14.00 de la tarde los asistentes pudieron disfrutar en el Pentzea de una comida popular organizada por las ikastolas de Iparralde que contó con la amenización de la txarangas Ezpela, Uztaritze, Kuxkuxtu y Mutil gazteak. Después de una comida que acogió a alrededor de 200 personas, la programación de la tarde se trasladó a la plaza con la tanda de conciertos de grupos de diferentes partes de Euskal Herria. Según subrayaron desde la organización “este año se ha querido reforzar el programa de la tarde y por eso se han organizado dichos conciertos”.

La animación musical arrancó a la 15.00 con la actuación del grupo donostiarra Izaki Gardenak. A las 17.00 el grupo Bashainarak de la localidad dio un espectáculo de baile con un repertorio creado para la ocasión. Más tarde, alrededor de las 18.00 la banda labortana Kiki Bordatxo tomó el testigo y siguió animando el ambiente. Después se cambió de género y a partir de las 20.00 el rock del grupo vizcaíno Eskean Kristö animó la plaza Mayor de la localidad. A las 22.00 el grupo bajonavarro Diabolo Kiwi tomó el escenario para seguir animando la fiesta, y después, el grupo Holako Deluxe fue el encargado de poner punto y final a la Nafarroaren Eguna de este año.

40 años de historia Nafarroaren Eguna nació en 1978, en una época en la que existía una muga física entre las dos Navarras. El objetivo de la fiesta por aquel entonces fue reforzar la hermandad entre las dos partes de Navarra y trabajar a favor del euskera “construyendo por encima de los problemas”. En el comunicado, la organización manifestó que “en aquella época teníamos una frontera física entre las dos navarras y las trabas para hablar en euskera también eran mayores. Hoy en día la frontera física ha desparecido pero nuestros objetivos siguen siendo los mismos. Debemos seguir trabajando a favor del euskera y de la hermandad, y también tenemos que seguir superando obstáculos que van más allá de la frontera administrativa que tenemos”. En este aspecto, destacaron que “en vez de destacar nuestras diferencias, debemos destacar nuestros puntos en común y tenemos que romper las fronteras”.