bilbao - La Audiencia de Bizkaia ha condenado a trece años de prisión a cada uno de los tres integrantesde la denominada la La Manada de Bilbao acusados de violar a una chica de 18 años y de grabarlo y difundirlo con un teléfono móvil en Bilbao en 2017.

En ningún momento del procedimiento se calificaron los hechos como agresión sexual, ya que no existió violencia. Aún así, la condena ha resultado más abultada que la de la Manada de Pamplona. Los cinco jóvenes sevillanos fueron castigados a nueve años de prisión por abuso sexual a una joven en Sanfermines en 2016, pero no por el vídeo que también grabaron y luego distribuyeron, ya que las acusaciones no incluyeron a tiempo este último delito.

La sentencia les condena a diez años de prisión a cada uno por delitos contra la libertad sexual y a otros tres años por revelación de secretos, al grabarlo y difundirlo con el móvil.

Los tres jóvenes condenados, llamados Elvis, Guss y Henry, tenían entre 20 y 28 años cuando ocurrieron los hechos, el primero nacido en Ecuador, y los otros dos colombianos.

La agresión se produjo el 14 de enero de 2017 en un zona de vending -pequeño recinto con máquinas expendedoras de comidas y bebidas- de la zona bilbaína de Solokoetxe, a la que acudieron los acusados y la víctima tras salir de una sala de fiestas.

Según los hechos narrados en la sentencia, queda probado que la joven, L., consumió bebidas alcohólicas de manera constante y fumó cannabis en la discoteca, y también había tomado medicación antidepresiva por prescripción de su médico, por lo que “sus capacidades de comprender, querer y controlarse estaban enormemente afectadas”.

Elvis y Henry, que habían estado en la discoteca, estaban fuera de la misma cuando la chica dejó el local, a las siete menos diez de la mañana y “conscientes del estado de desorientación y desinhibición de L., evidente también por sus dificultades para vocalizar y razonar, e incluso para caminar sin tambalearse, decidieron irse con ella calle abajo”.

Así llegaron al vending de Soloketxe, donde los hombres y la chica accedieron a su interior. Allí los dos hombres la penetraron anal y vaginalmente, al mismo tiempo, según quedó grabado por una cámara de seguridad instalada en lugar.

El tercer implicado, Guss, amigo de los anteriores, que pasaba por allí, permaneció vigilando en el exterior del local, entró y colocó su pene en la boca de L. para que le practicara una felación. Henry había comenzado a grabar la escena percantándose la chica de ello e intentando arrebatarle el teléfono, pero no lo consiguió.

La sentencia impone la máxima pena posible en este caso, 10 años a cada uno, por estimar que “el trato propinado a la mujer fue denigrante, llegándose a practicar, al tiempo, hasta tres penetraciones, anal, vaginal y bucal, en el cuerpo de L. con un desprecio mostrado hacia quien no era consciente de nada, utilizando el cuerpo de la joven como si de una muñeca inerte se tratara”.

En el juicio, que se celebró a puerta cerrada, la Fiscalía pidió cerca de los 80 años de prisión. Loscondenados permanecerán en prisión provisional hasta que la sentencia sea firme y no podrán acceder a beneficios penitenciarios hasta cumplida la mitad de la condena, a diferencia de sus cinco homónimos de Pamplona, que esperan el fallo del Supremo en libertad provisional. - Efe/D.N.