madrid - La subdirectora del Colegio Mayor Bonaigua de Barcelona, Teresa Cardona, falleció el sábado en Costa de Marfil en un accidente de tráfico, el que diez estudiantes resultaron heridas, que se produjo cuando volcó uno de los dos minibuses en el que viajaba junto a 27 jóvenes y otras dos monitoras -una de ellas natural de Costa de Marfil-, según informó ayer el Ministerio de Exteriores.

En el minibús accidentado viajaban 13 personas, ante lo que el otro minibús paró al ver el accidente y avisó por teléfono al colegio Bonaigua. Se trataba de un viaje solidario, en el dirigía a un grupo de estudiantes en una “actividad de promoción social” como parte de sus vacaciones de verano. El proyecto, de nombre AnitieKossobe, consistía en una iniciativa que tenía por objetivo rehabilitar una escuela, así como ayudar a los niños de la zona.

También resultaron heridas diez jóvenes del colegio mayor, entre las que hay “alumnas de segundo de Bachillerato y universitarias cursando los primeros años de sus carreras”, explicaron desde el Bonaigua.

No obstante, “ninguna de ellas de consideración”, señalaron fuentes del Opus Dei. Personal de la embajada española en el país se trasladó al lugar de los hechos para asistir consularmente a las heridas y gestionar el traslado de las heridas a Abidján, la principal ciudad de Costa de Marfil.

Según el Bonaigua, tuvieron el último contacto con el grupo, que salió de Barcelona el viernes y tenía previsto estar dos semanas en la zona, “unas dos horas antes” del accidente.

mujer entregada Fuentes del colegio mayor barcelonés destacaron el “potente” perfil educativo de Cardona, de 40 años, que llevaba muchos años implicada en actividades del centro. Además, era subdirectora del colegio barcelonés Canigó, al que estaba ligada hace muchos años. “Era una mujer alegre y entregada. Hacía todo siempre con una sonrisa, disfrutaba de cada proyecto que iniciaba, era de esas personas positivas y optimistas que nunca bajan los brazos”, señaló a La Vanguardia Concepción Patxot, portavoz del Bonaigua, que afirmó el compromiso de Cardona.

Este era el segundo año en el que la catalana estaba al frente del campo solidario de trabajo que ambos centros educativos, el Canigó y el Bonaigua, desarrollan en un pueblo cercano a Yamusukro, en el centro del país marfileño. Ambos centros están teniendo apoyo diplomático español tras el accidente, incluida la prevista repatriación de la fallecidas, según fuentes del colegio mayor.

Cardona, que era la menor de una familia de varios hermanos y soltera sin hijos, estaba muy volcada en el cuidado de sus padres, de edad muy avanzada, y era amante del deporte -sobre todo el tenis-, la educación y la música, ya que tocaba la guitarra, el acordeón y el teclado, con el que participaba en un grupo musical del colegio mayor. “La recuerdo siempre contenta y con una guitarra en las manos o con su acordeón”, aseguró Maria Pilar Arregui, directora de la Fundación Montblanc y amiga de Cardona, que sostuvo: “Teresa nunca se daba por vencida”. - Efe/E.P./D.N.