PAMPLONa - La investigadora, psicóloga y criminóloga Meritxell Pérez Ramírez, secretaria general de la Fundación para la Investigación Aplicada en Delincuencia y Seguridad (Fiadys), participó ayer en el Aula Magna de la UNED en Pamplona en el curso sobre Rehabilitación de Delincuentes Violentos y arrojó cifras, realidades y propuestas de control sobre la violencia sexual en España. En la ponencia, la experta trató de desmontar algunos de los mitos sobre la violencia sexual en el país, como la magnitud que alcanzan dichos delitos, el elevado porcentaje que suponen respecto a otras tipologías delictivas, el hecho de que el imaginario popular opine a la ligera de que estos delitos lo suelen cometer agresores que son desconocidos de las víctimas y la alta tasa de reincidencia que se piensa a priori que existe en este ámbito. Pérez Ramírez expuso de esta forma datos extraídos de un informe sobre varias series anuales de atestados policiales abiertos en España y sobre encuestas de victimización realizadas en la Unión Europea. A modo de gráfico, expuso que el Estado español no registra más denuncias por delitos sexuales que otras zonas de Europa y que, al contrario, países todavía más avanzados como Francia, Reino Unido, Suecia o Finlandia poseen más altas tasas de estos delitos. En 2017, desglosó, se denunciaron un total de 11.692 infracciones penales correspondientes a violencia sexual que suponen solo un 0,6% de los dos millones de denuncias que conocen las Policías. Evidenció que hubo en ese último año una subida del 30% y que son delitos que siguen en aumento y lo atribuyó a que “estamos más sensibilizados como sociedad” y a que se trataba uno de los delitos que menos se denuncia. “Hay una gran cifra oculta y eso nos preocupa. El 11% de las mujeres europeas reconocen en las encuestas haber sufrido algún tipo de violencia sexual. En el último año, hay un 2% de mujeres que así lo denuncian, Por eso no casan los porcentajes con la realidad que nos encontramos. Solo uno de cada cinco delitos de este tipo se denuncian y solo uno de cada cuatro hechos denunciados acaba con una pena de prisión”, detalló la investigadora. En cuanto a la relación entre los agresores y las víctimas, manifestó que entre adultos la tasa de conocimiento previo entre ellos es del 73% frente al 27% que son desconocidos; mientras que en el caso de los abusos a menores el 80% son conocidos de las víctimas. Ello también influye a la hora de que los investigadores puedan esclarecer el delito y dar con el culpable. “El 86% de los casos en los que el agresor es un conocido se logra esclarecer el delito, pero en el caso de un agresor desconocido solo se esclarece el 51%, porque la víctima no conoce la identidad del agresor, no existen testigos y la información que procede de la víctima es escasa”.

LOS AGRESORES EN SERIE, DE DÍA En su empeño por aclarar conceptos y asentar realidades, la experta reseñó que en el caso de los agresores sexuales en serie, estos solo alcanzan el 20% del total, pero lo preocupante es que ese 20% comente el 40% de los delitos denunciados. “Es decir, existe una alta probabilidad de reiteración delictiva y son agresores difíciles de detectar (porque no hay bases de datos policiales que compartan información, dijo). Pero la reincidencia es mucho más alta en otros delitos que en la violencia sexual. Reinciden el 20% de agresores sexuales, pero el 80% no volverán a ser condenados. Y, sin embargo, en cuanto a la tipología delictiva en general, la reincidencia alcanza el 40% de los casos.

De dichos agresores sexuales en serie, explicó Pérez Ramírez, rescató que el 72% de ellos actúa en día laborable y no en fin de semana, que el 79% actúa durante el día (bien por la mañana o por la tarde), el 68% lo hace en un espacio público y el 12% usa arma blanca para sus acometimientos. “Estas evidencias demuestran que son personas que no se paran a pensar, tienen cierta compulsión y, en cuanto ven la oportunidad, agreden”, reflejó.