BILBAO. La mitad de los plásticos que flotan en el mar se deshacen en partículas tan pequeñas como granos de arena, lo que indica que en el futuro "tendremos no solo islas, sino playas de plástico donde nos tumbaremos para tomar el sol".

En una entrevista con EFE en el marco del 29 Congreso anual de la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA, por sus siglas en inglés), que se celebra en Bilbao, el capitán estadounidense e investigador marino Charles Moore, quien hace 20 años documentó en el Océano Pacífico una isla de plásticos de 1,6 millones de kilómetros cuadrados, ha calificado la situación de "irreversible y permanente".

Para Moore no existe hasta el momento un método eficaz capaz de retirar o aspirar esa cantidad de plástico, de un peso estimado de 80.000 toneladas, ni siquiera el proyecto puesto en marcha por el joven danés Boyan Slat, de 23 años, y su ONG Ocean Cleanup Foundation.

"Es un fraude, una fantasía", ha opinado el marino; "todo el dinero empleado en el proyecto -unos 30 millones de euros- debería ir a cosas importantes, como manejar los residuos en tierra (...) el concepto es malo, la escala es ridícula y el dinero que ha acumulado debe ir a mejores ideas".

La isla de basura flotante descubierta por Moore cuando navegaba de Miami a Los Ángeles está formada por más de 1,8 billones de plásticos que amenazan a las aves, a los peces y a los propios barcos, porque "las redes y los cabos se enredan y causan miles de dólares de daños", ha asegurado.

Para Moore, la situación es ya "irreversible y sigue aumentando", porque "no hay tecnologías que mejoren la situación y las cosas que hacemos no llegan al nivel de importancia para evitar un desastre en el mar".

Según datos publicados por la revista 'Scientific Reports', unas mil tortugas mueren cada año enredadas en basura marina, y Naciones Unidas calcula que los plásticos matan cada año a cerca de un millón de animales en mares y océanos.

Moore ha apelado a una "gran revolución mundial", porque "el léxico no es suficiente para moderar el daño; tenemos los métodos, tenemos la posibilidad de hacer la revolución y hay chispas de activismo que tendremos que aprovechar".

El investigador marino, quien lleva dos décadas impartiendo conferencias sobre las islas de plástico y concienciando a la sociedad sobre la necesidad de reducir el consumo de estos materiales, ha rechazado el modelo de producción actual y ha instado a los ciudadanos a imitar el activismo juvenil.

"Tenemos la tecnología para unirnos, podemos hacerlo, pero no se puede combatir la polución del plástico en un solo país, todo el mundo tiene que participar y tenemos que aprovechar la posibilidad que nos brindan los medios de comunicación", ha subrayado.

Sin embargo, ha lamentado que "hay un gran porcentaje de la raza humana acostumbrada a ir de compras, a consumir sin límites, condicionada a querer más, cuando lo ideal es querer cada vez menos".

En su opinión, los huracanes, los ciclones, las inundaciones o las sequías "son reacciones de la madre naturaleza que nos dice que no puede asumir más mugre, más carbón, más plásticos y está gritando que está enojada y nos quiere mostrar lo enfadada que está".

Invitado como ponente en el congreso anual de ISWA, que se celebra entre el 7 y el 9 de octubre, Charles Moore aplaude las ideas revolucionarias de muchos de los asistentes que, como los jóvenes, "tienen ganas de cambiar", aunque ha lamentado que "las grandes masas no se unen a ellos".

"Sé que hay gente que piensa como yo, que hay que cambiar, pero es aburrido escuchar solo planes de futuro, necesitamos manifestarnos como los estudiantes", ha insistido.

Y ha destacado la necesidad de crear un "doctorado en reciclaje" y que el diseño de los vertederos sea atractivo a los visitantes, "como un parque temático", donde el tratamiento de los residuos comparta espacio, por ejemplo, con la agricultura y la docencia.