pamplona - “Estamos tan empeñados en mantener un latido cardíaco que a veces se nos olvida que detrás de un latido hay una vida; eso es lo que cuidados paliativos intenta primar, más el enfermo que la enfermedad”. Esta reflexión de la doctora María González Ascarza, jefe clínico de Atención Paliativa del hospital San Juan de Dios de Pamplona, resume visualmente la esencia de estos tratamientos, que velan por el paciente en su totalidad -no sólo por su enfermedad, sino también por su espiritualidad- y que están encaminados a mejorar su calidad del vida. Ahora, el departamento de Salud del Gobierno foral se marca como objetivo para esta legislatura “extender la cultura de los cuidados paliativos en todos los niveles de la organización y a todos los pacientes que se puedan beneficiar de ella”, afirmó Alfredo Martínez Larrea, director de Asistencia Sanitaria al Paciente del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, con motivo del Día Mundial de los Cuidados Paliativos, que se celebró el sábado.

El modelo de atención paliativa navarro pivota sobre Atención Primaria y cuenta con el apoyo del hospital San Juan de Dios, centro concertado que dispone de dos áreas de hospitalización específicas y de cuatro equipos de soporte domiciliario que prestan apoyo a los profesionales de los centros de salud en aquellos casos complejos que lo precisan. Un modelo que el departamento consideró “satisfactorio”, pero que se sigue reforzando para extender su alcance a las enfermedades crónicas avanzadas.

A esta estructura hay que incluir que recientemente se ha puesto en marcha la implantación de una Unidad Mutidisciplinar de Cuidados Paliativos Intrahospitalarios en el Complejo Hospitalario de Navarra (CHN), con la idea de que “sirva de motor para ir extendiendo la cultura de cuidados paliativos a la forma de trabajar de los servicios del hospital”, indicó Martínez, quien explicó que “durante mucho tiempo considerábamos que sólo entraban en cuidados paliativos aquellos pacientes que tenían una esperanza o una expectativa de vida menor de seis meses; este era el concepto más clásico. Pero cada vez más ese concepto de la atención terminal está cambiando a la atención de aquellas personas que por libre decisión, informada y con conocimiento, optan por tratamientos paliativos frente a otros y no tiene que ser necesariamente cuando la expectativa de vida es tan limitada”. Un cambio que, a su juicio, responde a que cada vez más se aplica atención paliativa a pacientes no oncológicos con enfermedades graves, como pueden ser insuficiencias respiratorias, insuficiencias cardíacas o enfermedades neurológicas, que tienen “una evolución más con episodios. Tienen temporadas que pueden estar con un alto riesgo vital, pero luego se recuperan, se estabilizan, vuelven a tener episodios, y también estos pacientes son subsidiarios de tratamientos paliativos”, que “no tienen puesto el foco en la curación”, sino en “mejorar la calidad de vida”.

para todos y para toda la geografía El responsable expuso que en los últimos dos años se ha ido ampliando la atención paliativa a pacientes no oncológicos: “Inicialmente empezamos con personas con enfermedades neurológicas degenerativas, y en concreto con la ELA, y se van incorporando nuevos perfiles”. No obstante, ahora “tenemos que ir organizando la extensión progresiva a los pacientes no oncológicos. Hemos empezado, pero de manera muy lenta, porque así como hay mucha experiencia en pacientes con cáncer, en cuidados paliativos no oncológicos tenemos que ir construyéndolo con mucho cuidado, con mucho trabajo entre los tres equipos”, refiriéndose a los equipos de Atención Primaria, al de reciente creación del CHN y a los que están trabajando en San Juan de Dios. Concretamente, en este hospital de septiembre de 2018 a agosto de 2019 han seguido a un total de 1.042 pacientes, tanto en el domicilio como en el centro.

Por otro lado, Martínez destacó que contar con un equipo específico de cuidados paliativos en el CHN “va a permitir, primero, que las personas puedan elegir conociendo las alternativas y, segundo, va a suponer para el hospital un elemento de humanización, ya que no solo es un hospital pensado para situaciones agudas que sean solucionables, sino también para dar tratamiento y respuesta a las necesidades de los pacientes cuando el sistema sanitario no tiene una respuesta curativa. En ese sentido, es un elemento de humanización de la asistencia, porque se va a centrar más en la persona y sus necesidades, que en la enfermedad y sus tratamientos”. Además, consideró que va a propiciar la “racionalización en el uso de los esfuerzos terapéuticos, porque a veces se ponen tratamientos muy agresivos con pocas posibilidades de éxito cuando hay tratamientos paliativos que tienen mejores resultados respecto a calidad de vida”. Finalmente, anunció también que Salud pretende “llevar el modelo de funcionamiento que se va a poner en marcha en el CHN a los hospitales de Estella y de Tudela”.

Tres niveles. Hay tres niveles de intervención en el modelo de atención paliativa de Navarra: ambulatorio, en el que están los equipos de Atención Primaria con el apoyo de los equipos de soporte de San Juan de Dios; la hospitalización para periodos cortos y en relación con complicaciones, en los hospitales de referencia; y para tratamientos específicos, cuando sea necesario, en el hospital San Juan de Dios.

1.042

Entre septiembre de 2018 y agosto de 2019 el hospital San Juan de Dios ha seguido a 1.042 pacientes en atención paliativa, tanto en el domicilio como en el hospital, de los cuales el 65% eran oncológicos y el 35%, no oncológicos. Más del 50% fallece en su casa.

Lema de este año. El lema de este año para el Día Mundial de los Cuidados Paliativos es Mi cuidado, mi derecho.

Acuerdo programático. El acuerdo programático contempla que se garanticen los cuidados paliativos y la atención integral al final de la vida a todas las personas, crear la unidad intrahospitalaria en el CHN, reforzar la atención domiciliaria, así como la formación del personal sanitario, entre otros puntos.