pamplona - La migraña es una de las enfermedades más frecuentes e incapacitantes. En la Comunidad Foral, concretamente, afecta "al 12% de la población general", si bien la prevalencia es mayor en las mujeres. Así, una de cada cinco navarras sufren esta cefalea, frente a uno de cada dieciséis hombres. Los niños también la padecen: uno de cada once menores. Pero si algo destacan las neurólogas del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) María Martín Bujanda y Carmen Navarro Azpíroz, responsables de la consulta monográfica, es "la importante incapacidad e impacto social que genera", porque "suele afectar a una población joven que laboralmente se supone que es muy activa", pero que, como consecuencia de este dolor de cabeza, "no es capaz de realizar todo el trabajo que debería o que se espera conforme a su edad".

Como explica la doctora Martín Bujanda, el dolor de cabeza habitualmente "es una enfermedad en sí misma, una enfermedad primaria, que no se debe a una causa subyacente estructural, sino a una disfunción de las neuronas", pero a veces puede ser síntoma de otra patología (un tumor cerebral, sinusitis, hipertensión...), si bien estas "suelen asociarse a otros signos y el porcentaje es muy bajo".

Dentro de las cefaleas primarias, "por prevalencia y discapacidad, la migraña -conocida como jaqueca- alcanza una gran importancia", apunta. Pero, ¿qué diferencia hay entre una migraña y un dolor de cabeza corriente? La doctora Navarro Azpíroz indica los criterios diagnósticos: "Suele durar entre 4 y 72 horas -si no recibe el tratamiento adecuado y no responde a él-, suele ser hemicraneal, unilateral, es pulsátil y de intensidad moderada-severa, quiere decir que es probable que el paciente tenga que dejar de hacer la actividad que realiza. Y debe cumplir otros dos criterios: o que moleste la luz o el sonido, o que se generen náuseas o vómitos", si bien las características varían dependiendo de cada persona. De hecho, algunos pacientes tienen síntomas neurológicos que suelen preceder a la migraña, pudiendo aparecer también durante la crisis o después de la misma, que constituyen el aura. Normalmente dura entre 10-20 minutos, siendo "los más frecuentes aquellos con alteraciones visuales", señala Martín.

episódica o crónica La migraña puede ser episódica, cuando el dolor de cabeza aparece menos de quince días al mes, o crónica, cuando hace acto de presencia más de quince días al mes. La doctora Martín Bujanda expone que es más "habitual" la primera, si bien "cada paciente tenemos una frecuencia variable. Hay quienes tienen una crisis cada seis meses y hay otros que tenemos una cada dos meses, cada tres, tres al mes, depende. En función de la frecuencia, la discapacidad global va a ser mayor o menor. Una persona igual tiene una crisis de migraña que le dura cinco días, en los que está incapacitado, sin poder ir a trabajar, y le ocurre dos veces al año, pero a otras les pasa con una frecuencia mucho más alta". Por ello, destaca la importancia de que el paciente sepa manejar adecuadamente las crisis, orientado por Atención Primaria o por neurólogos, para que estas "sean lo menos discapacitantes posibles". Y es que es "la segunda enfermedad neurológica más discapacitante", según la OMS.

Para evitarlo, consideran muy importante identificar que se trata de una migraña, asegurarse de que el tratamiento que toma el paciente para sus crisis es el adecuado y que lo hace correctamente, porque "muchas veces el problema no es que no respondan a la medicación, es que se la toman tarde". No obstante, si no responden bien al tratamiento o aumenta la frecuencia de las crisis ahora hay otras alternativas, como la toxina botulínica y los anticuerpos monoclonales.

Como recalcan estas especialistas del CHN, las migrañas no se pueden curar, pero sí se pueden aliviar sus síntomas. Para ello, disponen de dos tipos de tratamientos. Por un lado, fármacos eficaces para las crisis agudas, como son los antiinflamatorios o triptanes -estos últimos más específicos de esta patología-, y cuando las crisis son suficientemente intensas o frecuentes -más de 4 ó 6 al mes-, es necesario plantear un tratamiento preventivo "con el fin de que a medio plazo disminuya la frecuencia, la intensidad y que respondan mejor al tratamiento sintomático", explica Navarro, que apunta que tener un tratamiento "adecuado" para el momento de dolor y "disminuir los días de migraña al mes hace menos probable que evolucione a una migraña crónica". Además, hay factores que ayudan a la cronificación, como situaciones de ansiedad, estrés, obesidad... que conviene evitar.

En esta línea, las especialistas inciden en la importancia de tomar la medicación para las crisis agudas "en las dosis adecuadas" y, sobre todo, "de forma precoz". "Mucha gente no quiere tomarlo hasta que el dolor no sea muy fuerte; y eso es un error -hay que tomarlo en cuanto se siente- porque en ese momento ya de intensidad del dolor el fármaco no va a ser eficaz, porque las neuronas ya están como si dijéramos abotargadas como para poder responder al tratamiento", señala la doctora Martín Bujanda.

nuevos tratamientos Actualmente, para mejorar la asistencia al paciente con migraña se ha puesto en marcha una consulta específica, donde aplican los tratamientos con toxina botulínica y con los anticuerpos monoclonales. Respecto al primero, la doctora Navarro Azpíroz señala que "es eficaz, generalmente bien tolerado, con pocos efectos secundarios y ahora han aparecido los anticuerpos monoclonales, que son específicos contra un neuropéptido, el CGRP -que está implicado- y que parece que da buenos resultados en cuanto a disminución de días de cefalea al mes y mejoría en la calidad de vida".

No obstante, aclara Martín, "ningún tratamiento, ni la toxina botulínica para la migraña crónica, ni los anticuerpos monoclonales para crónica o episódica, son curativos". De hecho, se consideran eficaces cuando "se reducen más de un 50% los días de dolor. Si una persona tiene 25 días que se quede en 12 y medio. La calidad de vida ha mejorado, mucho, pero aún siguen siendo muchos días de dolor".

importancia de autocuidados Pero además de los tratamientos farmacológicos, hay otras medidas de autocuidado que el paciente debe llevar a cabo para que no se desencadenen crisis, como "evitar desencadenantes reconocibles por el propio paciente, mantener rutinas horarias, sobre todo de sueño y de comidas, reducir los estímulos externos, utilizar gafas de sol, evitar ambientes ruidosos, olores intensos irritantes, y, en la medida de lo posible, realizar ejercicio físico cardiovascular de forma regular", que "ha demostrado que puede ser tan buen preventivo como cualquiera de los fármacos que hay", concluye Martín. La experta señala que en los últimos años se han puesto en marcha consultas o unidades específicas de cefalea, con la idea de "identificar de forma correcta a las personas que padecen migraña y otros tipos de cefaleas" para mejorar los tratamientos y disminuir los importantes costes directos e indirectos que produce en el paciente y en la sociedad, como puede ser la pérdida de horas de trabajo, el bajo rendimiento laboral o, sobre todo, la mala calidad de vida de las afectadas.

¿Por qué afecta más a mujeres? Martín Bujanda responde que "probablemente por los factores hormonales". Además, "parece que también hay una predisposición genética. Es frecuente que en la misma familia haya un montón de personas y habitualmente suelen ser las mujeres las que tienen la enfermedad, pero es por una predisposición genética que se está estudiando ahora para ver si en algún momento podría tener algún tipo de abordaje terapéutico".

Cambio en el tratamiento. Actualmente se está produciendo un cambio de paradigma en el tratamiento de la migraña. Hasta ahora los tratamientos preventivos que se ponían eran "fármacos orales que muchos de ellos en algunos pacientes no son eficaces o son mal tolerados" y, además, "no son específicos". Sin embargo, gracias a la investigación, el paciente que no responde ahora tiene una alternativa con la toxina botulínica y los anticuerpos monoclonales.

Candidatos. En los últimos años se ha desarrollado el tratamiento con toxina botulínica para la migraña crónica y, recientemente, se han aprobado los anticuerpos monoclonales para la migraña episódica y la crónica, explican. La toxina "tiene un efecto a medio plazo, a veces tarda en hacer efecto, y además este efecto se agota", por lo que hay que administrarla trimestralmente -de ahí la necesidad de crear la consulta específica-. Los anticuerpos, por su parte, para la migraña episódica se financian cuando el paciente tiene más de ocho crisis al mes y ha fallado a tres preventivos. Y para migraña crónica, cuando tiene más de 15 días de migraña al mes, ha fallado a tres preventivos y, entre ellos, uno debe ser toxina botulínica.

Migraña con aura. Es un tipo de migraña en la que, aparte de las crisis de dolor, se asocian síntomas neurológicos antes, durante, después de la migraña, que las más frecuentes son alteraciones visuales. "Hay veces que un paciente puede tener aura sin cefalea" y "muchas veces los pacientes que tienen auras sus migrañas son menos intensas", exponen.