PAmplona - Navarra cuenta con un total de 11 vertederos, pero ninguno de ellos es de residuos peligrosos. Únicamente, uno de ellos, el vertedero de Viana en concreto, contiene un vaso de amianto que fue sellado en 2018. De los 11 vertederos de la Comunidad Foral, 7 son de residuos no peligrosos industriales (incluidos Góngora, Cárcar y el Culebrete de Tudela, que son de titularidad pública) y los otros 4 acogen residuos inertes.

Por lo tanto, tampoco se están vertiendo actualmente residuos peligrosos en vertederos de no peligrosos (es una posibilidad que contempla la ley, por ejemplo con el caso del amianto o fibrocemento, siempre que esté en una celda diferenciada, estanca y sólo con amianto). Aunque el nombre de residuo peligroso de a entender que dichos materiales pueden contemplar algún tipo de riesgo, elementos como el barniz, la pintura, el serrín o los residuos de agricultura se incluyen en dicha clasificación.

En Viana estuvo autorizado el vertido de amianto, pero ya no está recibiendo nada porque su vaso activo se completó en 2018 y tampoco hay contemplada ninguna celda nueva de amianto en Navarra. En dicho vaso hay 5.316 toneladas acumuladas en total desde el año 2009, cuando se solicitó la Autorización Ambiental Integrada (AAI) para ello. Se trata de una celda diferenciada, estanca, con sólo amianto y que cumple las condiciones de seguridad contempladas en la AAI. Este residuo está sellado y controlado y cuenta con el preceptivo plan de vigilancia.

mayoría materiales de excavación Durante 2018 en Navarra se depositaron 1.397.788,5 toneladas de residuos en los vertederos y en total se generaron 3.272.193 toneladas, considerando todos los flujos de residuos. El 70% de los depositados fueron materiales naturales de excavación, según datos del Seguimiento y Plan de Residuos de Navarra 2017-2027. El 16% fueron residuos no peligrosos industriales, el 11% residuos no peligrosos domésticos y comerciales y el 3% a los residuos de construcción y demolición.

Si se observan los datos recogidos en el Seguimiento del Plan de Residuos de Navarra, desde el 2021 hasta el 2018 se ha dado un incremento gradual de la cantidad de residuos vertida desde 2012, especialmente en el caso de los Materiales Naturales de Excavación (MNE). Además, la cifra de 2018 roza la cantidad más alta que se ha registrado en los últimos años que data de 2014 y constata que ese año se depositaron 1.444.311 toneladas de residuos en los vertederos de la Comunidad Foral.

recepción de residuos El Gobierno de Navarra no es quien promueve la recepción o no de residuos industriales en los vertederos de la Comunidad Foral. Según Directiva Europea, no se puede impedir la circulación de residuos (siempre que cumplan las condiciones legales exigidas) y es el propietario del vertedero quien puede aceptar o no la gestión de los mismos.

En el caso de los vertederos privados, quien decide es la empresa que los gestiona y en el caso de los vertederos públicos que acogen también residuos industriales (como es el caso de Góngora, Cárcar o El Culebrete), son las Mancomunidades quienes deciden los residuos que aceptan.

Lo que sí hace el Departamento de Medio Ambiente Ejecutivo foral es controlar los traslados a través de las notificaciones previas y que éstas sean acordes con el Plan de Residuos de Navarra y la normativa sectorial vigente.

De este modo, aunque los vertederos tienen la autonomía para decidir qué tipo de residuos entran a sus instalaciones, deberán contar con la Autorización Ambiental Integrada (AAI) para acoger dichos residuos en sus instalaciones. Aunque cuenten con dicha autorización, esto no descarta que el Departamento de Medio Ambiente del Ejecutivo foral solicite investigar el contenido y peligrosidad de dichos materiales para ver si cumplen con las condiciones recogidas en el Plan de Residuos de Navarra.

Existen cuestiones fundamentales por las que el Gobierno de Navarra puede denegar la entrada de residuos. Cuando aplicando el principio de proximidad, existen unas instalaciones más cercanas que se podrían hacer cargo de la gestión de dichos residuos y si el hecho de hacerse cargo de dichos residuos pone en riesgo los que ya se sitúan en la Comunidad Foral.

control de los vertederos Los vertederos están sometidos a la Autorización Ambiental Integrada (AAI), que asegura que se cumple todo lo estipulado. Para obtener esa autorización "tienen que presentar un proyecto técnico de desarrollo del vertedero en cuanto a sus condiciones técnicas de diseño y en él tienen que estar identificados los residuos que van a recibir, porque las condiciones técnicas de los vertederos de residuos inertes, peligrosos y no peligrosos son diferentes", explicó Pedro Zuazo director del Servicio de Cambio Climático y de Economía Circular del Departamento de Medio Ambiente. Dicho proyecto debe justificar que se cumplen "las condiciones técnicas que se establecen por real decreto y también los métodos de control y vigilancia del funcionamiento del vertedero", añadió.

La normativa exige también que exista un proyecto de clausura y vigilancia de su funcionamiento no solamente durante su vida útil, sino también para los treinta años posteriores a su clausura. Porque los residuos depositados en el vertedero "evolucionan, suele haber reacciones entre las sustancias, hay degradación de la materia orgánica y se estima que hace falta mínimo este periodo de tiempo para controlar lo que ocurre y tratar adecuadamente los lixiviados o las aguas residuales que se generan del vertedero", manifestó. Al final del proceso se emite una autorización que refleja las condiciones expresas del funcionamiento de dicho recinto.

Por otro lado, los vertederos en funcionamiento tienen obligación de redactar una memoria anual del funcionamiento del vertedero que recoge las características de todos y cada uno de los residuos recogidos en dicho recinto. Además, desde el departamento de Medio Ambiente se realizan inspecciones periódicas de los recintos para asegurar que "las características de los residuos depositados concuerdan con lo que se recoge dentro de las memorias", aclaró.