El agitado Consejo Interterritorial del miércoles que aprobaría definitivamente el confinamiento de Madrid también puso sobre la mesa el confinamiento de Pamplona y Tudela. Un cambio en el porcentaje de la ocupación de las UCI salvo a las dos ciudades navarras de tener que cerrar por el coronavirus, según asegura el diario El País en una narración que ha publicado este domingo de los dos días de infarto en los que los consejeros autonómicos de salud y el Ministerio de Sanidad negociaron los criterios comunes para confinar poblaciones.

En la mañana del martes, en una reunión de técnicos, el acuerdo quedó prácticamente cerrado. Sanidad, después de muchas gestiones, llamadas entre presidentes, consejeros, asesores y técnicos, había aceptado lo que reclamaba Madrid: una medida común para toda España. El equipo de Fernando Simón plantea un criterio sencillo: cerrar todas las ciudades de más de 20.000 habitantes con una tasa de más de 500 contagiados por cada 100.000 personas, un 10% de positividad -el porcentaje de PCR que dan positivo- y un 20% de UCI ocupadas por la enfermedad. Eso incluía a unas cuantas fuera de Madrid, en especial Pamplona, pero también Tudela, Ciudad Real, Palencia o Talavera de la Reina. Madrid lo rechaza. Quiere subir a 100.000 habitantes y a 35% el porcentaje de UCI ocupadas, como una maniobra para facilitar que Madrid salga del corte cuando baje de su 42% actual. Sanidad acepta estos criterios para que haya acuerdo, según explica el rotativo madrileño.

Por la tarde, todo parece ir por buen camino. El vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, escribe en redes sociales: "Satisfecho por haber alcanzado un principio de acuerdo con el Gobierno [central] para abordar de forma conjunta la batalla contra el virus". La Comunidad manda un comunicado mucho menos eufórico que Aguado, que ha presidido la reunión. "Ambas Administraciones se han emplazado a seguir negociando los criterios técnicos para establecer medidas de restricción de movilidad". Empieza la batalla interna que será clave, subraya El País. En el PP molesta mucho que Aguado venda el acuerdo como si fuera su artífice. Y le acusan de filtrar el pacto.

El contenido del acuerdo se publica en los medios: ambas Administraciones habían pactado medidas que implicaban confinar la capital, el gran bastión del PP, y otras 10 ciudades en la Comunidad de Madrid, casi todas ellas en el sur obrero y gobernadas por el PSOE. Pero el problema es que la maniobra del PP al subir a 100.000 y 35% de UCI, solo dejaba incluidas ciudades dentro de la región y excluía a otras como Pamplona y Tudela. Lo más extraño, explica el periódico, es que son los técnicos madrileños quienes lo han tejido de forma involuntaria

Pero después del fiasco del martes, donde todo parecía cerrado, el miércoles, el día definitivo, en la reunión técnica que siempre prepara la interterritorial de la tarde, la Comunidad de Madrid rechaza el acuerdo. Exige otros criterios diferentes a los pactados el día anterior. Madrid no va a aceptar el acuerdo. Y entonces deciden que, de forma muy inusual, la decisión se votará. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, tiene un informe de la Abogacía del Estado del 27 de agosto que dice que lo que allí se acuerde por mayoría es de obligado cumplimiento para todas. La reunión de la ruptura acaba con la mayoría aprobando las medidas. Madrid ya sabe que ha perdido la batalla. Illa envía una orden de obligado cumplimiento a las 22.48 horas, una orden recurrida con posterioridad por el Gobierno de Isabel Día Ayuso.