- Ahmed Brahim Ettanji, activista saharaui y periodista de Equipe Media, se casó el pasado fin de semana con su pareja, Nazha El Khalidi, también activista y periodista, en El Aaiún, capital del Sáhara Occidental ocupada por Marruecos.

Su boda iba a ser un motivo de alegría y celebración con familia y amigos en medio de la espiral de represión que sufre a diario el pueblo saharaui. Pero acabó siendo una ceremonia clandestina de madrugada y sin allegados. Las fuerzas de ocupación marroquíes se personaron en las inmediaciones de su casa horas antes de la boda e impidieron el acceso de los invitados, a quienes amenazaron con detenciones. ¿El motivo? Boicotear la boda de dos personas que se dedican a denunciar las vulneraciones de derechos que comete Marruecos contra la población saharaui.

El amor en tiempos de guerra. Y es que tras el fin del alto al fuego entre Marruecos y el Frente Polisario, la situación en los territorios ocupados del Sáhara se ha recrudecido con detenciones y allanamientos de casas a diario. En este contexto, Ahmed Ettanji y sus compañeros de Equipe Media se juegan literalmente la vida por levantar el bloqueo informativo que trata de imponer el régimen alauita.

El pasado año vino a Navarra para denunciar esta situación en el Parlamento foral, donde participó en una mesa de trabajo y ahora agradece a la sociedad navarra toda la solidaridad que siempre ha mostrado con el pueblo saharaui.

Lo primero, enhorabuena por la boda. Pero, ¿qué paso exactamente el día de la celebración?

-Muchas gracias. Íbamos a celebrar la boda el sábado con familia y amigos pero unas horas antes aparecieron las fuerzas de ocupación marroquíes, rodearon la casa sin darnos ningún motivo o explicación y varios furgones de intervención cortaron el paso en la calle. Prohibieron a la gente pasar al lugar donde nos íbamos a casar. Empezaron a amenazarnos con detenciones y con allanar la casa, hasta empujaron a algunos familiares. Ahora nos dejan salir, pero estamos permanentemente vigilados.

Pero no impidieron la boda...

-No, conseguimos casarnos de madrugada, pero no pudo estar presente la familia. Esto es una represalia contra nosotros porque mi novia y yo somos periodistas y activistas saharauis que denunciamos la situación en el Sáhara ocupado.

Vuestra labor molesta, ¿no?

-Exacto. El gran enemigo de las autoridades de ocupación marroquíes somos los informadores y los activistas que contamos lo que está pasando. Su intención es que el mundo no vea las injusticias que se cometen a diario aquí contra el pueblo saharaui.

Hace dos semanas se retomó el conflicto armado, ¿cómo se está viviendo la guerra bajo la ocupación?

-Ha habido un gran despliegue militar y policial de Marruecos en todas las ciudades y están deteniendo gente y allanando casas. Los saharauis nos estamos manifestando, en apoyo al Frente Polisario en la guerra y reivindicando nuestra libertad.

La sociedad saharaui tiene claro que quiere luchar, ¿no?

-Sí, porque los saharauis hemos luchado muchísimos años y ahora hemos sido obligados a volver a la lucha armada. No queremos guerra, pero la comunidad internacional ha obligado a los saharauis a retomar el conflicto armado por su indiferencia, por su dejadez y por su complicidad con todas las atrocidades que comete Marruecos en los territorios ocupados del Sáhara Occidental.

Desde entonces, ¿ha aumentado la represión?

-Mucho. Los saharauis temen y están preocupados por sus vidas. No hay nadie aquí para protegernos. La MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental) no hace nada, no tiene mecanismos de vigilancia de los derechos humanos, se ha convertido en guardaespaldas de las fuerzas de ocupación. Por eso ahora los saharauis pedimos que intervenga Cruz Roja Internacional y se aplique el derecho internacional humanitario.

Ser periodista en una zona ocupada por el enemigo conlleva estar siempre en el punto de mira, ¿no?

-Sí, pero hemos asumido el riesgo. Sabemos lo que supone este trabajo, pero nos sacrificamos para romper el bloqueo informativo que hay en los territorios ocupados, sacrificamos nuestra libertad y nuestra seguridad para informar.

¿No siente miedo?

-No, no tengo miedo, pero sí preocupación por nuestra situación. La amenaza no solo está limitada a nosotros, también llega a nuestras familias y nuestros amigos; también peligran sus vidas.

Pero esas amenazas no les van a frenar, ¿verdad?

-No. En Equipe Media seguiremos informando sobre la situación y documentaremos las vulneraciones de derechos humanos que comete Marruecos. Seguiremos abriendo brechas en el muro del silencio.

Llama la atención eso, el silencio. En estas dos semanas la información está siendo muy limitada...

-Marruecos siempre ha querido silencio en el Sáhara Occidental. Vende al mundo que aquí hay tranquilidad, que todo el mundo vive bien y se respetan los derechos. Además, durante 16 años de guerra nunca reconoció que había conflicto, que sufría bajas o que el Polisario tenía prisioneros marroquíes. A Marruecos siempre le ha interesado el silencio, también ahora, por eso pedimos a los medios que rompan el bloqueo informativo, que no sean cómplices con el silencio porque nos hace mucho daño a los saharauis.

España sigue siendo la potencia administradora del territorio. ¿Qué le piden al Gobierno español?

-España es la potencia administradora del Sáhara Occidental según el derecho internacional, las resoluciones de la ONU y la comisión 4ª de descolonización. Pero a España ya no le pedimos nada, solo que nos deje en paz y que no nos haga más chantajes.

Por contra, la solidaridad de la sociedad con el pueblo saharaui se ha dejado sentir en casi todas las ciudades del Estado.

-Los saharauis siempre distinguimos entre el pueblo español y el Gobierno español. El pueblo siempre nos ha recibido con los brazos abiertos, siempre nos ha apoyado y se ha solidarizado con nosotros.

“A España ya no le pedimos nada, solo que nos deje en paz y que no nos haga más chantajes”

“El hostigamiento en nuestra boda es una represalia por denunciar la situación en el Sáhara ocupado”