- Los expertos ven con normalidad los contagios causados en residencias como las Irañeta, Cortes o Buñuel después de la primera dosis de la vacuna del coronavirus, y ponen en contexto esta situación. Recuerdan que las vacunas necesitan un mínimo de 15 días para poder comenzar a generar una respuesta inmune en las personas que la reciben y lanzan un mensaje de tranquilidad: aquellas personas vacunadas que desarrollan la enfermedad están "más protegidos" que otras personas que no hayan sido vacunadas puesto que "su sistema inmune ya ha empezado a desarrollar anticuerpos".

A este respecto, el profesor de Microbiología de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) Joseba Bikandi señaló ayer que aquellas personas que aun habiendo sido vacunadas enferman en los primeros días tras la administración de la inyección, "han recibido dos estímulos, porque además de tener una respuesta frente a la infección, se les ha metido un antígeno, con lo cual, presentan una respuesta más fuerte".

Bikandi explicó que para que la vacuna empiece a producir "cierto nivel de protección" es necesario que pasen en torno a 14 o 15 días, aunque "depende del paciente": "Hasta entonces básicamente no tienes defensas y por lo tanto si te llega el virus te puedes infectar, como otra persona cualquiera". Además, durante estas dos primeras semanas, los vacunados pueden desarrollar la enfermedad "como otra persona cualquiera", con cuadros más o menos graves.

Así se ha descubierto en los experimentos realizados por la farmacéutica Pfizer-Biontech, cuyas vacunas se están utilizando ahora en Navarra, que probaron la vacuna en miles de personas al tiempo que aplicaban un placebo -sustancia que carece de acción curativa- al mismo número de población. "Lo que han observado es que más o menos hasta el día 14-15 si les llegaba el virus se infectaban, da lo mismo que tengas la vacuna dada o el placebo. A partir de esos tiempos, seguían infectándose los del placebo pero no los que habían recibido la vacuna, por lo tanto habían generado algún tipo de respuesta que les protegía frente a la enfermedad", indicó.

Sin embargo, estas vacunas requieren de una segunda dosis para garantizar su efectividad: "La segunda dosis lo que hace básicamente es que la respuesta sea más fuerte y más duradera en el tiempo. Eso es lo que se espera, porque realmente lo de la duración en el tiempo esta vacuna se está aplicando a la gente de forma masiva sin haber hecho ese estudio a largo plazo. Lo que sabemos es que a los 15 días la primera dosis va a dar una respuesta, y que tras la segunda tenemos una protección científicamente demostrada de más del 90%", expone.

Sin embargo, Bikandi lanza una advertencia y aclara que la vacunación no traerá consigo una relajación de las medidas de seguridad individual. "Hay que diferenciar entre la enfermedad y la infección, porque la infección puede ser asintomática. Por ahora, lo que sabemos es que esta vacuna protege contra la enfermedad, pero no contra la infección, es decir, una persona vacunada podría seguir infectando a otras personas, por lo que en los primeros 15 días tras vacunarse hay que tener cuidado y luego también. Por ahora y hasta que se conozca más el hecho de estar vacunado no implica que te puedas quitar la mascarilla", avisa.

Por contra, Bikandi tranquiliza con respecto a los efectos adversos de la vacuna: "Estamos viendo que personas muy concretas pueden tener alguna cosa, pero la gran mayoría son casos contados y leves".

Según los expertos epidemiológicos de Navarra, la respuesta inmunitaria a la primera dosis "tarda en producirse unos 14 días" y las personas no adquirirían la inmunización completa hasta una semana después de la segunda dosis recibida. Sobre los brotes detectados en residencias navarras, como Erro, Buñuel y Cortes, donde los residentes ya habían sido vacunados, el Departamento de Derechos Sociales subraya su llamamiento a familiares con personas mayores o con discapacidad que vivan en centros residenciales para que extremen las precauciones y puedan evitarse brotes durante el proceso de vacunación, ya que ello podría originar el retraso de la inmunización en el centro afectado.

Así, se recuerda que "con el incremento de la incidencia general en Navarra se agudiza el riesgo de brotes en los centros y puede verse interrumpido el proceso de vacunación en los mismos, echando por tierra el esfuerzo realizado durante los últimos meses". Ante esta situación se solicita a familiares y a residentes, que "reduzcan las visitas y las salidas a las mínimas imprescindibles mientras dure la vacunación que se espera esté terminada en los centros residenciales a lo largo del mes de febrero". En todo caso, tanto en este espacio como en otros, la recomendación sanitaria en términos generales "es que la vacunación, aunque supone una herramienta de lucha contra el virus muy importante, no debe suponer bajar la guardia tanto de medidas individuales como colectivas ya que todos los factores son importantes para evitar contagios y su propagación".

"Por ahora estar vacunado no implica que te puedas quitar la mascarilla"

Profesor de microbiología de la UPV

"La vacunación, aunque supone una herramienta de lucha contra el virus, no debe suponer que se baje la guardia"