Las residencias navarras han dejado de ser el epicentro de la pandemia. Con la población sociosanitaria ya vacunada casi por completo (el pasado viernes 12 terminó la inoculación principal y tan solo quedan casos aislados y algunos trabajadores por recibir las segundas dosis), el efecto de la vacuna de Pfizer se empieza a notar ya en las consecuencias de las infecciones.

No hay mejor reflejo del exitoso resultado de la vacunación que el hecho de que cada vez son menos las personas mayores que se contagian de coronavirus en residencias y que experimentan síntomas por haber contraído la enfermedad.

Por ejemplo, a lo largo del mes de octubre se infectaron en Navarra 317 personas de covid-19. De ellas, 162 usuarios, el 51%, experimentaban síntomas. En noviembre hubo constancia de 375 positivos y el 55% de ellos, hasta 207, experimentaron síntomas propios del virus. Si bien diciembre, debido a las restricciones, a la ausencia de visitas y salidas de las residencias, fue un mes en el que los casos cayeron en picado en general, el comienzo de la tercera ola en enero trajo consigo 129 contagios durante ese mes. De estos, solo 46, el 35%, tenían síntomas.

Y el porcentaje todavía ha sido mucho menor en el mes de febrero. En los primeros diez días se han detectado 72 casos y, de los mismos, únicamente 22, el 30%, se ha manifestado en pacientes sintomáticos. La vacuna no impide la llegada del virus, pero existen evidencias científicas de que atenúa sus consecuencias.

Así quedó manifestado en los últimos brotes detectados en una residencia de Mutilva y en otra de Andosilla ya con la segunda dosis suministrada en ambos casos (suponen que en Andosilla se contagiaron entre la primera y segunda). Los expertos de Salud Pública ya han explicado en varias ocasiones que las vacunas que se han administrado hasta ahora, las de las empresas Pfizer/BioNTech y Moderna, previenen el desarrollo de la enfermedad y evitan una posterior evolución en cuadros graves, pero no así infectarse o tener la capacidad de contagiar a otras personas. "La vacuna no ha demostrado que evite que el virus esté presente en vías respiratorias, sino que previene casos de enfermedad y su desarrollo más severo, con el consiguiente impacto en la mortalidad", aclaran desde el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra .

Los casos conocidos en Mutilva y Andosilla ascendieron a 34 y solo uno de los contagiados fue ingresado y dos fueron a recursos intermedios, con lo que el efecto de la vacuna parece nítido en dichos brotes. En Mutilva, las personas con PCR positiva "no tienen signos ni síntomas de enfermedad, sino que han aparecido en un cribado que se ha realizado entre personas asintomáticas", recuerdan. Y ocurre lo mismo con los residentes de Andosilla. Aún así, a pesar de empezar a contar con personas inmunes entre la población, subrayan "la necesidad de seguir manteniendo en todo momento las medidas preventivas" tanto para quienes hayan recibido la vacuna como para quienes no.