- “Ha sido un año muy duro, y todavía seguirá siéndolo”, reconoce Mari Joxe Iparragirre, de Urruska, una de las casas rurales pioneras en Navarra, que, casualmente, cumplirá mañana 30 años, pues abrió sus puertas el día de San José de 1991. Una fecha muy señalada, en la que cumplen tres décadas dedicadas al turismo rural, pero que no lo celebrarán como tenían pensado: “La situación no lo hace posible”, lamenta. Iparragirre, a su vez, es la representante de los alojamientos de la zona dentro de la Asociación Baztan-Bidasoa Turismoa, una asociación que aglutina a decenas de negocios que se han visto seriamente afectados por la pandemia. Hace un año, justo por estas fechas se les vino el mundo encima, “la primavera y el verano venían muy buenos, las reservas estaban a tope, y todo se desvaneció”, recuerda, triste. Desde entonces han hecho lo que han podido. Los últimos meses, algunos alojamientos han podido trabajar algo, “los que tienen alojamientos pequeños, o divididos por habitaciones han trabajado algo, pero aquí la mayoría de casas rurales son grandes, con capacidad para 12 personas o más”, por lo que no han podido acoger a visitantes, “además con el cierre perimetral nuestro abanico de clientes se ha visto muy reducido”. En el caso de Urruska, el establecimiento ha estado cerrado desde octubre, “no merecía la pena”, comenta, “durante bastante tiempo las actividades turísticas del entorno han estado cerradas, también la hostelería, por lo que no había mucho que ofertar a los visitantes”.

Mañana volverá a abrir su casa rural, con la esperanza de que vengan tiempos mejores, “la hostelería ha vuelto a abrir, aunque sea con aforo reducido, los parques de aventura, las cuevas, las visitas… vuelven a ofertarse, y la gente de Navarra también se ha animado a reservar cuando se ha confirmado que durante estas fechas seguirá el cierre perimetral”, aunque es escéptica, “abrimos, pero sin saber qué es lo que va a pasar”. Sin ir más lejos, el último decreto del Gobierno de Navarra limita a una unidad convivencial las reuniones en espacios de uso privado en el puente de San José, por lo que los clientes han cancelado muchas reservas para estos días. También recuerda que en Semana Santa van a poder trabajar algo, sobre todo los alojamientos pequeños, “pero no va a ser como otros años. Antes, en Semana Santa, trabajabas alrededor de 20 días, porque había comunidades que tenían vacaciones desde una semana antes, ahora, solamente hay clientes navarros, por lo que se limita, prácticamente, a 5 días”.