La Asociación Navarra de Autismo (ANA) defendió ayer en una comparecencia en el Parlamento foral que “las personas con autismo, con una adecuada y temprana intervención terapéutica, mejor en el hogar, pueden mejorar sus habilidades sociales”. Esta intervención, apuntaron desde la entidad, “aumenta su independencia” y mejora la inclusión en la sociedad.

La asociación, que fue fundada por cinco familias de menores con autismo, “da respuesta adecuada y personalizada a familias con autismo en Navarra”, señaló Arianna Iriarte. Así, añadió que aspiran a ser “un instrumento para mejorar la calidad de vida y sobre todo para facilitar la inclusión en la sociedad de las personas con autismo, favoreciendo así la cohesión de la sociedad”.

Dentro de su acción habitual, ofrecen el programa de acogida y asesoramiento, “con un acompañamiento sobre el duelo y la estimulación a personas con autismo”. En este sentido, destacó la importancia del empoderamiento de las familias y apostaron por que lo primero sea consensuar con ellas los objetivos comunes a trabajar, con el fin de “ayudar a padres y madres a relacionarse con sus propios hijos”. Las primeras alarmas que se dan en este ámbito, añadió Iriarte, son por la imposibilidad de comunicarse con los menores y, ante esto, “una terapia en un despacho es incómoda y difícil”.

Por ello, ANA apuesta por la intervención en el hogar, ya que “es más fácil que el terapeuta vaya a momentos puntuales de la familia, ver cómo come, va al baño y cómo tiene diferentes problemas”. De esta forma, añadió que “muchas veces el menor no sabe comunicarse con personas, y esto hace que el niño cree crisis que dan lugar a situaciones violentas o descontroladas, que afectan a las familias”.

En este punto, señaló que “si se trabaja en el domicilio desde el principio, se arregla muchísimo la situación familiar” así como la calidad de vida de las personas con autismo.

Por otra parte, la asociación realizó cartelería con pictogramas por diversos puntos de la ciudad, hasta llegar a 12.000 carteles colocados por Pamplona, y con la última campaña que ha consistido en la colocación de placas en los semáforos de la ciudad.

En la actualidad, la entidad atiende a 238 familias y, a pesar de que sus sedes están en Tudela y Pamplona, atienden en cada municipio navarro donde hay una persona con autismo.

Cuentan con financiación pública, que supone el 17 % del presupuesto de la entidad y el resto es financiación privada. En este sentido, señalaron señalado que los programas de intervención son “muy costosos en medios, personas y trabajo para los mismos afectados” por realizarse también de manera ambulatoria.