- La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra ha condenado a seis años de prisión por un delito continuado de abusos sexuales a un hombre, de nacionalidad boliviana y que cuenta con 38 años de edad, al acreditar el tribunal que abusó en distintos episodios de una sobrina en Pamplona cuando la chica tenía entre 6 y 15 años. Al procesado se le aplica la atenuante de dilaciones indebidas después de que el procedimiento tardara tres años y diez meses en tramitarse desde su incoación hasta que se celebró el juicio. Se le impone una medida de seis años de libertad vigilada, se le inhabilita durante once años para ejercer cualquier profesión con menores y se le imponen 11 años de alejamiento respecto a la víctima, a la que tendrá que indemnizar con 30.000 euros por los daños morales causados.

Según relata la sentencia, el acusado empezó a convivir con la víctima y sus hermanos desde 2005 cuando llegaron a Pamplona desde su país natal. El procesado mantenía una relación sentimental con la hermana de la madre de la víctima. La Sala estima que fue entre los años 2007 y 2009, cuando la menor contaba con apenas seis años de edad, cuando el acusado inició su conducta lasciva y “accedía al dormitorio aprovechando que la madre de la menor se iba pronto a trabajar, se la llevaba a otra habitación donde dormía el bebé del procesado, la tumbaba en la cama y le efectuaba tocamientos a la niña en sus partes”.

En una ocasión, cuando la víctima contaba con 7 u 8 años y “estaba sola en el cuarto de uno de los hijos del procesado, este entró en el mismo, cogió en peso a la menor y comenzó a subirla y a bajarla de tal manera que los genitales de ambos se rozaron, repitiendo dicho movimiento en muchas ocasiones, hasta que uno de los hermanos de la menor entró en la habitación y el acusado soltó a la pequeña”. La pareja del procesado estaba en esos momentos en la cocina y él le dijo a la menor que si decía algo de lo que pasaba, la castigaría.

En otra ocasión que dormía en la habitación de uno de sus primos, la menor comenzó a sufrir tocamientos de nuevo por parte de su tía por encima de la sábana y en otro caso, cuando tenía unos 8 años, abusó de ella tras haberse embadurnado su pene de chocolate e instándole a lamerle. A partir de ese momento, la menor se negaba a visitar más a sus tíos.

En cualquier caso, en mayo de 2017, cuando la víctima tenía 14 años, el acusado entró en su cuarto con la excusa de hacerle cosquillas mientras ella dibujaba y comenzó a realizarle tocamientos, por lo que ella terminó apartándole con ambos brazos y él le dijo que no se enfadara. Por último, en Sanfermines del mismo año, también le efectuó tocamientos por encima de la sábana hasta que ella le pidió que se fuera. La víctima, dice el fallo, se encuentra afectada por estos hechos que han motivado complicaciones de su desarrollo en la adolescencia.

La Audiencia considera “lógico y coherente el relato” y añade que su versión viene corroborada dentro de que los hechos se produjeron “en la estricta intimidad”, por las manifestaciones que “la propia menor hizo a su madre al relatarle los hechos, de forma espontánea en relación con la intención del acusado de reanudar los tocamientos en el año 2017, así como la valoración altamente creíble realizada en el informe pericial, como por la propia afectación que en su conducta presenta la víctima”.