“La situación es de incertidumbre total”, reconoce Clemente Celestino Klemen, repartidor de Glovo, miembro de la plataforma Riders X Derechos y la primera persona que denunció a esta empresa en Navarra.

“Mañana es día 12, se cumple el plazo y ya se ve que no han hecho nada, se están haciendo los locos”, cuenta este trabajador que paraliza la aplicación para que no le entre ningún pedido mientras atiende a la llamada de este periódico.

A pesar de que el 12 de mayo la Ley Rider se publicó en el BOE, no fue hasta hace unas dos semanas cuando la empresa se puso en contacto con ellos. “Nos mandaron un correo diciéndonos que el 12 de agosto era la fecha para regularizar la situación, y que había la opción de seguir siendo autónomo o estar asalariado”, relata.

Para ejercer la primera, la compañía se escuda en un nuevo modelo de relación que, aunque no es muy diferente al actual, creen que se ajusta a la normativa. “Van a quitar el sistema de puntuación -hasta ahora, los clientes puntuaban a los repartidores, y los que contaban con mayor nota se podían conectar antes a la aplicación, teniendo así preferencia para elegir su horario- y también van a dejar conectarse a la aplicación las 16 horas del día”, detalla Klemen, que explica que esto se hace porque “en la sentencia del Tribunal Supremo, que nos reconocía la relación laboral con la empresa, se achacaba que no podíamos elegir ni el precio ni el horario, y para evitarlo nos dan a elegir esto”.

El problema está en que, en lo referente a la tarifa, la empresa tiene previsto implantar un sistema de “subasta” que todavía no ha llegado a Pamplona pero que funciona en otras ciudades. “Imagina que por un pedido nos pagan 5 euros -aunque es por utilizar un número redondo, siempre es menos-”, puntualiza. “Pues puedes elegir si lo multiplicas por 1,1; 1,2 o 1,3; pero también por 0,8 o 0,9, y entonces ya cobras menos que esos 5 euros. Y hay gente que se pone el 0,7 y a los que eligen multiplicar la tarifa por 1 no les entra ningún pedido”, ilustra, denunciando que esto es “ya no es precariedad, es lo siguiente”.

Asalariados “con selección”

En cuanto a los que elijan ser asalariados de Glovo, como él, les espera “recibir un mensaje de una empresa para hacer la selección de personal”, algo totalmente incompatible con su situación y la de otros 20 compañeros afiliados al sindicato LAB que, a pesar de estar a la espera de juicio, ya están reconocidos como asalariados de Glovo debido a la sentencia del Supremo.

“Estamos dados de alta en régimen general, hace meses nos dimos de baja en autónomos ateniéndonos a la sentencia del Supremo y nos han devuelto el dinero de las cuotas de autónomos desde enero de 2019 y no hemos tenido ningún problema con la empresa”, reconoce, por lo que no van a aceptar “nada que no sea que se nos reconozca que somos trabajadores de Glovo desde el principio, que es lo que costa en la vida laboral. Tampoco que intenten seguir haciendo trampas, ni que nos metan en una cesión ilegal de trabajadores como subcontratas o ETT”, manifiesta este trabajador, que a pesar de tener reconocida la relación laboral sigue sin tener “derecho a vacaciones, ni a baja”.

Por ello, el siguiente paso será tratar de que “se reconozca la antigüedad y negociar un convenio, que queremos que se nos incluya el de hostelería”, anuncia Klemen, animado por las sentencias favorables de los tribunales pero que no termina de fiarse de la compañía para la que trabaja.

“La sensación que me da es que su estrategia es seguir alargando el conflicto e intentar seguir saltándose el Estatuto de los Trabajadores”, advierte, señalando que “la ley solo recuerda a las empresas que deben cumplirlo”. “Y esto no es algo novedoso, que el estatuto es de 1980”, recuerda.