“Hay veces que pienso que no ha pasado, que ha sido como un mal sueño, pero ahora estoy contenta de que todo esto haya avanzado por todas las vidas que se están salvando”, asegura María Pilar Martínez Aramendía. Su madre, Mari Cruz, falleció con 87 años el 14 de marzo de 2020 con covid-19, convirtiéndose así en la primera víctima mortal registrada en Navarra.

“Si no hubiera pasado la pandemia no sé si mi madre hubiera muerto antes o después, porque ya era mayor, pero me parece un poco injusto que después de tanta lucha en su vida fuese así”, reconoce María Pilar, quien no quiere echar las campanas al vuelo sobre la actual situación: “Ya dicen que esto no está vencido pero, por lo menos, tenemos medios para minimizarlo”.

Tras señalar que “cuando anunciaron que iban a empezar a vacunar a los ancianos me dio alegría, porque eran los más débiles de esta pandemia”, confesó que el día que fue a vacunarse al polideportivo de la UPNA, el pasado 21 de mayo, “fui contenta y agradecida de que se hayan puesto tantos medios para salvarnos a tantos”. Como destaca, “hay personas que han visto la pandemia casi de lejos, en la televisión; pero nosotros tenemos la sensación de que lo hemos vivido en nuestras carnes”. Y concretamente a ellos les ha tocado su cara más cruel; la de la muerte. A pesar de ello, concluye: “Sufrimos la pérdida pero también hemos visto la recompensa de que, poco a poco, se haya podido con la pandemia. Cuando queremos, como sociedad, podemos dar lo mejor de nosotros”.

“Estoy contenta de que todo esto haya avanzado por todas las vidas salvadas”

María Pilar Martínez

Hija de la primera fallecida