En los últimos años se han impulsado muchos proyectos (campus de Madrid, el Museo, el edificio de Amigos...), ¿cuál es su proyecto estrella

-El centro Bioma que es un proyecto que me hace especial ilusión porque es de mi área y porque tiene que ver con la Estrategia 2025 Universidad y Sostenibilidad. Va a ser un centro que tiene una parte de investigación, un nuevo Instituto de Biodiversidad y Medioambiente, y un Museo de Ciencias. Tenemos una colección extraordinaria de donaciones y de la propia actividad de la Facultad de Ciencias. Y además los museos son un lugar de encuentro con la ciudadanía, con empresas interesadas en la sostenibilidad. Nuestra idea es que ese centro Bioma y ese Museo de Ciencias sea un lugar de encuentro y comunicación de la ciencia en torno a cuestiones de medio ambiente, sostenibilidad...

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¿Cuándo será una realidad?

-Va ir al ritmo de la financiación. Nos gustaría que estuviera construido en año y medio, dos años. Se situará al lado del Cima.

¿Qué otros retos tienen para los próximos años?

-Uno de los objetivos es la docencia transformadora. Queremos desarrollar programas de docencia a lo largo de la vida. Antes se planteaba la universidad para una etapa formativa de los 18 a los 22 años, pero ahora, con el entorno laboral cambiante, igual se necesita volver a las aulas a los 35 o 40 años y seguir formándose. También queremos potenciar la investigación en áreas como medicina personalizada, ética y liderazgo y medioambiente. Son líneas de investigación que tiene que ver con la sostenibilidad social, ambiental y económica.

Esta pandemia ha puesto en valor el papel de la ciencia. Ahora toca que los gobiernos se lo tomen en serio e inviertan más.

-Esta pandemia ha sido un éxito de la ciencia sin precedentes. El tiempo en el que estaba secuenciado el virus, el tiempo en el que se han producido las vacunas.... La ciencia necesita tiempos largos e invertir en ciencia es protegerte sobre problemas que pueden ocurrir en el futuro. Muchas veces los problemas del covid no han sido científicos sino de comunicación, de ética o de gestión empresarial. Lo que está claro es que los temas graves o que tienen mucho impacto en la sociedad necesitan un compromiso de todos y a largo plazo. Y diré que la pandemia también ha puesto en valor el papel de la asistencia sanitaria.

Las universidades se transformaron para ofrecer docencia ononline

-La pandemia ha sido un doble aprendizaje: hemos perdido el miedo a lo online, hemos descubierto su utilidad y sus límites. Y es que la docencia se enriquece enormemente con la presencialidad.

¿Cómo ha cambiado el alumnado desde que se incorporó a la UN como profesora en 1996?

-Son más globales, más tecnológicos y les cuesta menos hablar en público, pero hay estudios que dicen, yo no lo noto tanto, que les cuesta más mantener una atención sostenida en clase durante largo tiempo. Están acostumbrados a muchos inputs audiovisuales. Lo que no cambia es la ilusión por comenzar la carrera, la pasión por la ciencia. Eso lo veía antes y lo veo ahora. Por eso quiero seguir dando clase. Me gusta encontrarme con los estudiantes y disfrutar con ellos de las cosas que nos apasionan.