El geriatra Nicolás Martínez Velilla es el nuevo director científico del Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdiSNA), conformado por el Hospital Universitario de Navarra (HUN), la Clínica Universidad de Navarra (CUN), la Universidad Pública de Navarra, la Universidad de Navarra, Navarrabiomed, el Cima, el Instituto de Salud Pública y Atención Primaria del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea. Tras recibir una “evaluación negativa” por parte del Instituto de Salud Carlos III, el nuevo equipo directivo asume el reto de conseguir la reacreditación de un instituto con 1.065 investigadores y que en 2021 ha sido beneficiario de 61 ayudas con una financiación total de 6.592.733 €; diez veces más que cuando se creó, en 2015. Una entidad cuya principal fortaleza es que, “al englobar de forma tan transversal investigadores de diferentes áreas, la colaboración entre todos hace que crezcamos de forma exponencial”, indica.

En primer lugar, enhorabuena por el nombramiento. ¿Cómo afronta esta nueva etapa como director científico del IdiSNA?

-Realmente es un reto y lo primero que tengo que decir es expresar el agradecimiento a todas las personas que han estado trabajando previamente en el instituto, empezando por la doctora Luquin -mi predecesora-, porque lo que es el instituto ahora es gracias a los esfuerzos y sacrificios de todas ellas. En este momento tengo muchos proyectos, soy responsable del servicio de Geriatría y cuando me lo ofrecieron lo vi como una carga más, pero ahora que estoy empezando a ver qué hay por dentro es realmente un reto y una ocasión muy bonita para aprender y ayudar a otros investigadores a seguir creciendo.

Junto con su nombramiento, se han creado dos nuevos puestos: el de subdirector, que lo ocupa Felipe Prósper -de la CUN- y el de vocal, que está Nuria Goñi en representación de la Atención Primaria. ¿Por qué se ha decidido cambiar la configuración del equipo directivo?

-Esto es reflejo de la importancia que se le da en esta nueva etapa del instituto a la colaboración entre la parte pública y la privada. Es decir, hasta ahora había un solo director científico y ahora se considera que tienen que ser las dos partes. Una instrucción que ha dado el Instituto de Salud Carlos III es que, como en todos los institutos que hay en España, el eje tiene que ser un hospital público. En ese caso, el Hospital Universitario de Navarra y la dirección científica va adscrita a ese hospital, pero, de la misma forma que se reconoce esa importancia, en Navarra no tendría sentido esto si no fuéramos de la mano de la parte privada. Además, se ha hecho una apuesta muy importante, que es integrar a la Atención Primaria. De hecho, estamos funcionando a efectos prácticos como un equipo con mucha sintonía y avanzando. Sólo llevamos mes y medio trabajando juntos, pero lo cierto es que la colaboración de los tres entornos está siendo muy fructífera.

¿Qué objetivos se marcan ahora?

-Los primeros objetivos que tenemos es conseguir la reacreditación del instituto. Ha habido una evaluación del Instituto de Salud Carlos III que ha detectado una serie de circunstancias que hay que modificar y lo primero que tenemos que hacer es abordar esos condicionantes porque para Navarra es muy importante tener un instituto de investigación sanitaria. Nos facilita el acceso a muchas convocatorias que de otra forma no podríamos y es una obligación digamos para Navarra seguir fomentando que haya mayor investigación, tanto en cantidad como en calidad.

Han pasado tres años desde la acreditación del IdiSNA como instituto de investigación sanitaria. ¿Qué ha supuesto para la Comunidad Foral?

-Lo que ha ocurrido es que de forma eficiente y objetiva se ha puesto sobre la mesa que los diferentes entornos en los que se está investigando podemos trabajar de forma conjunta y, no sólo eso, sino que además, cuando lo hemos hecho, los resultados más que adicionales son exponenciales, es decir, se potencia cualquier tipo de resultado; eso es lo primero. Y luego nos ha facilitado implementar grupos de trabajo, áreas de trabajo, en las que compartimos conocimiento todos los protagonistas y eso ha sido muy enriquecedor. Es cierto que todavía queda mucho trabajo por hacer, hay áreas que han funcionado de forma más eficiente que otras, pero es labor de la dirección científica implementar, modificar e impulsar todo eso.

Carlos III ha detectado una serie de cosas que no estaban funcionando bien. ¿Qué hay que corregir?

-Son sobre todo condicionantes. Hasta ahora lo que hacía el instituto básicamente era una tramitación de proyectos y lo que hace Carlos III es decir si queréis funcionar como un instituto la gestión de esos procesos también tiene que ser a cargo del propio instituto y tienes que demostrar, no sólo sobre un papel, sino con hechos prácticos, que estáis trabajando de forma transversal como un verdadero instituto, integrando la parte pública, la parte privada, demostrando en las publicaciones que sois parte del instituto y una serie de condicionantes. Y luego además estamos en un proceso de modificación de los vínculos jurídicos que hay actualmente, de lo cual probablemente a lo largo del próximo mes y medio podamos dar más información, pero es un tema también importante, de lo que nos pide el Instituto de Salud Carlos III.

¿Corre peligro la acreditación?

-La evaluación intermedia del instituto ha sido negativa, condicionada a estas críticas que nos han transmitido, pero tengo la esperanza de que nos dé tiempo en año y medio a modificar esos puntos que hay que mejorar.

¿Cómo ha afectado la pandemia a la investigación sanitaria navarra?

-De dos formas. Yo por ejemplo, que soy personal asistencial, es muy difícil hacer investigación durante el periodo de pandemia porque la prioridad es la asistencia a los pacientes, pero por otro lado ha habido un claro impulso a determinadas áreas, como por ejemplo la de la vacunación. ¿Quién nos iba a decir que íbamos a conseguir vacunas con esta celeridad, con esta precisión y eficiencia? Es decir, que en el área asistencial sí que ha sido muy complicado, aunque se han hecho esfuerzos y algunos investigadores han trabajado un montón, pero por otro lado nos ha ayudado, nos ha obligado y nos ha demostrado cómo trabajando en equipo podemos conseguir cosas muy importantes.

Con la pandemia se ha constatado la importancia que tiene la investigación para tener vacunas, tratamientos, adoptar decisiones… Sin embargo, no sé si esa importancia se ha trasladado en presupuestos.

-Le puedo decir desde este momento para adelante. Evidentemente, cuando acepté este puesto mi pregunta fue: ¿Mi rol cuál va a ser? ¿Va a haber una apuesta real? Y la respuesta desde la dirección general de Salud, desde la consejería, ha sido que va a haber una apuesta real y estoy convencido de que va a existir ese cambio. Sí que el mero hecho de integrar a la Atención Primaria, sabiendo que tradicionalmente ha sido sobre todo asistencial y que en este nivel ha sido complicado investigar; que el responsable del área vaya a ser una médico de Primaria; el hecho de cambiar ese nombre de área e incluir cuidados sanitarios, para que las enfermeras estén integradas; que se vayan a hacer convocatorias transmurales, que afecten a la parte pública y a la privada... todo eso son ejemplos de que a medio plazo tiene que haber una transición de lo que teníamos antes a lo que tendremos ahora.

¿Puede poner cifras a las contrataciones, dinero para investigación...?

-No puedo decir una cifra exacta, pero sí que ahora hay una convocatoria transmural, que tiene que estar integrada por personal de la parte pública y de la privada, que es la filosofía del instituto, y en esa hay tres proyectos de 25.000 € cada uno, hay otra convocatoria facilitada por el propio instituto asociada a tecnologías sanitarias, que es de 10.000 €, y vamos a disponer de en torno a 500.000-800.000 € para potenciar proyectos transmurales, intensificaciones, contrataciones... En estos momentos sí hay una apuesta económica, que es lo que a fin de cuentas te facilita todo.

Hay quien dice que “toda crisis profunda presenta una oportunidad de cambio radical”. ¿Qué retos tiene por delante el IdiSNA?

-El primero, reacreditar el instituto; el segundo, dinamizar y potenciar todas las áreas; hay un reto muy importante también que es que consigamos vincular a los profesionales que están a pie de cama de paciente, en la Atención Primaria o a nivel hospitalario, con los que trabajan con las células y eso además tiene que tener una traducción en muchos ámbitos diferentes y uno de ellos es el de las tecnologías, el de la economía... Tenemos que facilitar que la investigación sea el caldo de cultivo para que la industria y la política sanitaria de Navarra crezcan de forma paralela.

El personal sanitario está exhausto por la pandemia. ¿Cómo prevén incentivarlo para que haga investigación? ¿Van a adoptar medidas?

-Sí, lo que creo es que más que hablar hay que demostrarlo. Otra cosa muy importante es que cuando estamos pensando en Atención Primaria no podemos pasar de 10 a 100, lo que hay que hacer es sembrar para que esos futuros investigadores aprendan, hay que integrarlos en equipos. ¿Cómo lo vamos a hacer? Hay diferentes formas. Una que barajamos es la posibilidad de crear intensificaciones que facilitan que no te dediques exclusivamente a atender pacientes, sino que tengas un tiempo protegido para poder dedicarlo a la investigación. Esa es una forma, y la otra es que tengas proyectos reales, a los que te puedas presentar y conseguir personal y recursos para cerrar la investigación. En este área estamos apostando también de forma clara por el área de cuidados sanitarios de Enfermería.

Cuando pensamos en investigación sanitaria nos viene a la cabeza un laboratorio, probetas… pero hay otras maneras. De hecho, su servicio, el de Geriatría, ha destacado por sus investigaciones innovadoras en temas de ejercicio. ¿La sociedad, y en particular el personal sanitario, debería cambiar la mentalidad a la hora de pensar en investigación?

-La pregunta es muy bonita. ¿Para qué investigamos? Para ayudar, para mejorar la calidad de vida de las personas. Es decir, de qué nos sirve dejar la investigación en esa célula, en ese microscopio, lo que tenemos que hacer es transformar y conseguir que esa investigación llegue a modificar la calidad de vida de los pacientes. Por eso decía antes que un reto también es conseguir que los médicos que trabajan a pie de cama con el paciente trabajen codo con codo con los que están con las células; eso es lo que nos va a ayudar a transformar y eso está integrado dentro de los retos que nos quedan: conseguir que la parte asistencial y la biológica trabajen codo con codo. Creo que es un reto muy bonito y va más allá de las palabras, transforma la sociedad y evidencia lo importante que es la investigación.

¿Cómo le gustaría ver al IdiSNA cuando deje el cargo?

-A título personal me gustaría que esa carretera que separa, hablando en términos de ciencia, el Hospital Universitario de la CUN no existiera. Es decir, que pudiéramos colaborar, porque cuando nos juntas a los científicos enseguida hay empatía y simbiosis. Mi objetivo es, y de hecho las convocatorias así serán, que exista ese ir de la mano en todos los aspectos. Creo que es bueno para Navarra que trabajemos y colaboremos, integrar a la Atención Primaria, y espero poner las semillas para que esas personas que quieren investigar puedan hacerlo.