El primero de los proyectos que ha recibido una financiación de 25.000 € en la convocatoria intramural del Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdiSNA) es el liderado por Manuel Mazo Vega, de la Clínica Universidad de Navarra/Universidad de Navarra. Bajo el título Estudio de la influencia de los tratamientos anti-neoplásicos en las valvulopatías, la idea es fabricar en el laboratorio miniválvulas cardíacas para estudiar qué efectos les producen los tratamientos de quimioterapia y radioterapia.

El investigador principal indicó que con la concesión de esta ayuda “vamos a intentar fabricar en el laboratorio miniválvulas cardíacas. Ahora mismo, el tema de la bioimpresión 3D, impresión 3D, la fabricación de órganos en el laboratorio... es una tecnología que aquí en Navarra estamos intentando desarrollar, pero que es un objetivo más a largo plazo”. No obstante, este doctor en Bioquímica consideró que en los próximos dos años “podemos hacer grandes avances en crear pequeños tejidos en el laboratorio, que evidentemente no nos van a servir para una terapia, pero sí para aprender muchas cosas de la biología de ese órgano”. Así, junto a la científica de Navarrabiomed Natalia López Andrés, ha impulsado este proyecto con el que pretenden desarrollar “una plataforma de testeo de toxicidad cardíaca”.

Proyecto de cardio-oncología La doctora en Biología explicó que “se ha visto que los pacientes que han tenido tratamientos quimioterápicos y radioterápicos en el pasado, en los últimos 20 años incluso, desarrollan enfermedad valvular”. Una patología que, prosiguió, es “grave” y “requiere cirugía mayor”, ya que “hay que abrir al paciente y cambiarle la válvula por una nueva”. Asimismo, apuntó que “el gasto sanitario que ocasionan estas enfermedades es enorme” y añadió, al respecto, que cada operación “de recambio valvular vale casi 50.000 € y en el Hospital Universitario de Navarra (HUN) se hacen unas 200 al año”.

Teniendo en cuenta que muchas de estas cirugías se derivan de pacientes que se sometieron a tratamientos oncológicos, “gracias a los tejidos que va a generar el doctor Mazo vamos a poder estudiar qué ocurre en esas estructuras tridimensionales valvulares cuando se les dan los tratamientos quimioterápicos o de radioterapia. Así, encontrar algo para frenar la evolución de la enfermedad, o incluso prevenirla, que esos pacientes no enfermen y no tengan que someterse a los años a un recambio valvular”.

Finalmente, Natalia López señaló que este tipo de convocatorias para potenciar la colaboración de las entidades públicas y privadas que conforman el IdiSNA “nos da una oportunidad única de poder trabajar juntos, hacer equipo, iniciar proyectos y poder optar a convocatorias más grandes de mayor envergadura en el futuro juntos”. Y es que, como concluyó Mazo, “Navarra a nivel de investigación tiene mucho potencial, tanto en lo público como en lo privado. Es una tontería que muchas veces vayamos por separado, porque al final a los investigadores nos da igual de qué ámbito seamos, ya que lo que queremos es investigar; conocer. Este tipo de iniciativas que nos permiten ir juntos es una maravilla”.