Maribel Martínez, responsable del Servicio de Asistencia a la Mujer del Colegio de Abogados de Pamplona, refrendó ayer en sus valoraciones lo que dicen las estadísticas y se mostró especialmente contundente ante la cantidad de gente joven a la que tienen que asistir en la sede colegial y en las guardias a las que acuden ante las distintas policías y en los juzgados. Martínez cree que durante el presente año las cifras más representativas de violencia sobre la mujer también han seguido subiendo un poco y así lo observamos en las actuaciones que realizan los compañeros/as del servicio".

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La letrada detalló que a los operadores jurídicos y especialistas que abordan a diario este ámbito "nos sigue preocupando encontrarnos con un perfil cada vez mayor de gente joven y también de comportamientos violentos. Ello nos demuestra que para trabajar y concienciar sobre violencia es necesaria una labor desde todos los puntos de vista: social, de concienciación. de educación y de no discriminación. Estamos viendo también cada vez más agresiones sexistas y delitos sexuales, donde también es preocupante la abundante estadística al respecto. Además, sobre este tipo de delitos, roda el imaginario colectivo la idea de que son delitos cometidos por terceras personas en lugares desconocidos que abordan a las víctimas, pero en realidad la mayoría de estos delitos se producen en entornos cercanos, de personas de confianza". Martínez, como suele ocurrir al valorar estos datos, expone sus dudas acerca de si el mayor número de condenas firmes y de hechos denunciados son motivados "por un aumento de casos o porque cada vez se denuncian más hechos que antes no se denunciaban. No sabemos si la cifra oculta ha salido a flote, pero lo que sí vemos y nos sorprende es que hay gente joven, con edades tempranas y comportamientos agresivos y que también protagonizan delitos sexuales, donde el fácil acceso a la pornografía está distorsionando y cosificando la imagen de la mujer. Hay muchas conductas de acoso favorecido por las nuevas tecnologías. Tras el confinamiento, vuelven a repuntar las conductas de control y dominación".