Un policía nacional destinado en Navarra, junto con otro compañero de Zaragoza, salvaron la vida este pasado martes a una mujer que sufrió un atragantamiento con comida en un restaurante de la capital aragonesa. Los agentes le aplicaron a la comensal la maniobra de Heimlich, lo que posibilitó que expulsase un trozo de carne y recuperase la respiración.

Los hechos ocurrieron en el restaurante Condado de Aragón, donde los dos agentes -uno de ellos miembro de la UIP (Unidad de Intervención Policial) con base en Pamplona- estaban cenando juntos y vieron que en una mesa cercana había un grupo de mujeres agitadas y, entre ellas, una que presentaba un aspecto amoratado, ya que se estaba atragantando con un trozo de comida y, aparentemente, estaba fuera de sí. Los policías actuaron rápidamente y, al segundo intento de realizarle la maniobra de Heimlich, la mujer expulsó el trozo de carne.

La maniobra de Heimlich (compresiones abdominales) es un procedimiento rápido de primeros auxilios para tratar la asfixia debido a la obstrucción de las vías aéreas superiores por un cuerpo extraño, en forma típica un alimento o un juguete. Solo debe usarse cuando la obstrucción de la vía aérea es grave y la vida está en peligro. Si la persona que se asfixia puede hablar, toser con fuerza o respirar adecuadamente, no se requieren intervenciones.

El pasado 26 de agosto un agente de la Policía Nacional en prácticas protagonizó una actuación similar en un restaurante de Pamplona, donde salvó la vida a una mujer de 65 años que sufrió un atragantamiento.

AUXILIÓ A UN CONDUCTOR ACCIDENTADO

La labor humanitaria de urgencia del agente de Policía destinado en Pamplona protagonista de esta noticia no acaba ahí. Hace aproximadamente dos semanas, mientras estaba disfrutando una ruta en moto junto a tres amigos por una zona rural muy poco transitada del monte de Navarra, observó que un automóvil estaba volcado en una acequia.

El conductor, un joven de 18 años tenía clavada la columna de dirección en el pecho y todo el rostro ensangrentado, ya que la luna del parabrisas se había fracturado en su cabeza tras el duro impacto. El agente no dudó tampoco en esta ocasión en prestarle auxilio, y usó el botiquín de emergencias que siempre porta consigo y dar aviso a los servicios sanitarios con la ubicación exacta del lugar.

Al tratarse de un lugar de difícil acceso y apenas transitado, el joven fue evacuado por el helicóptero medicalizado del Gobierno de Navarra. Una vez en el centro hospitalario, le fueron cosidas las heridas del rostro con 50 puntos de sutura.