viena - Mensajes conciliadores, contactos diplomáticos, incentivos económicos... Tras seis meses de esfuerzos, Europa ha perdido la paciencia con los incumplimientos de Irán del acuerdo nuclear firmado en Viena de 2015 y ha aumentado la presión activando un último mecanismo para tratar de salvarlo.

"Por tanto, no hemos tenido otra opción, dadas las acciones iraníes, que registrar hoy nuestra preocupación de que Irán no está cumpliendo con sus compromisos (...)", sentenciaron ayer Alemania, Francia y Reino Unido, firmantes del acuerdo, junto a China, Rusia y EEUU, que evitaba que Teherán pudiera hacerse con armas atómicas.

Los tres países han anunciado que encomiendan el arreglo del conflicto al mecanismo de resolución de litigios incluido en el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA por sus siglas en inglés), el nombre oficial del acuerdo de 2015.

Ese mecanismo tiene ahora 35 días, un plazo ampliable, para resolver la denuncia europea de que Irán no está cumpliendo su parte del acuerdo.

De no haber resolución, el caso podría pasar al Consejo de Seguridad de la ONU, lo que abre la puerta a la reimposición de sanciones a Irán y la muerte definitiva del histórico acuerdo de 2015.

El acuerdo nuclear, firmado en Viena en 2015 tras meses de duras negociaciones, impuso a Irán limitaciones al tamaño y alcance de su programa nuclear, asegurándole que podría seguir usando la energía atómica con fines pacíficos y que se levantarían las sanciones que ahogaban su economía.

El presidente estadounidense, Donald Trump, sacó a su país en 2018 del acuerdo, negociado por su antecesor, Barack Obama, y reactivó la presión y las sanciones contra Irán, para obligarle a firmar un "acuerdo mejor".

En respuesta, Irán comenzó el pasado julio a incumplir sus compromisos, superando progresivamente la cantidad y la pureza del uranio enriquecido que permite el acuerdo, y empleando maquinaria y tecnología vetada en el mismo.

Los países europeos aseguran en su comunicado conjunto que, desde entonces, han trabajado para preservar el acuerdo, con contactos e iniciativas diplomáticas, e incluso creando un mecanismo financiero para tratar de compensar las pérdidas iraníes por las sanciones de Estados Unidos.

De hecho, en la nota no sólo se denuncian los incumplimientos iraníes, sino que también se lamenta la decisión de Estados Unidos de abandonar unilateralmente el acuerdo.

Sin embargo, los tres países europeos rechazan el argumento iraní de que las sanciones estadounidenses y la incapacidad de Europa de compensarlas plenamente constituyen un incumplimiento del acuerdo que le da derecho a suspender temporalmente sus compromisos.

"Irán nunca ha activado el mecanismo de resolución de litigios del JCPOA y no tiene base legal para dejar de aplicar las disposiciones del acuerdo", explican Berlín, París y Londres.

Los europeos recriminan a Irán que, en vez de "dar marcha atrás", ha ido saltándose las limitaciones a su programa que bloqueaban que pudiera construir un arma nuclear a corto plazo, hasta anunciar el 5 de enero pasado que su programa atómico quedaba libre de cualquier restricción.

Con las activación de este mecanismo los europeos aseguran no querer "sumarse a la campaña de aplicar máxima presión contra Irán", sino tratar de que el país vuelva a cumplir el acuerdo.

En ese sentido, el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, pidió hoy "buena fe" en la aplicación del mecanismo. - Efe

Evitar la escalada. Los grupos del Parlamento Europeo se mostraron partidarios de salvaguardar el acuerdo nuclear para evitar una escalada de violencia que empeorare la situación tras un inicio de año muy convulso.

Seguridad global. La socialdemócrata Kati Piri advirtió de que tanto Estados Unidos como Irán juegan con la seguridad global y que el detonante de que se haya acrecentado la crisis, la muerte de Qasem Soleimaní, es la última provocación del Gobierno de Donald Trump para causar la retirada del acuerdo.

"Potencia inestable". La ultraderecha de Identidad y Democracia criticó que la UE haya sido "inútil" en sus esfuerzos diplomáticos, mientras que la Izquierda Unitaria Europea calificó a Estados Unidos de "la potencia política más peligrosa e inestable del mundo".