HELVETIA ANAITASUNA 32

BADA HUESCA 31


Helvetia Anaitasuna (13+19) Juan Bar (portero), Gastón (4, 3p), Bazán (2), Edu Fernández (5), Aitor Albizu (6), Marco Moreno (3) y Bonanno (2) –siete inicial–. También jugaron Iñaki Martínez (portero), Ganuza (3), Aitor García (3), Mikel Redondo (2, 1p), Adrián Ortiz y Elustondo (2).

Bada Huesca (14+17) Leo Tercariol (portero) (1), Diógenes Cruz (5), Adrià Pérez (5), Domingo (3), Carlos Pérez (4), Rodrigo Benites (5) y Cordies (2) –siete inicial–. También jugaron Daniel Arguillas (portero), Ian Moya, Osadchyi (1), Gucek, Miguel Malo (5, 2p) y Floris. 

Marcador cada cinco minutos 3-0, 4-3, 7-6, 8-8, 10-9 y 13-14 (descanso); 15-17, 18-20, 22-22, 25-24, 28-28 y 32-31 (final).

Árbitros Alejandro Hoz Fernández y Axel Riloba Pereda (Cantabria). Excluyeron dos minutos a los locales Marco Moreno y Antonio Bazán; y a los visitantes Cordies y Gucek.

Pabellón Anaitasuna. Unos 650 espectadores.


Un gol de Mikel Redondo a escasos segundos del final desde el extremo derecho, entre las piernas del portero Leo Tercariol, acompañado además de una magnífica parada de Iñaki Martínez, dio la victoria este domingo al Helvetia Anaitasuna por un ajustado 32-31 ante el Bada Huesca y quitó de un sablazo el sabor amargo de la eliminación copera de hace unos días. Esta vez hubo que sufrir hasta el final, pelear cada uno de los balones con la cabeza y con el alma, para amarrar una victoria que devuelve a los navarros a la senda positiva y encima ante un rival directo, que también llegaba herido tras ser apeado del torneo.

Después de una semana dura, en la que se enlazaron dos derrotas hirientes –la de Cangas en la Liga por la mínima y la de Antequera con eliminación incluida en la Copa–, la incógnita pasaba por ver si el Helvetia era capaz de recomponerse y dejar a un lado las decepciones para volver a sonreír. El triunfo, aunque agónico, demuestra que sí, a pesar de que no fue el mejor encuentro de los navarros ni de lejos. Faltó la fortaleza defensiva de otras ocasiones y en el ataque se cometieron demasiados errores que los de José Nolasco supieron aprovechar.

Así se pudo ver en una primera parte en la que Anaitasuna empezó entonado, dejando al Bada Huesca a cero en el primer parcial y sumando tres goles al electrónico. Pero, poco a poco, los oscenses se empezaron a meter en el partido. Juan Bar evitó que Diógenes Cruz empatara desde los 7 metros y la efectividad de Gastón desde este punto, junto al buen hacer del portero argentino, amplió de nuevo la brecha para los locales (7-4, m.13).

Los navarros, sin embargo, no aprovecharon las superioridades numéricas, los balones se perdían en el ataque, el Huesca comenzó a recuperar en defensa –donde Gucek y Rodrigo Benites ejercieron una buena labor desde el centro– y Adriá Pérez igualaba la contienda con una vaselina mediada la primera mitad. Acto seguido, Miguel Malo ponía por delante a los suyos por primera vez (7-8, m.18) y obligaba a Quique Domínguez a pedir tiempo muerto.

El banquillo del Helvetia, con Quique Domínguez a la izquierda. Patxi Cascante

Al Helvetia le penalizaban los errores ofensivos y se topaba, además, con un Leo Tercariol bajo los palos que estuvo sensacional –firmó un 32,6% de efectividad– y que incluso detuvo un 7 metros a Gastón que podía haberse convertido en el 14-13. Sin embargo, Miguel Malo se encargó de que el resultado fuese favorable al Huesca al descanso, con un gol que ponía el 13-14.

Tras un equilibrio de fuerzas en el primer tiempo, el segundo se iniciaba con tres intentos del Helvetia por marcar –dos de Bazán y uno de Ganuza– que quedaron frustrados. Comenzó un juego de alternativas, en el que el Bada Huesca tuvo a Diógenes Cruz como su baza más letal en el ataque. El central brasileño puso una ventaja de dos goles en el m.38 (18-20) y avivó los fantasmas en Anaitasuna.

Iñaki Martínez suplió a Juan Bar en la portería y los navarros, que por momentos trataban de adelantar líneas defensivas, encontraron en los cañonazos de Edu Fernández y en la astucia de Aitor Albizu robando balones y contragolpeando sus mejores armas en el ataque, donde no era extraño tampoco ver a Quique Domínguez tirar del 7 contra 6 para intentar sorprender al Huesca.

La igualdad era máxima y el partido encaraba sus últimos cinco minutos con un 28-28 que Albizu se encargó de romper en un primer momento. Aitor García, tras recuperar en defensa, pudo ampliar la renta a dos a la contra, pero su balón fue al palo. El que no falló en la siguiente acción fue el central estellés, que gracias a otra recuperación ponía el 30-28 en el m.56. Pero no se había dicho aún la última palabra. Miguel Malo desde los 7 metros y Tercariol desde su área igualaban el choque, y Bazán y Diógenes Cruz lo volvían a equilibrar a 31 a falta de 24 segundos. Domínguez pidió tiempo muerto, sacó la pizarra e ideó el plan final. Y salió. Mikel Redondo anotaba el 32-31 y, posteriormente, Iñaki Martínez detenía el intento de Domingo por empatar. La victoria se quedaba en casa. 

DOMÍNGUEZ: "SE DA CARPETAZO A UNA SEMANA DURA"

Quique Domínguez no dejaba medias tintas y reconocía tras la victoria ante el Huesca que “de alguna manera, con este triunfo se da carpetazo a una semana dura”. “Necesitábamos estos puntos. Creo que se ha notado mucho en este partido que los dos anteriores (ante el Cangas en la Liga y frente al Antequera en la Copa) nos pesaban. Ha habido demasiados errores en la primera parte, algunos de ellos evitables o de esos que desde fuera parecen muy evitables. Y en el comienzo de la segunda parte hemos empezado bien, pero fallando muchos lanzamientos claros. Con un Tercariol que ya sabíamos que estaba en un muy buen momento y que estaba parando mucho”, analizaba. El técnico del Helvetia resaltaba además la dificultad del choque: “Era un partido que había que saber jugar, que estuvo feo mucho rato y perro. Al final todo lo que ha ocurrido lo damos por bueno cuando los dos puntos se quedan en nuestro casillero”. Una de las claves del duelo, en su opinión, estuvo en la astucia de uno de sus jugadores: “Tengo la sensación de que esos balones recuperados por Albizu y sus contras han sido decisivos. Nos han dado mucho aire, nos han permitido voltear el marcador y también llegar al final con opciones de ganar el encuentro y de sumar estos dos puntos, que son más valiosos de lo que pueda parecer”. Unos puntos, que, además, son positivos “de cara sobre todo a nuestra cabeza”. “Porque en Cangas pierdes de una manera muy dura y en Antequera te quedas fuera a las primeras de cambio, en un partido en el que no estuvimos a nuestro nivel y el rival nos superó tan claramente. Y este era un encuentro difícil. Ahora se afronta lo que viene con un poco más de confianza”, finalizaba.