El Helvetia Anaitasuna, sin capacidad de reacción

Al principio del partido predominó la igualdad entre dos equipos que se conocen a la perfección, además de la rivalidad que siempre existe, por lo que fue un tramo muy disputado, con marcadores ajustados. Empezó mandando Anaitasuna (2-3) en los primeros cinco minutos, pero el Bada Huesca reaccionó con un parcial de 6-0 (8-3) que obligó a Quique Domínguez a pedir tiempo muerto ante la avalancha de goles que recibía por desajustes defensivos, y por los problemas que tenía en la faceta ofensiva, donde no encontraba resquicio para batir la portería local, en la que además Tercariol paraba lo que le llegaba.

El equipo navarro reaccionó y recortó la diferencia (8-5) aunque no logró igualar en el marcador y se fueron manteniendo las diferencias conforme pasaban los minutos siempre entre los 3 y 4 goles favorables a los locales que en el intercambio de golpes mantenía a raya a su rival.

Al descanso se llegó con el marcador favorable al Bada Huesca (15-10) en unos primeros treinta minutos donde el equipo local estuvo más acertado y defendió mejor que el conjunto navarro que no se encontró cómodo y siempre estuvo a merced del rival al tener muchos problemas en defensa y en ataque.

Tras el descanso el encuentro siguió los mismos parámetros que en la primera parte y el Bada Huesca tuvo controlado en todo momento el partido y manteniendo siempre ventajas confortables como para no pasar apuros en ningún momento ya que los 5 y 6 goles de ventaja le dieron mucha tranquilidad.

Anaitasuna nunca supo cómo remontar el partido aunque se acercara en el electrónico hasta los 4 goles a falta de cuatro minutos para el final que se le hizo eterno al tener que remar continuamente, no haciendo un buen partido excepto en los primeros cinco minutos que fue cuando se puso por delante en el marcador, siendo al final la diferencia de cinco goles: 28-23.