Luana Cairo Pardo es una jugadora de balonmano de 18 años, nacida en Pamplona y vecina de Sarriguren, a la que jamás se le pasó por la cabeza que su traslado a Málaga por motivos académicos daría pie a cumplir uno de sus sueños desde que era una niña. Pero así ha sido. La navarra vivió el pasado 8 de febrero su debut en la máxima categoría de este deporte, la Liga Guerreras Iberdrola, y lo hizo defendiendo la camiseta de uno de los equipos con mayor potencial del campeonato, el Costa del Sol Málaga, y muy cerca además de su casa, en Logroño, por lo que no le faltó el aliento y el cariño de su familia en la grada. Un estreno perfecto, con victoria de su equipo incluida, y que remató además con su primer gol en la elite. Donde siempre ha querido jugar.

“Mi sueño era llegar a lo máximo. He trabajado y me he esforzado para ello”, comentaba categórica Luana apenas dos días después a este periódico, mientras esperaba a que comenzase su siguiente clase. Porque la adrenalina de haber cumplido su anhelo no se la quita nadie, pero tocaba centrarse en el verdadero motivo que le ha llevado hasta la ciudad andaluza y es su formación artística. La jugadora navarra, amante de la canción, de la música, del baile, del teatro y de la actuación, ha empezado este curso en la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga, donde ahora mismo realiza Interpretación Musical. Ambas facetas, la artística y la deportiva, son intrínsecas a esta joven que lo mismo hace magia con su zurda sobre una cancha de balonmano que entona canciones con su prodigiosa voz.

“Yo no pensaba que este año iba a debutar en la máxima categoría. Pero, al final, ha sido algo que la vida me ha puesto delante, y para mí es un sueño y un honor jugar con gente a la que he admirado desde que conozco este deporte. Tanto del mismo equipo como del contrario”, confiesa agradecida la navarra, cuya formación deportiva empezó en el Valle de Egüés, continuó en el Malkaitz Eskubaloia de Burlada y también tuvo su etapa en el Replasa Beti Onak, con el que llegó a hacer la pretemporada.

Pero la oportunidad de jugar en lo más alto se la ha dado el Costa del Sol Málaga, uno de los equipos punteros de la Liga y aspirante a títulos. No obstante, aterrizar en la plantilla que dirige Suso Gallardo ha tenido sus vericuetos.

“Cuando me comunicaron que me habían cogido en la ESAD de Málaga, tenía claro que no quería dejar de hacer balonmano. Para mí este deporte, aparte de la música y el ámbito artístico, es intocable”. Por eso, tras realizar la pretemporada con el Malkaitz, una vez se desplazó a Málaga empezó a buscar un equipo por la zona en el que jugar, priorizando la División de Honor Plata –la tercera categoría de este deporte–. Aunque hubo algún contacto, nada se concretó. “Se me echaba la temporada encima y al final opté por hacer este primer año en el sénior del Costa del Sol Málaga, que me pilla al lado de donde vivo”. 

Con la primera plantilla

La navarra, extremo derecho de posición, se enfundó la camiseta de la Fundación Unicaja Costa del Sol Málaga de Primera Nacional. Sin embargo, pronto llamó la atención de los responsables técnicos del primer equipo. “Me dijeron que quería que entrenase con el Iberdrola. Me habrían visto o lo que sea en algún campeonato y me abrieron ficha para jugar como invitada. Las primeras semanas estuve entrenando algunos días con mi grupo y otros con el de la máxima categoría”, explica.

No obstante, tras el primer partido disputado el 28 de septiembre con su nueva escuadra, Luana Cairo se dañó la rodilla. “Tenía una lesión previa, pero a raíz de un golpe se me agravó. Estuve parada desde entonces hasta hace tres semanas. Sólo hacía rehabilitación y gimnasio”. Pero una vez superado este percance físico, la jugadora de Sarriguren regresó a las pistas y el 18 de enero comenzó de nuevo su “ciclo de balonmano en Málaga”, que iba a tener un episodio de lo más feliz.

“Mi sueño era llegar a lo máximo en este deporte. He trabajado y me he esforzado para ello”

La navarra retomó los entrenamientos con la primera plantilla del Costa del Sol, que veía cómo su extremo zurda Nayra Solís se lesionaba en su rodilla izquierda. Un contratiempo que a nadie agrada, pero que le abrió la puerta a su gran oportunidad. “Estaba entrenando un martes, se me acercó el entrenador y me preguntó: '¿Cómo tienes el finde?’. Libre, le contesté. Libre”.

Así que Luana Cairo se subió al autobús junto a Merche Castellanos, Sole López, Eli Cesáreo, Estela Doiro y compañía y puso rumbo a Logroño, donde su equipo se iba a enfrentar al Grafometal La Rioja. “Mis compañeras se fueron a dar un paseo y yo me quedé en el hotel repasando las jugadas”, relata entre tímidas risas cuando rememora el debut. “Calentando antes del partido ya me vinieron los nervios y me empecé a agobiar bastante. Sole me preguntó y estuve hablando con ella. Pero cuando en el partido Suso me dijo ‘Luana, vete calentando’, la verdad es que me calmé. Me autranquilizaba pensando que sí, que era la máxima categoría, pero sabía jugar al balonmano y no se me iba a olvidar. Salté a la pista y ya los nervios desaparecieron”. 

Cairo, sosteniendo la bandera de navarra (i), celebra con sus compañeras el oro de la selección navarra juvenil en el CESA de 2023. FNBM

El estreno no pudo ir mejor. El Costa del Sol Málaga se impuso por 19-23 a las riojanas y Luana anotó un gol. Y en las gradas del Palacio de los Deportes los suyos vibraron con su éxito. Un respaldo fundamental para ella. “El apoyo de mi familia me vino muy bien. Ver a mi abuela, a mis tíos y a mis primos fue increíble. Me dio un montón de fuerza. Y también mi madre. En toda mi vida balonmanística ella ha podido faltar como mucho a un partido mío y, ahora que he vuelto a jugar, el que no esté mi madre viéndome habitualmente se me está haciendo bastante duro”, confiesa.

Comienzos en el Valle de Egüés

La madre de Luana, Raquel, ha acompañado a su hija desde su primer contacto con el balonmano y también antes, cuando practicaba gimnasia deportiva. Durante un año compaginó ambas disciplinas, pero al final “no me daba la vida”. “Ella me dijo que eligiese uno y me decanté por el deporte de equipo”.

Sus comienzos y coqueteos con el balonmano se dieron en el Valle de Egüés, en su etapa alevín, donde ya empezó a destacar por ser zurda. Una lesión en el pie, sin embargo, la llevó incluso a ejercer de portera, una labor “que no se me daba mal, la verdad, porque tenía la flexibilidad de la gimnasia”. Pero pronto emergieron sus cualidades con la zurda, a pesar de que al principio jugaba con la otra mano. “Yo veía a todo el mundo jugar con la derecha y pensaba que era así como se jugaba al balonmano. Una vez pasé con la izquierda, me vio un entrenador y me preguntó si era zurda. Le dije que sí y me contestó: ‘¿Y qué haces jugando con la derecha?”, recuerda entre sonrisas.

LA PROTAGONISTA

Lugar y fecha de nacimiento. Pamplona, 27 de mayo de 2006. Reside desde pequeña en Sarriguren.

Trayectoria. Empezó a jugar al balonmano en el Valle de Egüés. Ahí desarrolló su etapa alevín, mientras que el salto a infantil lo hizo en el Malkaitz Eskubaloia, club en el que se ha formado principalmente. También ha llegado a vestir la camiseta del Replasa Beti Onak, con el que ha completado pretemporadas.

Familia. Su madre se llama Raquel Pardo y su padre Juan Eduardo Cairo. Es hija única.

Estudios. En el CP Virgen Blanca de Huarte cursó Infantil. La Primaria la realizó en la ikastola Joakin Lizarraga de Sarriguren, para estudiar posteriormente la ESO en el IES Mendillorri. En el IES Alaitz llevó a cabo el Bachillerato de Artes Escénicas, Música y Danza. Ahora, estudia Arte Dramático en la ESAD de Málaga.

Al no haber categoría infantil en el club del valle, Luana Cairo optó por irse al Malkaitz, donde acudían algunas conocidas, y atraída además porque lo veía como “un club humilde, guay, y en el que podía haber buen rollo”. En la entidad burladesa ha desarrollado el grueso de su formación, en sus filas se ha forjado como jugadora y eso le permitió también en su día poder entrenar con el Replasa Beti Onak de la máxima categoría de balonmano, con el que ha llegado a completar pretemporadas. La ahora jugadora del Costa del Sol Málaga también ha vestido la camiseta de la selección navarra y, de hecho, en 2023 se proclamó campeona de España con las juveniles en el CESA Costa Blanca.

Una carrera deportiva que ahora sigue escribiendo capítulos en lo más alto, a la par que continua con su formación artística. Dos caminos que definen a Luana Cairo y que, ahora mismo, son inseparables.