El frenético ritmo de vida que invade nuestro día a día hace que muchas veces nuestro cuerpo y nuestra mente permanezcan en un continuo estado de alerta, lo que puede terminar sumiéndonos en un profundo estrés

Considerada por los expertos como la enfermedad del siglo XXI, el estrés no siempre es algo malo, ya que a corto plazo es el responsable de que reaccionemos ante un peligro, un desafío o una exigencia; este es positivo e imprescindible para la vida. 

El problema surge cuando el estrés, ese cansancio mental provocado por la exigencia de un rendimiento muy superior al normal, se prolonga en el tiempo y se vuelve crónico. Para la persona afectada es agotador, ya que es como vivir bajo un continuo estado de amenaza y eso es insostenible.

Es imprescindible saber detectar a tiempo este estrés negativo para poder combatirlo y evitar que termine menoscabando nuestra salud y nuestro bienestar. Cuando estamos bajo los efectos del estrés, nuestro cuerpo libera unas hormonas que nos ponen en alerta y nos mantienen listos para actuar. Este estado de lucha o de huida puede tener efectos negativos en nuestra salud como es un aumento de la presión arterial, de la frecuencia cardíaca y de los niveles de azúcar en sangre

Un hombre estresado junto a su mujer y su bebé. Freepik

La hora crítica

Podemos sufrir estrés en distintos momentos a lo largo de todo el día y lo lógico sería pensar que conforme pasan las horas este va aumentando debido a una acumulación de tareas, asuntos pendientes, preocupaciones, cansancio... Pues bien, un estudio encargado por Rescue Remedy y publicado por Daily Mail concreta que el momento más agobiante y agotador de toda la jornada se produce cuando muchas personas aún ni siquiera han abierto el ojo: esa hora fatídica son las 07.23 horas de la mañana.

Los 2.000 adultos encuestados aseguraban estar estresados nada más despertarse al coincidir esa hora con el momento crítico en el que tienen que llevar a sus hijos al colegio para marcharse ellos a continuación a trabajar. El estudio sostiene que este pico de estrés es el primero de los tres que suele experimentar un adulto a lo largo del día y que se producen aproximadamente una hora antes en las mujeres que en los hombres. 

Según las conclusiones de este mismo estudio, entre los acontecimientos más estresantes de un día cualquiera figuran los atascos, despertarse tarde, mancharse la ropa, derramar algo sobre una alfombra o romper algo por accidente. Es evidente que ninguna de estas cuestiones es tan grave como para desencadenar un episodio de estrés, sin embargo, debido a las prisas que nos atenazan en ese momento, pueden ser una auténtica tragedia. En esa situación cada minuto vale oro y cualquier pequeño imprevisto que se produzca a esa hora puede sacarnos de quicio.

Una pareja, de los nervios mientras su hija mira tranquilamente el móvil. Freepik

Consejos para controlar el estrés

Si eres una de esas personas a las que la rutina le provoca estrés, hay una serie de consejos que te pueden ayudar a lidiar con él. Estos son:

- Practica ejercicio. Hacer deporte de forma regular te ayudará a combatir el estrés. Liberarás endorfinas, esas sustancias químicas naturales que harán que mejore tu estado de ánimo. Caminar, correr o ir al gimnasio te mantendrán en forma, y el estrés a raya.

- Relájate con tus hobbies. Escuchar música, leer, pasear, cocinar, hacer puzles, coser, compartir tiempo y risas con amigos o familia harán que te olvides por un rato de todo aquello que te estresa.

- Organiza bien tu tiempo. Prioriza las tareas más urgentes, divídelas en partes más pequeñas que puedas abordar en periodos de tiempo más cortos y si es posible, delega.

- Descansa. Cuando sientas que ya es demasiado, no fuerces más y desconecta. De lo contrario, solo conseguirás terminar agotado y con un estrés de campeonato.

- Cuida el sueño. Procura dormir el tiempo suficiente y con un sueño de calidad.   

- ¡Ojo con la cafeína! Evita un consumo excesivo de cafeína ya que, aunque te estimulará durante un rato, luego notarás un mayor cansancio.

- Pide ayuda a familia o amigos. No pretendas abarcarlo tú todo y busca apoyo en esas personas que te quieren y que seguro que están dispuestas a echarte una mano.