“Estamos muy emocionados con la respuesta de la gente. La verdad es que ha sido todo un éxito y una agradable sorpresa para nosotros”. De este modo se expresó Leire Aurrekoetxea, la nueva presidenta de la Arratiako Ziklista Elkartea, organizadora del ciclicross de Igorre, -prueba que cuenta con la colaboración de DEIA- después de que casi medio millar de ciclocrossistas se alistaran a la prueba vizcaina. “Ha sido una gran sensación, una pasada”, destacó dichosa Leire Aurrekoetxea. En el estreno de la nueva singladura, la organización decidió abandonar el carácter internacional, para centrarse en las categoría inferiores. Respirar para tomar impulso.

“Creemos que ha sido un acierto. Se trataba de nuestra primera vez y queremos dar los pasos con seguridad. El próximo año seremos más ambiciosos, pero estamos muy contentos por cómo ha ido todo”, apuntó Aurrekoetxea, que ha capitaneado un grupo de 70 voluntarios para dar realce a la prueba. Ese era otro de los grandes retos. “El relevo generacional era necesario. Tenemos que agradecer su empeño y la dedicación que han tenido durante tantos años porque han trabajado una barbaridad. Nos han ayudado muchísimo con su experiencia”, analizó la presidenta de AZE.

En lo estrictamente deportivo, sobre un recorrido durísimo por la ingente cantidad de barro, Beñat Fernández (Zadorra) se impuso la carrera de Igorre en categoría junior por delante de Oier Ruiz de Arkaute (Arabarrak) y Galder Leiza (Zorribike). María Modenes (Arabarrak) certificó su dominio en la prueba júnior femenina por delante de Marta Beti (Río Miera), y Lidia Taras (Miribilla-Seguros Bilbao) en el exitoso reinicio del ciclocross de Igorre. La Catedral continúa creciendo.