BARCELONA. El arzobispado de Barcelona ha comunicado al padre Juan Antonio Molina Sanz que ha quedado suspendido a divinis si persiste en su intención de concursar en el programa de Telecinco Gran Hermano. Esto le imposibilitaría realizar trabajo pastoral, celebrar misa y confesar a los fieles.
Esta decisión ha sido tomada en Roma por la orden de los Misioneros del Sagrado Corazón y le ha sido comunicado al padre Molina por el arzobispado barcelonés y, asimismo, directamente por correo electrónico.
Este decreto de suspensión recuerda que es una orden temporal y que entrará en vigor "desde el momento en el que el padre Juan Molina desobedezca la orden provincial y participe en el programa televisivo".
"Tiene como finalidad suscitar en el padre Molina un deseo sincero de cambio y de conversión", señala el decreto firmado por el superior general de los Misioneros del Sagrado Corazón, Mark MacDonald, y el secretario general de la orden, Luis Carlos Araujo.
El castigo prohíbe al sacerdote "todo trabajo pastoral por los fieles", "la celebración pública de la Eucaristía y la predicación a los fieles", así como "confesar a los fieles".
No obstante, el decreto de "suspensión a divinis" informa también al padre Molina de que los efectos de esta decisión quedan "suspendidos" cada vez que sea necesario atender a los fieles en peligro de muerte.