pamplona

El periodismo impreso vive una incertidumbre que se alarga más allá de la coyuntura actual. ¿Una tormenta perfecta? Los cinco años de crisis no solo han producido un desplome de sus ingresos por anuncios, sino que también han provocado un descenso de compradores. En este lustro, los diarios han perdido más del 50% de facturación publicitaria y el 28% de venta de ejemplares. A estos factores se suman dos más que no son transitorios y que tienen peor solución: los jóvenes no han adquirido el hábito de leer diarios, y menos en papel; y los editores llevan una década regalando sus contenidos en Internet. Al contrario de lo que ha sucedido con otras industrias culturales, destrozadas por el pirateo; las empresas periodísticas han considerado normal que el trabajo de sus redactores y fotógrafos estuviera de forma gratuita en todos los soportes digitales, contribuyendo desde dentro a la caída de sus propias ventas.

Este error ya se empieza a reconocer. En junio, Antonio Fernández-Galiano, presidente de Unidad Editorial, entonó el mea culpa en el Foro de la Nueva Comunicación: "Los editores nos equivocamos al poner todo nuestro contenido gratis en Internet, porque tenemos lectores dispuestos a pagar. No veo otro camino que cobrar". Pedro J. Ramírez, director de El Mundo, admitió recientemente que "la pérdida de ingresos de la prensa tradicional no está siendo compensada ni de forma remota por los ingresos online (...). Los miles de lectores que perdemos son de pago y los millones que ganamos a través de nuestras webs acceden gratuitamente y sin tan siquiera tener que registrarse. Es el camino garantizado hacia el suicidio". En la 68 Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), celebrada en octubre en Sao Paulo, Juan Luis Cebrián, presidente del Grupo Prisa, insistió en que "el modelo en la Red sigue sin ser rentable. Por cada dólar que ganamos en Internet, perdemos diez en las ediciones impresas".

Según el Estudio General de Medios (EGM) de esta semana, en los últimos doce meses la prensa española ha perdido más de 500.000 lectores y ha pasado de 14,7 a 14,2 millones (hablando solo del papel). Esta situación de retroceso se produce con unos índices de difusión (venta de ejemplares por cada mil habitantes) que en el Estado siempre han estado muy por debajo de la media europea. Sin embargo, con un mercado muy inferior a Gran Bretaña, Francia o Italia, y con un índice de lectura mucho más bajo, España tiene más diarios, en concreto 134, lo que le convierte en el segundo país europeo con más cabeceras después de Alemania. Txema Ramírez de la Piscina, profesor titular del Departamento de Periodismo y responsable del grupo de investigación HGH (Hedabideak, Gizartea eta Hezkuntza) en la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), explica a este periódico que en la CAV "estamos en torno a los 120-130 ejemplares vendidos por cada mil habitantes. En Navarra ese porcentaje es algo superior, entre 135-150. La media de España es muy inferior, está en torno a los 80-82. Siempre ha sido así, los vascos estamos bastante por encima de la media estatal, pero algo por debajo de la media europea, que ronda los 150-160". Sin embargo, la tendencia es descendente: "Desde 2000 a 2010, en España se pasó de 104 ejemplares por cada 1.000 habitantes a solo 82. En la CAV, se pasó de 182 a 135 en 2006, sin empezar la crisis; y en Navarra de 168 a 159 en el mismo periodo". También cree que "los kioscos cada vez se parecen más a un club de jubilados. La edad media del lector de prensa es de 45 años para arriba. Los chavales no compran periódicos, los ven en internet". Ahora mismo, la franja de edad más lectora es la que va de los 45 a los 54 años, con un 41,2%, seguida por el segmento de 35 a 44 años con el 39,6%.

Todos estos datos no significan que la sociedad no esté interesada en la información o más concretamente en la prensa escrita. Según el estudio Lectores por ejemplar 2012, que analiza la relación entre su difusión y su audiencia a lo largo de los últimos doce años (2000-2011), el ratio de lectores por ejemplar de la prensa de pago en el Estado en 2011 fue de 6,1 personas, lo que supone un incremento del 41,8% respecto a 2000. Hace doce años el ratio era de 4,3. En el caso de la prensa deportiva las cifras son más llamativas ya que el ratio es de 9,3 personas, mientras que en el 2000 era de 4,9. Este análisis de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) y la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD), elaborado por Media Hotline, deja muy claro el interés por leer pero la reticencia a comprar. La gente quiere ver la prensa, pero aprovecha la de los bares, la que compran los compañeros de trabajo e incluso ojea las portadas en los escaparates.

Contexto de la crisis Según Ramírez de la Piscina, "los grandes medios de comunicación impresos han alimentado su propia bestia. De alguna forma tenían que estar en el mercado digital haciendo ediciones electrónicas cada vez mejores porque no hacerlo supondría quedarse al margen de los avances tecnológicos pero esto ha provocado que cada vez más gente acuda a esas ediciones, que están subiendo como la espuma, y que cada vez sean menos los que van al kiosco".

Los periódicos locales y los deportivos afrontaron mejor la primera parte de la crisis, que se cebó más en los de difusión estatal y especialmente en los gratuitos -que han pasado de cuatro cabeceras a una y de cuatro millones de ejemplares diarios a menos de medio millón-; pero la larga duración de este ciclo ha obligado a cerrar diarios de todo tipo y ha dejado a miles de periodistas en el paro. Según el Observatorio Profesional de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), desde 2008 se han perdido 8.800 puestos de trabajo en los medios. Lo peor es que algunos expertos ya vaticinan que habrá otras 7.000 víctimas en los próximos tres años. "La sindicación entre los periodistas es bajísima, la más baja de todos los sectores laborales, así que tampoco nos puede extrañar lo que está pasando", reflexiona Ramírez de la Piscina. "Una gran parte de todos los males que nos aquejan a los periodistas la tenemos nosotros mismos. Parece que cada uno está en su propia trinchera sin preocuparnos de que tenemos una problemática común independientemente de la empresa en la que trabajemos". Este profesor y periodista asegura que "se mantiene la pauta de que los medios con posicionamiento local se ubican en un porcentaje de descenso interanual de difusión de entre el 3 y el 6% mientras que los medios cuyo mercado es el Estado continúan descendiendo significativamente por encima del 10%". Además recuerda que "hay 68.000 licenciados en Periodismo y Comunicación en España, de los que solo 30.000 trabajan en esto, el resto ha abandonado la profesión o está en el paro". Los diarios no han recortado solo en periodistas, sino también en papel, casi un 20%, ya que todos ofrecen ahora menos páginas.

Según Arce Media, en 2012 la caída de la inversión publicitaria en prensa rondará el 16% y dejará los ingresos en unos 815 millones. AEDE espera llegar a 900 millones, lo que sería exactamente la mitad de los 1.800 ingresados en 2007. De momento, los datos del primer semestre reflejan una caída del 18,5% en la publicidad, del 11% en la difusión y del 9% en las ventas. Los más optimistas se consuelan con el mantenimiento del IVA súper reducido del 4%, pero no parece que el Gobierno español baraje ningún plan de ayuda. En Francia, Sarkozy lanzó en 2009 un ambicioso plan de ayudas a la prensa escrita por valor de 600 millones de euros que incluía desde el aplazamiento de la subida de las tarifas de Correos hasta el aumento de la inversión publicitaria del Estado y, especialmente, una suscripción gratuita durante un año al diario de su elección a todos los jóvenes que cumplieran 18 años.