madrid. En plena fiebre por los vampiros, el padre de todos ellos, Drácula, de Bram Stoker, resucita de la pluma de su sobrino biznieto Dacre Stoker, quien promete con Drácula, el no muerto volver al origen del mito con una visión "más actual" y cumplir el deseo secreto de su antepasado: "Mantener viva la historia". Stoker asegura que el final abierto de Drácula hacía sospechar que su antepasado no quería despedirse definitivmente de su vampiro pues el relato de su muerte -fue asesinado con un cuchillo, tras lo cual se convirtió en polvo-, "no era el adecuado para acabar con los vampiros según el propio autor explicaba en su novela". Drácula, el no muerto (Roca Editorial), escrita junto con el historiador Ian Holt, fue calificada ayer por el escritor Javier Sierra como "la mejor secuela de Drácula". Dacre destaca que esta continuación es un homenaje al creador de Drácula, un escritor al que quiere devolver la dignidad y aclarar que "no estaba loco". "No sólo creó un vampiro universal, sino que abordó en Drácula otros temas como los derechos de la mujer, la sexualidad, la inmigración o la naturaleza mística de la inmortalidad", dijo.