madrid. El cineasta Federico Fellini fue un artista envuelto por un halo "mágico" y rodeado por episodios "inexplicables" que rozaban lo "milagroso", en opinión de su amigo el dibujante italiano de cómic erótico Milo Manara. "Hay muchas historias, muchas anécdotas que recuerdo. Hay una que tiene que ver con un objeto mágico que siempre caracterizó a Fellini: su sombrero", relata Manara, que esta pasada semana viajó a Madrid para intervenir en la conferencia Viaje a Tulum: trabajar con Fellini, invitado por la Fundación La Caixa.
El sombrero de Fellini, señaló Manara (Bolzano, 1945), guarda "historias muy especiales". Entre ellas, la del día en que el director se "tropezó" con el mítico complemento. Manara también recordó lo tremendamente "exigente" que era el director cuando rodaba una película. "Cuando se ponía a trabajar se convertía en un tirano. Él nunca estaba contento, siempre pedía más; lo máximo", declaraba el autor del cómic erótico Click. Por otro lado, Manara también rememoró sus inicios en el mundo del cómic, de la mano del escultor español, afincado entonces en Italia, Miguel Ortiz Berrocal (1933-2006). Allí, en su biblioteca - Milo Manara trabajaba dibujando el manual de instrucciones para desmontar las esculturas de Berrocal-, el dibujante italiano descubrió la historieta erótica que "cambió" su vida: Barbarella, del francés Jean-Claude Forest. "Cuando yo vi Barbarella descubrí que ese era mi trabajo mi profesión, yo me dije que tenía que hacer exactamente eso, y abandoné todo lo demás", rememoraba Manara, que ahora se encuentra finalizando la última entrega de la serie Los Borgia, una novela gráfica que realiza junto al escritor Alejandro Jodorowsky.