Love of Lesbian recala de nuevo en Movie en lo que parece ser la despedida definitiva de John Boy, aunque, visto como se ha alargado la gira, quién sabe, igual hasta volvéis a actuar en Navarra con '1999'.

-En verano ya planteamos un final en Madrid y Barcelona, como todo el mundo... Pero hemos hecho una gira muy larga y decidimos despedirla en unos cuantos sitios más, lo que ha provocado que cerráramos casi 30 fechas más. Vamos, que al final será una súper mega despedida que terminará en febrero.

-¿Qué diferencias encontrará la gente con respecto al concierto que ofrecisteis el pasado mes de mayo?

-Digamos que en los de primavera no mirábamos tanto el orden de las canciones, mientras que ahora sí intentamos respetar de, principio a fin, la obra lírica de 1999. Intentamos que la gente entre en el rollo y la dinámica del disco; además, cuando termina el concierto, el público ya se da cuenta de que huele a despedida.

-¿Con fiesta final?

-Hay fiesta, aunque no sé si al final.

-¿'1999' ha marcado un antes y un después en Love of Lesbian?

-Sí, está clarísimo. Para empezar, nunca habíamos hecho una gira tan larga y, además, puede decirse que éste ha sido el disco que nos ha hecho profesionales. Hasta 1999, Love of Lesbian era un hobby que iba en serio, pero un hobby que no dejaba de ser un añadido de fin de semana. Pero, tras sacar el disco a la venta, a finales de 2009 había tal cantidad de fechas y la respuesta de la gente era tan buena que decidimos que había que vivirlo bien. Personalmente supuso un punto de inflexión muy importante, y para la banda también, ya que ahora mismo nos conoce diez veces más gente que antes.

-Allá por el año 2001 definíais LOL como "pop honesto, ensoñador y visceral". ¿Qué queda de aquello?

-Honesto sigue siendo, por supuesto. Estamos en un país en el que el público actúa como crítica, y según que actitudes, poses o maneras tengas, éstas no son muy bien recibidas. Éste es un país en el que la envidia está al orden del día. Pero si lo que haces es honesto y la gente lo entiende así, tienes un 70% ganado. Si lo que haces no es honesto y lo que transmites es eso, está claro que no te va a funcionar. Luego, por supuesto, tienes que hacer bien las cosas. Y también sigue siendo visceral porque intentamos llevar los sentimientos que nacen en la furgoneta o en la trastienda de la banda a su punto máximo. En cuanto a lo de ensoñadores, creo que ahora hemos alcanzado un equilibrio muy cómodo para nosotros: un punto de humor pero con credibilidad.

-¿El éxito os ha pasado factura?

-Creo que no. Si el éxito llega muy temprano, es fácil que te pase factura. Pero cuando eres una banda a la que le ha costado tanto llegar, ya que casi se nos puede comparar con una carrera de medicina, con MIR y especialidad incluida, tienes la cabeza bastante amueblada como para gestionar el éxito, aunque sea muy agradecido.

-Con '1999' cerrabais una trilogía completada por vuestros dos primeros discos en castellano (Maniobras de escapismo y Cuentos chinos para niños del Japón). ¿Sois conscientes de las expectativas generadas de cara a vuestro próximo compacto?

-Ésta es una situación que casi siempre hemos tenido, desde que editamos Maniobras. Son momentos que la banda vive intensamente, aunque, con el tiempo, aprendes a colocarnos en su sitio. Por ejemplo, Maniobras es un disco que hoy mucha gente se pone en la boca pero que, cuando fuimos a presentarlo a Madrid (2005), sólo había 50 personas viéndonos. Fue un trabajo del que se habló muy bien y tras el que nos preguntamos: ¿Qué vamos a hacer ahora? Y entonces sacamos Cuentos, un álbum que recogía temas como Universos infinitos, que te gusta tanto tocarlos como escucharlos; y parecía difícil sacar otro compacto. Pero lo hicimos, y vio la luz 1999... Está claro que quien nos haya conocido por John Boy se llevará una gran decepción con el próximo disco, porque no incluirá otro John Boy. Pero a aquellos que nos conozcan por nuestra trayectoria, creo que le gustará. Va a ser difícil, pero nuestra intención es, a partir de febrero, olvidarnos de todo esto y empezar de cero, sin prejuicios.

-Ahora toca coger eso tan necesario que se llama perspectiva.

-Llega un momento en que, si miras atrás, quizá no recuerdas dónde tocaste hace tres semanas, ya que has ofrecido siete u ocho bolos entre medio. Si haces 15 conciertos al año, es algo muy divertido; pero si pasas de los 140 son un montón de idas y vueltas... Incluso para el propio público, ya que hay gente que nos ha visto 15 veces. Esta gente no está como para ir al médico pero sí necesita descansar de Love of Lesbian, porque si no van a enfermar de verdad.