Fecha: domingo, 21 de noviembre. Lugar: Big Star, Atarrabia. Intérpretes: Lagarto Amarillo, cuarteto integrado por los hermanos Pablo, Patricia y José Mora, a las voces y a las guitarras y a los teclados, más un percusionista/corista adicional. Incidencias: Concierto enmarcado en la gira denominada Los Domingos Por La Tarde. Hora y media de duración, bises incluidos. Lleno, público joven y mayoritariamente femenino que se mostró caliente y de lo más participativo.

lagarto Amarillo llegó el penúltimo domingo de noviembre a Big Star, vio y, convenciendo con sus balsámicas canciones, como tiene que ser cuando hay una banda de por medio, venció; convenciendo al gentío que llenó totalmente la sala con unas composiciones más que apropiadas para los domingos por la tarde o por la tarde noche, franjas del último día de la semana más que apropiadas para cavilaciones de todo tipo: de corte existencial, emocional-sentimental, metafísico -incluso-? con un halo de cierto pesimismo envolviéndolas casi siempre: difícil de detectar en ocasiones pero en todo momento presente. Bueno, igual que las letras de cuantas canciones sonaron dicha noche, ricas en reflexiones como las citadas; como unos textos que, ciertamente trabajados y de corte introspectivo, más que en la diana, hicieron blanco en el alma de los presentes, a la vista de cómo fueron coreados: con latido propio los mismos, con entusiasmo e indisimulada devoción de principio a fin, contribuyendo a incrementar dicho domingo el palpitar de tantas y tantas decenas de corazones.

Erigida alrededor de los temas de los dos álbumes con que cuenta la banda, Que La Suerte Te Acompañe y Distinto, en formato acústico, la actuación comenzó con El Último Día, tema que, cantado por el gentío con verdadera pasión y sentimiento (como si los presentes hubieran vivido lo cantado o algo similar, ¿y quién no?), dio paso a Sobrevuelo y Anoche, sonando los tres enlazados. Sucediéndose en estos albores del concierto las letras de dicho triplete sobre un lecho musical de muy parecida factura, (cosa del formato acústico escogido por la banda para encarar la presente gira), perfectamente respaldado por las cuerdas vocales del público, Pablo prosiguió su labor entonando Mañana Me Voy y, tras un breve impasse para que se hiciera algo de silencio, Na,Na, interpretaciones de las que, he aquí la tónica de la velada, deberíamos decir nuevamente lo mismo: y es que, a decir verdad, resultaría verdaderamente difícil resaltar algunas únicamente, pues, hasta este momento, todas fueron saludadas, interpretadas y cantadas por igual, a ambas alturas del escenario. Hasta este momento -más o menos-, pues a partir de dicho punto se atisbó cierto cambio en la base musical, tornándose la noche más rumbera y motivando lo apuntado que la actuación creciera todavía más: cosa de la irrupción en el setlist de Siempre Y Cuando, la no incluida todavía en disco alguno Los Domingos Por La Tarde (espoleta del presente tour del grupo) o de Dame Un Cigarrito A Ver Qué Tal, éxitos que, sin posibilidad de vuelta atrás, iluminando con su magia los rostros del respetable, dejaron una definitiva estela de buenísimas sensaciones. Finalmente, el concierto pareció concluir con Cuéntame, pero ante la masiva petición de más la fiesta prosiguió, encontrando entonces su momento hits como Tengo Un Amigo Alemán y Hoy, brillante y definitivo broche final. Brillante y definitivo punto final para una anómala tarde noche de domingo, llena, más que de regusto a pesimismo existencial, de buenas vibraciones. De caras, puro espejo del alma, qué verdad, denotando felicidad y total complicidad. Muy bien tanto los músicos como su gente.