Fecha: sábado, 12 de febrero. Lugar: Sala Movie, Aizoáin. Intérpretes: El Puchero Del Hortelano, banda integrada por Antonio, a la voz y a la guitarra; Pablo, al bajo; Talibán, al cajón y a los coros; Joselito, al saxo y a las percusiones de mano, J.C. Camacho, a la trompeta, a las percusiones y a los coros, y Patricia, a la guitarra española. Incidencias: Concierto de presentación de El Tiempo De Manuel, nuevo CD de la banda. Dos Horas de duración, bises incluidos. Media entrada, público de ambos sexos que se mostró totalmente entregado.
PORTADORES del virus de la multiculturalidad desde los tiempos en los que la promiscuidad musical, el amor libre entre estilos, no estaba tan en boga como ahora, El Puchero Del Hortelano pasó por la Movie con el fin de presentarnos su nuevo menú de canciones, saldándose su visita con un éxito artístico en toda regla; y no solo a tenor de cómo fueron brindadas por la banda, sino por cómo fueron coreadas y bailadas por los presentes: a la vista de cómo fueron celebradas por un público que, ávido, portando incluso una pancarta en las primeras filas, demostró saber de sobra a quiénes había ido a ver: al grupo que fascinó totalmente a la plaza del Castillo en Sanfermines de 2009.
Ante cerca de media entrada -aproximadamente-, la presente degustación musical arrancó con dos temas recién salidos de los fogones, Maldigo y No Me Gusta, composiciones que, recibidas con espontáneos gritos de olé, fueron cantadas con verdadero alborozo: lo mismo que Lo Que Pasa es Que Me Cuelgo, primer hit en sonar (enlazado con el anteriormente citado), y disfrutado con total alboroto por los asistentes: por un público que, si bien no se dio cita en el número esperado (tal vez, a la hora de pasar por taquilla, pasara factura el lleno conseguido por los conciertos del viernes de la Tótem, de similar corte artístico), sí que se mostró totalmente por la labor, hasta el punto de que seguramente, a alguien profano en estas lides, le hubiese resultado imposible distinguir los temas viejos de los nuevos, atendiendo a cómo fueron saludados: Pablito, por ejemplo, de Las Pelusas; o Sevillanas Hipotecadas de La Guía y Manuel, delatando cierto poso de los Extremoduro más aflamencados algunas de las nuevas y ricas todas ellas en cambios de ritmos, virajes que vaya cómo las terminaron de propulsar. Hacia la mitad del pase, como si se tratara de coger fuerzas ante lo que se avecinaba, tuvo lugar el único momento de respiro en lo que a vorágine rítmica se refiere: de manos de Arrancarme Los Ojos, siendo su letra, de gran impacto sentimental, cantada a coro por todos con el corazón, directamente. Mas ¿qué estaba por llegar? La recta final, la cual, trepidante, deparó incontroladas explosiones de efusión con la selección de canciones ofrecida: Vive La Vida (a ritmo de funk y música disco, con especial protagonismo para el saxo; por cierto, cómo subió la temperatura cada vez que el saxofonista llevó el peso de las canciones), Sábado, De Ovejas y Corderos, Aficiones (con momentos de genuino sabor arábigo-andaluz) y Asuntos Serios, hits que, con permiso de los bises (rematados los mismos con Quiero Saber) protagonizaron un fin de fiesta que para describirlo, a la vista de cómo se mantuvieron las constantes del concierto todo el tiempo (a altísimo nivel, de forma constante), esta vez no utilizaremos expresiones como increscendo o similares.
Banda de fiesta y de festivo y desenfadado directo, formación a descubrir por el gran público, El Puchero Del Hortelano pasó nuevamente por Nafarroa, compartiendo con los suyos su renovado potaje de canciones; un menú al que, viendo cómo fue cocinado, servido y recibido, a la vista de sus excelencias, sólo puede ser calificado de grande.