PAMPLONA. El Ayuntamiento de Pamplona ha decidido paralizar la inversión en la Colección de Arte Contemporáneo de la ciudad y el año que viene no destinará presupuesto alguno a la compra de obras en la feria ARCO. De esta forma se trunca uno de los proyectos culturales con más solera, ya que desde 1996 el Consistorio había adquirido regularmente obras tanto en la feria madrileña como a través de la bienal que organizaba, destinando para ello presupuestos que alcanzaban los 60.000 euros anuales.

En estos momentos, la colección alcanza la nada desdeñable cifra de 543 obras de 340 autores diferentes; obras que, por otra parte, se encuentran distribuidas en diferentes almacenes y despachos, sin poder ser expuestas ni apreciadas por los ciudadanos, que son los que, al fin y al cabo, han comprado las piezas. Ese ha sido el principal lastre de la colección, el no disponer de un espacio propio, un Centro de Arte tantas veces anunciado pero que nunca se hizo realidad.

El concejal de Cultura del Ayuntamiento de Pamplona, Fermín Alonso, confirma la medida y apunta que "la mantendremos en tanto en cuanto la situación económica no cambie.

Con los actuales recortes que estamos realizando, creo que es de justicia que el Ayuntamiento haga un esfuerzo en sus partidas propias y predique con el ejemplo". El recorte de la partida destinada a ARCO será total, ya que el montante (estipulado el pasado año en 60.000 euros aunque solo gastaran 16.000) no se destinará a otros proyectos culturales o de ayuda a los artistas navarros. "El recorte lo que significa es que, en lugar de disminuir partidas de subvenciones de una manera más dura, aunque sí sufrirán recortes de todas maneras, se palía de esta forma. Habrá un ajuste del presupuesto del área, pero si quitamos de lo propio, afectará menos al resto de agentes culturales". Al margen de la paralización de las compras, Alonso afirma estar obsesionado con que los ciudadanos puedan ver las piezas adquiridas hasta ahora. "Se suelen hacer exposiciones, en 2010 hubo dos y en este 2011 ha habido otras dos. La idea es continuar haciendo este tipo de muestras, incluso de mayor formato, para dar una salida a estas 543 obras y que estén al alcance del público, y no en despachos ni en almacenes. El estado actual de las obras es bueno y, gracias al trabajo que se hizo en la legislatura pasada, ahora sí tenemos las obras ordenadas, ya que antes estaban un poco más desorganizadas, por decirlo de alguna manera". Lo que no está previsto es realizar una exposición permanente de las mismas, "ya que para ello necesitaríamos un espacio importante, dotado con unas condiciones de seguridad, que requiere un gasto de gestión, algo que en el momento actual es inviable. Yo creo que a futuro sí nos lo debemos plantear, tanto esto como, si se retoma la colección, que se haga con un planteamiento claro de hacia dónde queremos ir, intentando dar un sentido a las compras que se realicen".

La opinión de los implicados Moisés Pérez de Albéniz, galerista pamplonés con presencia regular en ARCO y que además forma parte del comité de esta feria, apunta que la decisión del Ayuntamiento "era algo que ya nos esperábamos, no es una sorpresa... Pero eso no significa que no me decepcione. Hay que tener muy claro qué significa una colección de este tipo para el Ayuntamiento... Los artistas no están contando con sus obras y con su trabajo diferentes temas y propuestas que ocurren en este mundo. Debemos plantearnos que pasar de lado sobre esto es perdernos este momento". Con la inversión parada, la inquietud radica en qué se va a hacer con la colección actual. "Hay que hacer un espacio para ubicarla, porque si no, sería una insensatez. En estos momentos, la colección cuenta con 543 piezas, un buen número para exponer, pero, para mí, es más importante seguir comprando porque la cultura no es una cuestión de gasto, es una cuestión de inversión. Todos los pueblos que invierten en cultura sabemos perfectamente el futuro que tienen, pero también sabemos el que les espera a los que no invierten".

Pérez de Albéniz resume la importancia de seguir invirtiendo en una colección de este tipo de una forma sumamente eficaz. "Una gran parte de la sociedad navarra ha estado en contra de todas estas compras, ejerciendo una gran presión. Yo lo veía con tristeza y, para mí, nunca ha sido gracioso. Pienso que si nosotros no somos capaces de contar la parte de historia que nos ha tocado vivir, quién lo va a hacer. No creo que tenga mucho sentido comprar obras del siglo XIX, lo que hay comprar es obra del momento que nos ha tocado vivir, que es lo que debemos comprender, entender y dejar para las próximas generaciones. En este sentido, si ciertas instituciones no ejercen ese liderazgo, no lo va a hacer nadie; y esa es su obligación. Por ejemplo, Caja Navarra debiera haber ejercido también ese liderazgo, y no lo hizo, ya que el programa Tú eliges, tú decides me parece de una demagogia absoluta".

Fernando Pagola, arquitecto y artista cuyas obras han figurado en numerosas ocasiones en ARCO y miembro durante varios años del comité asesor del Ayuntamiento en las compras que se realizaban en la feria, apunta por su parte que "si soy sincero, podría importarme mucho, pero la realidad es que me importa un bledo este tema. Creo que nunca han tenido demasiado criterio cuando compraban, ni lo tienen ahora cuando han dejado de comprar. La verdad es que tengo dos opiniones encontradas. Por un lado, me parece muy mal que dejen de comprar y por otra parte me parece una tontería porque esas compras se habían convertido en un pequeño gesto. La idea inicial era buena, la de iniciar una colección antes de crear el museo, pero durante estos últimos años se ha gastado demasiado dinero sin un criterio que, por ejemplo, si se hubiera tenido, habría posibilitado comprar obras fuera de ARCO. Por otra parte, sí es cierto que la colección se había consolidado y es una pena que la crisis no obligue a volver a situaciones anteriores, sin que nadie haga una valoración seria de lo que significa dejar de comprar". En lo concerniente a la colección, Pagola apunta que "no es el mejor momento para hacer un espacio expositivo nuevo, pero es que los espacios expositivos con los que ya cuenta la ciudad son un desastre. Creo que se podrían haber hecho otras cosas, empezando por la Ciudadela, que en cuanto a programaciones es otro desastre, o por los Caídos. Volvemos a lo mismo, y es que no hay criterio. Tornando la vista atrás, basta recordar que en Pamplona sucedió una de las cosas más importantes que han pasado en este país respecto al arte contemporáneo, los Encuentros de 1972, y nadie ha tomado el mínimo relevo, incluido el Ayuntamiento. Pero es que cuando no hay mata, no hay patata..."

Finalmente, Fernando Pagola valora la importancia de una colección de arte contemporáneo en la ciudad hasta el punto del "ponerla a la altura de las catedrales. ¿Por qué hacían las catedrales? Porque tenían claro que era algo que iba a quedar y a perdurar. Y eso, entonces, era arte contemporáneo, no construían catedrales con estilos anteriores. En este sentido, o nuestro arte es contemporáneo, o no es nada, porque es el que hace la gente hoy. Si se deja de comprar y de invertir, nadie se morirá de hambre, pero nos moriremos de inanición cultural, que es casi peor ".