barcelona. En la novela ganadora, presentada bajo el título seudónimo Te protegeré, el brigada Rubén Bevilacqua y su inseparable compañera, la sargento Virginia Chamorro, investigan un extraño crimen que les llevará tras la pista de un caso con derivaciones éticas y emocionales.
En la misma velada literaria, en la que coincidieron en la misma mesa el ministro de Cultura y Educación, José Ignacio Wert, y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, el jurado, integrado por Alberto Blecua, Ángeles Caso, Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Rosa Regàs y Emili Rosales, seleccionó como finalista la novela La vida imaginaria, de la periodista Mara Torres, presentadora de La 2 Noticias, que se ocultaba tras el nombre ficticio de Pilar Otero. Se trata de una historia cuyo principal tema es el amor y "la capacidad de soñar", según Torres, y que tiene como protagonista a una mujer de nombre premonitorio: Fortunata Fortuna.
En esta edición se habían presentado al premio 432 novelas, más de la mitad procedentes de España y una quinta parte, de Latinoamérica.
Silva aseguró sentirse orgulloso de formar parte de una nómina de ganadores en la que están sus admirados Ramón Sender y Manuel Vázquez Montalbán. Explicó que la novela ganadora es la historia de un hombre que nació en Montevideo y vivió en Madrid y "el meridiano del título es el de Greenwich, la línea que hay entre Madrid y Barcelona".
Este hombre que vive en Madrid tiene que investigar un crimen en Barcelona, donde vivió en otra época, y esa pesquisa será también "un viaje a su propio pasado".
Tras conocerse el fallo, Lorenzo Silva dio las gracias a su familia y a Barcelona, "un personaje más de esta novela y que se ha mostrado muy generosa conmigo, pues aquí recibí mi primer gran premio (el Nadal) y también me dio la mujer que quiero y una casa para vivir".
En un tono más político, Silva dijo en catalán que "vivimos en democracia y todos pueden decir lo que quieren y piensan", pero su deseo es que "nunca haya otra línea divisoria que ese meridiano, que después de todo no es más que una línea imaginaria".